No tener nada que hacer puede ser un bien preciado y necesario. Creo que a los adultos nos sucede, echamos de menos esos "vacíos". Entonces, ¿por qué no dejamos que los niños también experimenten ese "aburrimiento"?
Muchas veces los pequeños están atosigados con actividades escolares y extraescolares, en casa parece no haber un momento de descanso, juguetes por aquí, deberes por allá, lectura, televisión...
Pero ese "Me aburro" al que parecemos tener miedo no es tan malo. Los psicólogos critican la obsesión de muchos padres por ocupar el tiempo de sus hijos. Bien, visto, parece bastante lógico: si le damos todo programado, preparado y "masticado", no van a estrujarse las neuronas para saber qué hacer, cómo entretenerse, incluso cómo pensar: no tienen tiempo.
Muchas veces los adultos nos decimos, cuando vemos sofisticados juegos tecnológicos o programas de televisión que hipnotizan a los peques, "En mi época me entretenía con cualquier cosa". Seguramente esa cualquier cosa era algo que nos tuvimos que buscar nosotros por casa o por la calle porque nos aburríamos. Y vaya historias inventábamos y vivíamos...
Evidentemente, no se trata de decir a los niños: "siéntate y abúrrete", sino que es bueno dejarles un tiempo vacío para que se aburran y tengan en qué pensar, que tengan tiempo libre para que se les ocurran cosas.
Un nuevo estudio de ISEPM Clínic alerta sobre este efecto nefasto del niño hiperprogramado, hiperocupado, asegurando que poseen una "inteligencia anestesiada", ya que se les anula la inteligencia porque no tienen nada en qué pensar, porque ya todo se les da pensado.
En palabras de Mónica Dósil, psicóloga de ISEP Clínic,
Hay tanta conciencia pedagógica sobre los menores y tanta información sobre lo que hay que hacer con ellos..., y los padres la ponen en práctica. Inconscientemente, fomentan la dependencia. Siempre le están diciendo al niño cómo emplear su tiempo, se lo dan todo masticado y así le roban le autonomía.
Alguna vez hemos hablado de la "sobreestimulación", de que puede no ser tan beneficiosa para los pequeños, precisamente por estas razones. Yo creo que lo mejor está en buscar el término medio, o nel término en que nos encontremos y se encuentren cómodos.
Evidentemente no podemos dejar a un pequeño a sus anchas sin atención, sin estímulos y sin juegos por poner un ejemplo. Los juegos que hacen que participen activamente inventando y creando son especialmente interesantes. Pero creo que ocupar todo su tiempo, especialmente si no son ellos los que deciden en qué, no es beneficioso para su desarrollo.
Vía | El Periódico En Bebés y más | Muchos niños se aburren en vacaciones, Niños aburridos