La obesidad y los problemas de peso son ocasionados por diversos factores, como causas genéticas, malos hábitos alimenticios y el sedentarismo. Existen diversas cosas que podemos hacer para evitar la aparición de sobrepeso u obesidad, pero recientemente, se encontró que hay algo más que podría predisponernos a padecerla o no.
De acuerdo con un estudio reciente, la época en la que es concebida una persona, podría ser un indicativo de la cantidad de "grasa buena" que tendrá, lo que ayudaría a definir si tendrá o no problemas de peso a largo plazo.
Los tipos de grasa
Antes de continuar con el estudio, explicaremos brevemente a qué nos referimos con "grasa buena" que es a la que hace referencia la investigación que hoy les compartimos. Dentro de nuestro cuerpo tenemos distintos tipos de grasa, que varían de acuerdo con su localización y función. En este caso, nos interesa conocer los tipos de grasa de acuerdo a su función.
Por un lado, tenemos la grasa blanca, que es aquella que tenemos en los depósitos de grasa que tenemos como adultos y que únicamente se limita a actuar como una fuente de energía cuando el cuerpo la necesita, pero no es metabólicamente activa: se almacena y no hace nada más.
Y por otro lado, tenemos la grasa marrón o beige, que es una grasa metabólicamente activa y produce energía. Este tipo de grasa es llamada grasa parda durante la infancia, y aunque funcionan de manera similar, no son iguales. De este tipo de grasa es el que hablaremos hoy.
El estudio
Sabemos que la calidad del semen puede verse afectada por diversos motivos: el consumo de ciertas bebidas o drogas, la obesidad u otros factores externos. En este estudio, se encontró que existe una relación entre la temperatura al momento de la concepción y la cantidad de grasa marrón que puede presentarse en el cuerpo.
Contando con la participación de 8.400 adultos, el estudio los dividió en dos grupos: aquellos nacidos entre julio y noviembre, y quienes habían nacido entre enero y junio. Utilizando tomografías, se encontró que aquellos concebidos en las épocas más frías del año, tenían mayores niveles de grasa marrón, en comparación con los que fueron concebidos en épocas calurosas o no tan frías.
Por lo tanto, al contar con mayores niveles de esta "grasa buena", quienes fueron concebidos en épocas frías, tenían menores probabilidades de tener problemas de peso, así como de presentar problemas metabólicos.
¿Y qué tiene que ver el invierno con la "grasa buena"?
Nuestros compañeros en Vitónica nos explicaban hace algunos meses la relación entre el frío y la grasa parda. Resulta que las temperaturas bajas ayudan a incentivar la producción de este tipo de grasa, que promueve la oxidación de grasas, lo que ayuda a quemar grasa, bajar de peso o por lo menos mantenerlo.
Así que ahora sabemos, si queremos darle una pequeña ayuda a nuestros futuros hijos con su metabolismo cuando sean adultos, la mejor época para hacerlo es concebirlos durante el invierno.
Foto | iStock
Vía | Newsweek
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