Todos conocemos lo importante que es para el desarrollo del bebé, responder a sus demandas, gestos o balbuceos a través de nuestra mirada, el contacto físico o las palabras, pues esta interacción bidireccional es la base fundamental para el desarrollo de sus conexiones neuronales.
El cerebro del niño forma mil conexiones nuevas por segundo en sus primeros tres años de vida, y los padres y cuidadores ejercemos, con nuestros actos, una gran influencia en el refuerzo de estas conexiones. Un estudio llevado a cabo por el Centro para el Desarrollo del Niño de la Universidad de Harvard, ha puesto el foco en la importancia de lo que ellos denominan "dar y recibir", un sencillo juego bidireccional con múltiples beneficios para nuestro bebé.
Según los investigadores, las relaciones entre niños y adultos que son receptivas y atentas y tienen muchas interacciones de ida y vuelta, y ayudan a crear una base sólida en el cerebro en formación del niño, que le ayudará en su aprendizaje, su salud y su desarrollo futuro.
Los padres lo ponemos en práctica desde que nuestro bebé nace a través del contacto físico, las miradas o las palabras que les dedicamos. Pero este tipo de interacciones, que todos hacemos de manera instintiva y sin ser conscientes de los importantísimos beneficios que tiene, podemos reforzarlas con esta cinco claves que nos dan los investigadores de Harvard.
1) Observa lo que llama la atención de tu bebé
Cuando algo llama la atención del bebé, tiende a señalarlo con su dedito al tiempo que emite sonidos y gesticula. En este momento nos están brindando una maravillosa oportunidad para interactuar con él, y si nosotros le hacemos caso y entramos en su juego, no solo estaremos animando a que explore el mundo que le rodea, sino que también estaremos aprendiendo sobre sus intereses y habilidades.
¿Qué debemos hacer? Los investigadores de Harvard aconsejan aprovechar los momentos de tranquilidad para fijarnos en todo aquello que despierta la curiosidad de nuestro bebé. Y cuando señale algo con su dedito, no tendremos más que seguir la dirección que nos indica y ver qué está tratando de mostrarnos.
2) Corresponde a su interés
Los investigadores señalan que el bebé puede llegar a estresarse cuando está interesado en algo, pero no recibe la debida atención de sus padres. Por el contrario, cada vez que le escuchamos y respondemos a su curiosidad, en su cerebro comienzan a establecerse conexiones neuronales.
¿Qué debemos hacer? Los expertos aconsejan que cuando nuestro bebé trate de llamar nuestra atención sobre algo, correspondamos escuchándoles, mirándoles a los ojos, hablándoles, abrazándoloes, o con palabras que continúen alentando su curiosidad.
3) Pon nombre a los intereses de tu bebé
Los bebés comienzan a hacer conexiones del lenguaje mucho antes de comenza a hablar, y los adultos podemos contribuir a este maravilloso aprendizaje nombrando todas las cosas que vaya señalando. De este modo, el niño aprenderá poco a poco a entender el mundo que le rodea.
¿Qué debemos hacer? Así pues, si nuestro bebé señala algo con su dedito, repitamos con palabras la persona, cosa, acción, sentimiento o combinación de todo ello, en lo que parece estar interesado. Por ejemplo, "¿estás viendo a mamá como riega las plantas?". Aunque pueda parecer complejo, esta combinación de palabras ayuda al cerebro del niño a adquirir habilidades lingüísticas y dar sentido al mundo.
4) Espera su próxima respuesta
Cuando hayas puesto en práctica los consejos anteriores, espera a que tu bebé te responda. Quizá le lleve algo de tiempo hacerlo, pero las investigaciones demuestran que su respuesta es "crucial" para su cerebro en formación, pues le enseña a desarrollar nuevas ideas, a comprender cómo interactuan las personas y a entender el significado del turno de palabra.
¿Qué debemos hacer? Simplemente ser pacientes y esperar su respuesta. Nuestra espera le servirá, además, para desarrollar su confianza e independencia, al tiempo que nos ayuda a entender mejor sus necesidades.
5) Deja que tu bebé termine el juego
Dejemos que sea nuestro bebé quien ponga fin a este peculiar juego bidireccional. Para ello, debemos estar muy atentos a las señales que marquen el fin de la actividad, como por ejemplo que se aleje de nosotros, cambie de actividad, ponga su foco de interés en otro sitio...
¿Qué debemos hacer? Lo único que los padres debemos hacer es respetar los deseos de nuestro bebé, y de esta forma le estaremos dando la oportunidad de explorar una parte diferente de su mundo.
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Vía Centro para el Desarrollo del Niño de la Universidad de Harvard