Una de las cosas que a los padres nos da más terror de las noches de nuestros hijos es que padezcan terrores nocturnos (valga la redundancia). Son esos momentos en que de repente se despiertan, se sientan en la cama y se ponen a llorar sin ni siquiera abrir los ojos, como bloqueados, casi sin escucharnos, como si lloraran desde el mundo de los sueños y no quisieran volver para conocer la realidad, esa en la que están seguros y a salvo de cualquier mal.
Esto es lo que vivió, durante muchas noches, Andy Pista, uno de los inventores de Lully, pues tenía una hermana gemela que sufría terrores nocturnos. Pensó que podría inventar un dispositivo que pudiera ayudar a los niños a evitar los terrores nocturnos y, junto a Varun Boriah crearon Lully, un aparato que se sitúa bajo el colchón y emite una vibración que impide que el niño duerma profundamente. La gran pregunta, ¿esto es útil o es casi una tortura?
Cómo funciona Lully
Lully es un dispositivo circular que se controla desde el teléfono móvil, con una aplicación que lo enciende o apaga, que emite una vibración lo suficientemente potente como para evitar que el niño entre en sueño profundo (dicen que 10 veces superior a la vibración de un móvil).
Para saber cuándo debe encenderse los padres tienen que responder a cuatro preguntas sobre el sueño del niño. Una vez respondidas, la aplicación le dice a los padres a qué hora tienen que acudir a la habitación del niño y encender el dispositivo para que empiece a vibrar. Esto, según explican, se hará como muy tarde a las 23:00 horas (por aquello de "tranquilos, que no os tendréis que despertar a las 2 de la mañana"). Entonces se enciende el Lully, que empieza a vibrar, y se espera a que el niño haga el primer movimiento. En ese momento se apaga de nuevo. Esto suele suceder antes de que pasen cinco minutos, según explican.
Es decir, que por ahora el funcionamiento es totalmente manual, siendo los padres los que lo encienden y apagan. En próximas versiones, según comentan, tratarán de hacerlo de manera que sea el propio dispositivo el que se encienda y apague cuando sea preciso.
¿Invento útil o tortura infantil?
Los terrores nocturnos suelen suceder en la fase de sueño profundo (no así las pesadillas, que suceden en la fase REM), que es la fase en que el cuerpo queda más relajado y en la que más se descansa. El Lully tiene como misión evitar que el niño entre en esa fase para que, directamente, no pueda sufrir los temidos terrores. Según un estudio que han realizado ellos mismos, el uso del dispositivo durante unas semanas logra reducir drásticamente el número de episodios:
Vamos, que parece bastante prometedor. Sin embargo, hay algunas cuestiones a tener en cuenta. Para empezar, el estudio lo han realizado ellos, así que muy fiable no es. Además, no solo interesa saber si los terrores nocturnos desaparecen, sino saber cuán descansado se despierta el niño. ¿Afecta de alguna manera el hecho de no llegar a la fase profunda del sueño? ¿No hace que el niño esté somnoliento por el día? Porque digo yo que si la fase del sueño profundo existe será por algo.
Por otra parte, ¿de verdad es suficiente con hacer vibrar un aparato antes de las 23:00 para que el niño no tenga terrores nocturnos? Según se suele explicar, el momento más habitual en que aparecen son entre la medianoche y las 02:00 de la mañana. Al parecer, una vez lo apagas, quedan aún unas cuantas horas para llegar a ese momento.
Finalmente, cabe preguntar ¿qué son los terrores nocturnos? Sabemos que el niño se despierta atemorizado, llorando, gritando, y que tarda un rato en volver a dormirse. Sabemos que la causa no está muy clara, pero que parecen ser secundarios a épocas en que el niño está durmiendo poco, está enfermo o está en tensión por algún problema que está viviendo.
Suceden en la infancia y tal como llegan, se van con el tiempo. Lo único que necesitan es un poco de cariño hasta que se vuelven a dormir y, con el tiempo, como digo, dejan de suceder.
Mis dudas al respecto, en consecuencia, van ligadas a la efectividad del cacharro, pues no sé hasta qué punto hacer vibrar el aparato servirá de algo, van ligadas a cómo puede afectar al sueño el que cuando estás plácidamente dormido algo se ponga a vibrar debajo de ti y van ligadas al hecho de saber que lo que evitas (si funciona) es el episodio, pero no la causa.
En caso de que un niño tenga muchos terrores nocturnos se aconseja que sea valorado por un psicólogo, pues puede estar viviendo una época de mucho estrés o mucha tensión. Solucionando la causa, ayudándole a gestionar ese estrés, disminuirán los terrores nocturnos. En cambio, utilizando un aparato como éste, el niño dejará de "encender la alarma" que nos dice que necesita que hagamos algo por ellos.
Para acabar, añadir que si al final el invento es útil y despertarle un poquito es positivo para el niño, no hace falta tanta parafernalia (que además cuesta 169 dólares). Te acercas a tu hijo, le das un besito, la arropas de nuevo, le dices cuánto le quieres, le acaricias el pelo y él solo hace ese movimiento que lo aleja del sueño y lo acerca al mundo de la vigilia durante un instante.
Os dejo con el vídeo que explica cómo funciona para que juzguéis vosotros mismos:
Más información | Lully, Computer Hoy
Foto | Runar Pedersen Holkestad en Flickr
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