El Doctor Estivill, pediatra especialista en medicina del sueño, declaró hace unos meses en una conferencia sobre métodos educativos que “el colecho hace niños más inseguros y padres más inestables”.
No es la primera vez que las declaraciones de Estivill levantan ampollas entre los padres que defendemos la crianza con apego y nos declaramos contrarios a su famoso método para enseñar a dormir a los bebés .
Según Estivill, aplicar su método para dormir hace a los niños más seguros
Si, según palabras de Estivill, el dormir con nuestros hijos les hace ser inseguros, se entiende que aplicar su método y dejarlos llorar hasta que se duerman creará niños fuertes y seguros de sí mismo.
Y a mí la lógica (y la experiencia), me dicen lo contrario.
Aunque Estivill repita siempre que tiene ocasión que las opiniones de los foros de crianza no le interesan porque no son científicas, creo que debería pararse a escucharlas de vez en cuando.
Mis tres hijos han colechado con nosotros; cada uno a su manera y durante el tiempo que ellos han estimado oportuno, pero los tres han dormido cerca de sus padres. Y creáme, señor Estivill, que eso les ha dado siempre seguridad y estabilidad emocional.
Mi hijo mayor fue un bebé muy inquieto en la cama, de esos que dan mil vueltas, te meten los pies en la boca y usan tu espalda como almohada. Dormir con él entorpecía mucho nuestro descanso, pero mi niño era feliz con nosotros.
Le gustaba darme la mano en mitad de la noche, se calmaba con una caricia o un susurro y su felicidad era máxima cuando despertaba por la mañana y nos veía a su lado.
En mi mente no entraba romper esa felicidad y necesidad de contacto y cariño que todos necesitamos (¡y cuánto más un niño de corta edad!) por “enseñar” algo que acabaría aprendiendo de forma natural con el paso del tiempo.
Así que optamos por buscar una solución en la que todos saliéramos beneficiados, y colocamos al lado de nuestra cama una camita para mi niño. Nosotros comenzamos a dormir mejor y mi pequeño continuó teniendo a mamá y a papá al lado.
Jamás tuvimos prisa en fomentar su independencia, a pesar de que fueron muchas las voces de nuestro entorno (quizá influenciadas por el famoso “Duérmete, niño”) que criticaron nuestra forma de dormir.
Porque ya se sabe, cuando una se convierte en madre, se abre la veda para que cualquiera critique, opine y se meta hasta en la cama de la pareja. Pero ese ya es otro asunto.
Cuando mi hijo cumplió los tres años decidió que había llegado el momento de buscar independencia, y se marchó. Sí, Estivill, no le engaño: decidió comenzar a dormir en una habitación independiente por propia voluntad.
La historia se repitió con mi segunda hija y ahora, con el tercero, seguimos colechando sin ninguna prisa por poner fin a esta etapa que, sabemos por experiencia, que no sólo acabará sino que, además, extrañaremos .
Por contra, “el colecho crea niños dependientes e inseguros”
Además de remarcar que el colecho hace a los niños más inseguros, Estivill ha afirmado que también se vuelven más dependientes y sus padres más "inestables"
“Sentencias como esta van en contra de toda lógica cuando hablamos de ciencias humanas: niños inseguros y padres inestables surgirán por un conjunto de circunstancias, nunca por un hecho aislado y concreto como es el colecho” – afirma la psicoterapeuta y asesora familiar, Elena Frisuelos, especializada en medicina psicosomática.
"Y los padres no se vuelven inestables por colechar. La inestabilidad emocional que un padre o una madre puedan sentir en un momento dado, se deberá a su propia historia personal o de crianza vividas antes de tener un hijo, pero no al hecho de dormir con ellos"
Un niño, sea cual sea su edad, necesita saber que sus padres van a estar ahí siempre; ya sea porque tiene miedo a la oscuridad, ha sufrido una pesadilla o alguna situación concreta le genera angustia.
Ese es el papel de unos padres: estar, acompañar y ayudar, y no acallar nuestros instintos más primarios atendiendo a las palabras de un manual.
Por otro lado, y como he comentado más arriba, el sentido común me hace pensar en que es más probable que la inseguridad y la dependencia de un niño surjan si no encuentra en sus padres la figura de apoyo y sostén emocional que busca en cada etapa de su vida, que por lo contrario.
“Las evidencias y estudios sobre la crianza con apego demuestran que el colecho hace más probable la independencia de los niños, fortalece la toma de decisiones propia y fomenta la creación de un apego seguro con los padres, que es clave para la formación de la autoestima” – sentencia Elena.
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- Vía Rioja2
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