Muchas mujeres afirman tener durante el embarazo más sueños y en algunas etapas incluso más pesadillas de lo habitual. ¿De verdad soñamos más durante el embarazo o es un mito? ¿Qué podemos hacer para evitar las pesadillas?
Sin duda el embarazo supone una enorme cantidad de cambios en el cuerpo de la mujer, y entre ellos, en algunos casos, está el patrón de sueño. Según la American Pregnancy Association es habitual que se produzca un aumento de las pesadillas, sueños más intensos, capacidad para recordar más sueños que de manera habitual, etc.
No soñamos más: lo que sucede es que lo recordamos mejor
Una de las sensaciones más habituales es la de “soñar más”, sin embargo eso no es cierto.
A lo largo de una noche estándar, digamos de unas 7 u 8 horas, el ser humano va pasando de fase MOR (o REM, es decir, Movimiento Ocular Rápido) a sueño de ondas lentas. En ambas etapas se producen sueños tal y como los conocemos, pero para que los recordemos es preciso que se produzca “cierto despertar”, dicho de manera sencilla para entendernos. Es decir, si durante un sueño no nos despertamos, si empieza y termina estando totalmente dormidas, ni nos daremos cuenta de haber soñado.
En el embarazo sucede que debido a las ganas de orinar, a los sofocos o frío que de pronto nos da causado por las hormonas, etc. nuestro sueño sufre interrupciones y nos despertamos, con el resultado de que sí que nos acordarnos de qué estábamos soñando en ese momento. Es decir, no soñamos más, es que recordamos más sueños porque nos despertamos más.
¿Por qué tengo tantas pesadillas en el embarazo?
El aumento de las pesadillas en estos momentos suele estar relacionado con cierta ansiedad. Ojo, no hay que preocuparse en exceso, empleamos la palabra “ansiedad” pero no suele darse a niveles clínicos, se trata de algo mucho más ligero.
Me explico: hablamos, de manera general, de niveles manejables de ansiedad y de hecho niveles en cierta forma esperables dado el cambio que se está produciendo en tu vida. El embarazo, con todo lo que implica, las expectativas acerca del mismo y de la propia maternidad, los miedos, la incertidumbre, el deseo de que todo salga bien… todas esas variables pueden hacer que estemos más nerviosas de lo habitual, y eso, sin duda, se traduce en nuestros sueños.
Es por esto que también es frecuente soñar con que le suceden cosas al bebé, o que tenemos dificultades con nuestra pareja… Este tipo de sueños no son indicativo de que tenemos “asuntos secretos en nuestro inconsciente”, es mucho más sencillo que eso.
El contenido de los sueños suele estar formado por aquellas cosas que percibimos (aunque no seamos conscientes de ello) o las que pensamos, en los días anteriores, y claro, eso incluye nuestras preocupaciones. Es por esto que en los sueños, que no dejan de ser la manera que tiene nuestro cerebro de “ordenar nuestras ideas” y en cierta forma “sacar la basura”, se incluyan ciertos contenidos como el progreso del embarazo o nuestra relación de pareja.
En definitiva, tal y como se afirma desde el grupo de trabajo de Psicología Perinatal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid: los sueños en el embarazo no son arbitrarios, responden a las preocupaciones, ideas, pensamientos, recuerdos y experiencias que tenemos a lo largo del día.
Por otra parte hay factores como la temperatura de la habitación o la hora a la que hayamos cenado que también pueden provocar/facilitar que tengamos pesadillas. Ahora veremos algunas pautas para evitarlas en la medida de lo posible.
¿Qué puedo hacer si tengo muchas pesadillas?
Como hemos visto las pesadillas durante el embarazo suelen tener relación con ciertos miedos y ansiedad que aparecen ante la nueva situación a la que nos enfrentamos. En la medida en la que reduzcamos esos miedos y los neutralicemos tendremos menos probabilidades de tener pesadillas. ¿Cómo hacerlo?
- Relajación: Hay relajaciones muy sencillitas que podemos practicar antes de dormir y que harán que nuestro nivel de activación fisiológica sea menor, y por tanto la ansiedad también sea menos. Consulta con el especialista de confianza para que te asesore sobre la relajación que más te conviene: las hay musculares, a través de la respiración?
- Habla de lo que te preocupa: no hay mejor manera de quitar presión que compartiendo nuestros miedos o inquietudes. En muchas ocasiones el mero hecho de verbalizarlo en voz alta (y escucharte) hará que pierda ?potencia?. Si además nos sentimos apoyadas y escuchadas? pues perfecto (aquí las parejas tienen un papel importantísimo).
- Escribe tus preocupaciones y reestructúralas: ¿son realistas o están basadas en creencias irracionales? ¿Tienen solución o podemos hacer algo al respecto? ¿Qué alternativa racional se nos ocurre? De esta manera tomamos el control en cierta forma de la situación y de nuestros pensamientos.
En general, dado que nunca viene mal, nos interesa favorecer la higiene del sueño en esta etapa. Aquí van unas cuantas recomendaciones para evitar malos sueños:
- Temperatura: cuando la temperatura de la habitación es elevada o llevamos ropa en exceso es frecuente que se den pesadillas.
- Deja un buen rato entre la cena e irte a la cama: acostarnos con el estómago lleno (y/o con sed) favorece la aparición de pesadillas. Además, en el embarazo es frecuente que nos den ?ataques de hambre total? por la noche, ¿verdad? Intentemos que no sean (por muchos motivos, no sólo el sueño) comidas muy calóricas o pesadas.
- No le des vueltas en la cama: un buen rato antes de irnos a la cama, y por supuesto al acostarnos, vamos a intentar no pensar en aquellas cosas que nos preocupan? Más bien al contrario: intentemos estar distraídas o pensar en temas agradables para no llevarnos ?el mal? a la cama.
- Y por último: no les des más importancia de la necesaria. Me refiero a que efectivamente pueden responder a temas que nos preocupan, pero no dejan de ser sueños, no son realidad, de manera que debemos otorgarle la importancia justa.
En cualquier caso si sientes que tus pesadillas te causan un malestar excesivo, si no consigues descansar por las noches, o el nivel de estrés y ansiedad te superan, consulta con tu médico o psicólogo.
A las embarazadas siempre nos dicen eso de “aprovecha y duerme ahora que cuando venga el peque no vas a pegar ojo” y eso, como hemos visto, no siempre es fácil: pesadillas, despertares… y bueno, no hablemos de cuando la tripa es tan grande que no hay postura en la que una esté cómoda, ¿verdad? Lo bueno es que al menos las pesadillas sí que las podemos intentar mantener a raya… lo de la barrigota es otro cantar.
Fotos: Xunbin Pan; shironosov; iStock.com
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