Tener un hijo no es siempre tan simple como desearlo, y para muestra todas esas parejas que pueden llegar a pasarse años intentándolo, sin conseguirlo. Hoy os traemos la historia de una de esas parejas, que persiguió su sueño de ser padres encontrando tantos escollos por el camino que, cuando por fin parecía que era la vencida, que tendrían un bebé adoptado, prefirieron no avisar a nadie por si al final todo se volvía a torcer.
De ese modo llegó el gran día y cuando por fin tuvieron a su hija en brazos decidieron presentarlo a todos sus familiares, que se quedaron atónitos. Decidieron grabarlo, tanto para tenerlo como recuerdo, como para mostrar al mundo que la llegada de un bebé adoptado puede ser tan emocionante como la de un bebé biológico.
Un tortuoso viaje hasta la paternidad
Son muchas las parejas que sufren mucho hasta conseguir ser padres. Son muchas las que viven diversas alegrías, con esperanza, y se llevan también diversas decepciones, en un camino que puede llegar a ser muy duro.
En el caso que hoy explicamos, el de Lacey y Banks Farris, todo empezó en el año 2011, cuando empezaron a buscar de manera activa un embarazo. Quince meses después se cumplió su sueño y Lacey se quedó embarazada, pero lo que era todo alegría y esperanza se esfumó de repente cuando a las 20 semanas de gestación perdieron a la bebé. Una niña a la que llamaron Poppy.
A partir de ese momento siguieron intentándolo mediante inseminación artificial, con dos intentos que fueron fallidos.
Decidieron entonces optar por la adopción, y en el año 2015 recibieron la feliz noticia de que habían sido seleccionados para adoptar al bebé de una chica que estaba embarazada pero no quería ser madre. Sin embargo, en el último momento cambiaron de opinión y los padres se hicieron cargo del niño.
Después de tantas esperanzas, alegrías, de anunciar a las familias que ya tendrían al bebé y que ese momento nunca llegara, optaron por ser más precavidos y evitar dar noticias que quizás luego no se cumplirían. Por eso pensaron que si volvían a ser seleccionados para una adopción, no dirían nada hasta que tuvieran al bebé en sus brazos.
Y la Navidad les trajo un regalo precioso
El mismo día de Navidad del 2015 se reunieron con los padres biológicos de Finley, quienes habían decidido dar a su hija en adopción. Desde ese día pudieron seguir el embarazo y las visitas médicas, y lo mantuvieron todo en secreto hasta 10 días después de que Finley nació.
Ese día Lacey y Banks, que viven en California, viajaron con la niña a Tennesse, Alabama y Arizona para presentar a la nueva y esperada integrante de la pequeña familia a sus nuevos abuelos, tíos, etc.
¿El resultado? Este precioso vídeo que a mí, al menos, ha conseguido emocionarme. Y es que para ser padre no hace falta ser el padre biológico: es el amor, la responsabilidad y la dedicación lo que a uno le hace digno de ser padre de un bebé. ¿No creéis?
Vía | Babyology
Vídeo | Banks Farris
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