Lateralidad cruzada en niños: ¿qué es y cómo trabajarla?

Las personas preferimos una determinada parte del cuerpo para realizar las actividades de la vida diaria, las tareas relacionadas con la escritura, el deporte, etc. Normalmente, es la parte derecha de nuestro cuerpo. Es lo que se conoce como lateralidad.

La mayoría tenemos una lateralidad homogénea (es decir, preferimos un mismo lado para usar todas las partes del cuerpo). Pero hay niños que prefieren usar el lado derecho para unas zonas del cuerpo, y el izquierdo para otras (o al revés).

Entonces hablamos de la lateralidad cruzada, un fenómeno que podría conllevar dificultades en el aprendizaje y torpeza motora. En este artículo descubriremos en qué consiste exactamente esta alteración, cómo puede detectarse y qué ejercicios o actividades van bien para prevenirla o trabajarla.

Lateralidad como preferencia a la hora de usar un lado del cuerpo

La lateralidad tiene que ver con el dominio y con el esquema mental de nuestro propio cuerpo, y, en contra de lo que se pueda pensar, va más allá de escribir. Incluye también coordinar nuestro cuerpo, diferenciar derecha-izquierda, saltar, correr, ser hábiles a nivel motor...

Hablamos de lateralidad como la preferencia que muestran la mayoría de las personas por un lado de su propio cuerpo, pudiendo ser la preferencia por el lado derecho o izquierdo.

Por ejemplo, cuando preferimos utilizar la mano derecha que la izquierda (es decir, cuando somos diestros).

La lateralidad cruzada implica preferir un determinado lado del cuerpo para usar las manos, y el contrario para usar otra parte del cuerpo (por ejemplo, los ojos). Es una alteración que, a menudo se presenta junto al TDAH o a Trastornos Específicos del Aprendizaje (TEA).

Lateralidad "normal" homogénea

Así, por ejemplo, la mayoría de las personas somos diestras, y también la mayoría mostramos un predominio del lado derecho a la hora de hacer las cosas. Por ejemplo, si tenemos que usar un ojo, un pie o un oído, tendemos a usar el derecho.

Sin embargo, también hay personas que prefieren el lado izquierdo. Hablamos en todos estos casos de una lateralidad definida, de una lateralidad homogénea, que es la que tienen la mayoría de las personas.

Pero, ¿qué ocurre cuando la preferencia que tenemos a la hora de usar las manos (derecha o izquierda), es distinta a la preferencia que tenemos a la hora de usar el resto del cuerpo? (Por ejemplo, ojos, pies u oídos). Entonces hablamos de una lateralidad cruzada, concepto que conoceremos a lo largo del artículo.

Causas de la lateralidad

Aunque las causas de la lateralidad aún no se comprenden del todo, sí se apunta a que el hemisferio cerebral izquierdo, que es el que controla el lado derecho de nuestro cuerpo, es el que predomina.

Por ello, la mayoría de nosotros tenemos una lateralidad definida que engloba todo su nuestro cuerpo (preferencia hacia el lado derecho).

Lateralidad cruzada en niños: ¿qué es?

Volviendo a la lateralidad cruzada, sabemos que esta implica una lateralidad distinta a la manual (la que implica el uso de las manos) para pies, ojos u oídos.

Por ejemplo, preferir la parte derecha de nuestro cuerpo para usar las manos (ser diestros), a la hora de escribir o de hacer tareas, pero la parte izquierda para usar el resto del cuerpo.

Lateralidad cruzada mano-ojo

Una de las lateralidades cruzadas más estudiadas es la lateralidad cruzada mano-ojo. También se denomina cruce lateral simple, e implica preferir un lado del cuerpo para la mano distinto al lado que preferimos para usar el ojo.

Suele conllevar problemas de aprendizaje, sobre todo en aquellos procesos relacionados con la lectura y la escritura.

En los casos de lateralidad cruzada mano-ojo, debemos saber que, si decidimos corregir o modificar la lateralidad, es importante actuar antes sobre la mano que sobre el ojo. Es decir, cambiar la dominancia de la mano antes que la del ojo.

Es menos complicado hacerlo así y, además, favorecemos la tendencia natural del niño, a nivel neurobiológico.

¿Afecta la lateralidad cruzada al aprendizaje?

Los niños que no presentan una lateralidad homogénea y definida (la más habitual), es decir, los que presentan una lateralidad cruzada, pueden manifestar dificultades específicas del aprendizaje.

Esto sucede sobre todo a partir de la Educación Primaria, es decir, a partir de los seis años.

Según un libro que aborda esta temática, titulado "El desarrollo de la lateralidad infantil: niño diestro - niño zurdo", de Ferré y colaboradores (2000), aproximadamente un 25% de los niños escolares presentan problemas de aprendizaje relacionados con la lateralidad.

Problemas de aprendizaje más frecuentes

Los problemas de aprendizaje que se asocian con más frecuencia a la lateralidad cruzada son:

  • Dificultades a la hora de automatizar procesos como: la lectura, el cálculo o la escritura.
  • Dificultades en la organización del espacio y el tiempo.
  • Dificultades psicomotoras o torpeza.
  • Dificultades en la ordenación de la información codificada.
  • Tendencia a cambiar las letras cuando se escribe y/o se lee.

Ejercicios y actividades para trabajar la lateralidad cruzada

La lateralidad cruzada es una alteración que puede prevenirse y trabajarse. Para ello, existen diferentes actividades enfocadas a reforzar la lateralidad homogénea.

Estas actividades le permitirán al niño conocer su propio cuerpo, mejorar la conciencia espacio-temporal y favorecer el control de todas sus extremidades (y también el de ojos y oídos). Algunas ideas de estas actividades son:

  • Señalar, reconocer y nombrar las diferentes partes del cuerpo (ideal para reforzar el esquema corporal).
  • Observar el campo visual (con determinados objetos), cerrar los ojos e identificar los objetos a la izquierda y a la derecha.
  • Esconder un objeto y guiar al niño para que lo encuentre, únicamente indicándole la dirección, a través de verbalizaciones de "derecha-izquierda".
  • Modelar plastilina; le pedimos al niño que realice figuras, cada vez con una mano distinta.
  • Jugar al Tangram: se trata de un muy buen recurso para trabajar la lateralidad.
  • Pedirle al niño que simule que es una estatua; nos acercaremos a él y moveremos su cuerpo dejando la postura que deseemos. Después, él deberá hacer lo mismo con nuestro cuerpo (reproduciendo la misma "figura/estatua").

Si crees que tu hijo podría presentar lateralidad cruzada, mostrando algunos de los síntomas o dificultades asociadas a este fenómeno, es importante que pueda recibir una valoración adecuada.

Para ello, os recomendamos acudir a un profesional especialista en la materia, como por ejemplo un terapeuta ocupacional infantil.

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