Grafomotricidad: ¿qué es y cómo trabajarla con los niños?

Los niños, a medida que crecen, van desarrollando una capacidad cada vez mayor para controlar y dominar su cuerpo. Todo esto tiene que ver con el desarrollo motor; y el último eslabón de este desarrollo es la grafomotricidad, una habilidad mucho más concreta que implica el uso de las manos, los brazos...

Así, la grafomotricidad, o desarrollo grafomotriz, es el movimiento que debe hacer la mano para cumplir una determinada actividad o tarea. Es decir, el movimiento que hace el niño con el brazo, la mano y los dedos cuando dibuja, escribe...

Este desarrollo se inicia con un trazo prácticamente libre. Esta libertad permite al niño dominar cada vez más el espacio y ganar soltura a la hora de utilizar los utensilios básicos (colores, pinceles...).

Poco a poco, se irán introduciendo pautas y trazos cada vez más dirigidos, para potenciar y perfeccionar esta grafomotricidad. ¿Cómo evoluciona esta habilidad y cómo trabajarla?

Grafomotricidad: ¿qué es?

La palabra "grafomotricidad" se compone de "grafo", que significa "escritura", y de "motriz", que significa "movimiento". Así, la grafomotricidad se define como el movimiento gráfico realizado con la mano al escribir, pero también al realizar otra tarea como dibujar.

De esta forma, hablamos de diferentes tareas que impliquen el uso de la mano. El desarrollo grafomotriz de los niños tiene el objetivo de potenciar el desarrollo psicomotor mediante diferentes actividades o tareas, que conoceremos a lo largo del artículo.

Desarrollo motor fino

La grafomotricidad entra dentro del desarrollo motor fino (psicomotricidad fina); este aparece cuando el niño ha empezado a desarrollar la capacidad para controlar los movimientos, sobre todo de brazos, manos y dedos. A medida que crecen, los niños aprenden a controlar su cuerpo cada vez de forma más precisa.

Grafomotricidad: ¿cómo se inicia?

El desarrollo de la grafomotricidad (o habilidades grafomotrices) se inicia con el trazo libre. Este permite a los niños empezar a dominar el espacio, así como adquirir soltura con las herramientas básicas.

¿Cómo se va desarrollando la grafomotricidad?

Poco a poco se empezarán a introducir pautas y trazos más dirigidos para que el niño vaya dominando más sus manos. Así, primero se desarrollan los movimientos de la mano y los dedos, y para ello, podemos empezar a trabajar con la manipulación de utensilios como:

  • Pinceles
  • Ceras
  • Colores
  • Esponjas
  • Lápices

Aprendizajes en la grafomotricidad

Por otro lado, es importante saber que a medida que el niño aprende a desarrollar las habilidades grafomotrices, aprende también a desplazarse correctamente en el espacio gráfico (izquierda-derecha y arriba-abajo) de la hoja.

Evolución de los movimientos

Los primeros movimientos de la grafomotricidad suelen iniciarse con trazos verticales (de arriba-abajo) y horizontales (de izquierda-derecha). Después, van evolucionando a los oblicuos y los bucles.

Poco a poco estos movimientos se traducen, en el trazo del niño, en una imagen motriz más compleja, como: letras, sílabas y palabras (escritura).

El objetivo de la grafomotricidad

Vamos a ir viendo cómo trabajar y potenciar la grafomotricidad en los niños, pero antes, hablemos del objetivo de ello. El objetivo de la grafomotricidad es que el niño adquiera las habilidades que necesita para expresarse mediante signos escritos.

¿Cómo? A través de ejercicios y actividades que le permitan un dominio cada vez más preciso de las diferentes partes del cuerpo implicadas: antebrazo, muñeca, mano y dedos (especialmente estos últimos).

¿Cómo trabajar la grafomotricidad?

A la hora de trabajar la grafomotricidad o desarrollo grafomotriz, empezaremos con lo ya comentado, potenciando el trazo libre, sin directrices.

Progresivamente introduciremos pautas y actividades más concretas (y con una dificultad creciente). Podemos empezar con actividades sencillas que requieran el uso de las manos, como:

  • Pasar las páginas de un libro.
  • Enganchar y desenganchar pegatinas.
  • Arrugar un trozo de papel.

Otras actividades que podemos introducir, un poco más precisas, son:

  • Hacer puzzles.
  • Encajar y desencajar objetos.
  • Realizar trazos y garabatos con pintura de dedos o pinceles.
  • Realizar trazos libres sobre materiales como: arroz, arena, harina...
  • Clasificar objetos a partir de las características físicas (por ejemplo, agrupar las hojas o piedras del mismo color y/o forma) y colocarlas en una cajita.
  • Utilizar los sentidos para experimentar sensaciones diversas en la exploración de: sí mismo, el cuerpo, el entorno, los demás...
  • Proporcionarles objetos variados que estimulen su curiosidad.

¿Qué material utilizar?

Se pueden utilizar materiales diversos, como:

  • Ceras, pinturas de dedos, arcilla, plastilina...
  • Material impreso.

¿Qué técnicas plásticas utilizar?

En cuanto a técnicas específicas, podemos optar por:

  • Cortado
  • Estampado
  • Pintado
  • Pegado
  • Etc

¿A qué edad empezar a trabajar la grafomotricidad?

No hay una edad específica para empezar a trabajar la grafomotricidad en los niños. Esto dependerá de cada niño. Lo ideal es empezar a hacerlo cuando tengan interés y ganas.

Actividades específicas según el objetivo y parte del cuerpo

Otra forma de trabajar la grafomotricidad, mucho más estructurada, es a través de cuatro objetivos y actividades concretas: trabajando la destreza de las manos y la de los dedos y desarrollando trazos rectos y trazos curvos.

¿Cómo lo hacemos? Os damos más ideas para ponerse con ello:

Destreza de las manos

¿Qué actividades podemos hacer con los niños para potenciar la destreza de las manos? Algunas ideas que os sugerimos son:

  • Cantar canciones y acompañarlas con gestos.
  • Tocar palmas (empezar de forma libre y después seguir el ritmo de una canción, por ejemplo).
  • Imitar con las manos determinadas acciones (por ejemplo, barrer, lavar los platos...), o movimientos de animales (por ejemplo, un pez nadando).
  • Hacer una silueta con las manos, sobre la arena o sobre el agua.

Destreza de los dedos

Para promover la destreza de los dedos, otra habilidad esencial para desarrollar la grafomotricidad, podemos hacer los siguientes ejercicios con los niños:

  • Juntar y separar los dedos (empezando de forma libre y después siguiendo pequeñas órdenes).
  • Tocar un tambor.
  • Barajar y repartir cartas.
  • Teclear con el ordenador.
  • Abrir y cerrar los dedos de la mano; empezamos de forma simultánea y después una mano alternando con la otra.

Desarrollo y control de trazos rectos

El siguiente nivel de la grafomotricidad es potenciar el control de trazos rectos. Podemos hacerlo a través de ejercicios que impliquen:

  • Copiar en la pizarra o en papel cuadriculado, trazando líneas verticales, horizontales, diagonales, cruces...
  • Repasar líneas, trayectorias y dibujos rectos.
  • Rellenar espacios y figuras rectas.
  • Trazar líneas entre dos rectas paralelas.

Desarrollo y control de trazos curvos

Finalmente, deberemos desarrollar la habilidad para trazar líneas curvas, que es un poco más difícil, mediante ejercicios que conlleven, por ejemplo:

  • Trazar y/o copiar líneas curvas, círculos...
  • Crear ondas dentro de dos líneas, sobre ejes horizontales o inclinados (empleando diferentes tamaños).
  • Repasar círculos.
  • Crear bucles dentro de dos líneas.

Y tú, ¿has empezado a trabajar la grafomotricidad con tus hijos? ¿Cómo la llevan? Recuerda que se trata de un proceso progresivo y que debemos ser constantes pero también pacientes. ¡Cada niño tiene su ritmo y está bien!

Fotos | Portada (pexels), Imagen 1 (pexels), Imagen 2 (pexels)

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