El peso normal de un recién nacido a término puede oscilar desde los 2,5 hasta los 4 kilos. En su primer año, el bebé experimentará el mayor índice de crecimiento de toda su vida, especialmente en la etapa comprendida entre los cuatro y los seis meses.
Y es que te parecerá increíble que la pequeña bolita recién nacida que hoy sujetas entre tus brazos llegue a triplicar su peso cuando sople su primera vela. ¡Sin duda una maravillosa y sorprendente evolución que hoy te compartimos!
Recién nacido (de 0-7 días)
Un bebé recién nacido suele perder entre el cinco y el 10 por ciento de su peso durante los tres o cuatro días siguientes a su nacimiento. Esta pérdida de peso fisiológica es absolutamente normal, y se debe a la expulsión de orina y meconio acumulados durante la gestación, y a que al principio comen muy poquito.
Recordemos que el estómago del recién nacido es como el de una canica, por lo que si has optado por lactancia materna, los primeros días tendrá suficiente con el calostro. Cuando se produzca la subida de la leche, tu cuerpo ajustará la producción a la demanda de tu bebé, de ahí que sea tan importante ofrecerle siempre lactancia a demanda.
Lo habitual es que a partir del cuarto día, el bebé deje de perder peso y comience a ganarlo, llegando a recuperar su peso de nacimiento en torno a la primera semana de vida (o incluso algunas veces algo más tarde).
Durante estos primeros días es importante controlar que el bebé vaya recuperando el peso perdido, porque de no ser así habría que valorar qué está ocurriendo (reflujo, problemas de salud...), así como analizar posibles problemas con la lactancia (mal agarre, frenillo sublingual, retrognatia, problemas con la producción...)
Primer mes
Hasta el primer mes y medio de vida, o aproximadamente las primeras seis semanas, el bebé ganará unos 20 gramos diarios, lo que equivale a una media de 140 gramos semanales.
Hacia el décimo día de nacido, la leche de la madre se transforma en leche de transición, que contiene menos proteínas que el calostro y que variará día a día hasta alcanzar la composición de la leche madura.
El volúmen de leche aumenta en cada tetada, por lo que el estómago del bebé se adaptará a esta nueva circunstancia. Madre e hijo se compenetran: ella irá produciendo más leche conforme el bebé vaya aumentando el volúmen de su estómago para tomarla. O quizás sea al revés, el tamaño del estómago del bebé aumenta y el cuerpo de la madre, que lo sabe, produce más leche para darle lo que necesita.
Segundo y tercer mes
Si hasta las seis semanas de vida nuestro bebé ha ido aumentando de peso según lo establecido y la madre siente que su lactancia está yendo bien (no hay dolores, grietas, mal agarre...), podría considerarse que la lactancia ya ha quedado instaurada.
En las revisiones pediátricas se continuará controlando el peso del bebé, y lo normal es que la ganancia de peso semanal se sitúe entre los 100 y los 200 gramos. Sin embargo, si tu hijo hace pis con frecuencia, sus cacas son normales y su estado anímico y general es bueno, no deberías preocuparte por el peso pues cada niño sigue su propia curva de crecimiento.
Del cuarto al sexto mes
En esta etapa de su vida el bebé experimentará una ganancia semanal de entre 80 y 150 gramos, lo que se traduce en una media de entre 500 y 650 gramos mensuales. A este ritmo, lo normal es que al cumplir los seis meses haya doblado su peso de nacimiento.
Recordemos, además, que su alimentación debe continuar siendo lactancia exclusiva, ya sea materna, artificial o mixta.
Y es que aunque por suerte cada vez hay más profesionales concienciados con la lactancia y debidamente informados, también podría ocurrir que nos encontráramos con el caso contrario, y si nuestro bebé no sigue los cánones generales de peso nos recomienden adelantar la alimentación complementaria.
Si embargo, según nos comentaba nuestro compañero Armando en este fantástico artículo, esta medida carecería de sentido, pues la leche (ya sea materna o artificial) contiene más calorías que la fruta o la verdura, y es nutricionalmente más rica que los cereales.
Lógicamente hablamos de bebés saludables, pero que siguen su propio ritmo. Si por el contrario, la curva de altura va subiendo pero la de peso se va estancando, habría que ver qué está pasando y por qué el bebé no está ganando lo suficiente.
De los seis a los nueve meses
A partir de los seis meses, la ganancia de peso ya no será tan acusada como hasta ahora, y lo normal es que el bebé gane entre 40 y 85 gramos semanales, lo que se traduce en un media mensual de entre 300 y 450 gramos.
A partir de los seis meses el bebé deberá comenzar con la alimentación complementaria, pero recordemos que la base de su dieta debe continuar siendo la leche, y en caso de seguir tomando pecho la lactancia debe ser a demanda.
De los nueve a los doce meses
El último trimestre antes de cumplir su primer añito es el momento en el que menos peso cogerá el bebé, con una media de entre 200 y 300 gramos al mes. Lo normal es que al cumplir los 12 meses el bebé haya triplicado su peso de nacimiento.
En cuanto al peso, los pediatras recomiendan analizar su incremento durante un periodo, y no valorarlo como algo aislado en un momento puntual pues, como hemos comentado a lo largo del artículo, cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento y lo importante no es tanto lo que engorde sino que vaya creciendo sano y feliz.