El desarrollo psicomotor es uno de los primeros grandes avances que tendrá nuestro bebé durante sus primeros doce meses de vida. También, es indudablemente el más notorio, pues involucra cambios y evoluciones visibles.
Cuando hablamos de la motricidad del bebé, podemos referirnos a dos tipos: la gruesa y la fina. En esta ocasión, hablaremos de la motricidad gruesa en el bebé, contándote cómo se desarrolla y compartiéndote cinco ejercicios para estimularla.
Motricidad gruesa en el bebé
El desarrollo motor del bebé es uno de los avances más fascinantes que podemos apreciar desde el nacimiento, pues nos muestra cómo con el paso de los días, aquellos bebés indefensos comienzan a moverse con mayor seguridad.
La motricidad gruesa aparece antes que la motricidad fina, y es aquella que se refiere a los cambios de posición del cuerpo y el uso hábil del cuerpo como un todo, incluyendo la postura, el equilibrio y la movilidad.
El desarrollo motor grueso comienza a mostrarse desde el momento en el que el bebé comienza a sostener su cabeza, seguido poco a poco por otros logros importantes, que siguen un orden preestablecido por el proceso de maduración del sistema nervioso, que es el responsable del desarrollo motor.
Con el paso de los meses y los años, el bebé irá adquiriendo importantes habilidades motoras como patalear, rodar, empujar y agitar los brazos, que le permitirán llegar a otros hitos de este desarrollo, como sentarse sin apoyo, gatear y caminar, hasta correr, saltar y subir escaleras cuando son mayores.
Algunos de los avances en motricidad gruesa según la edad del bebé son los siguientes:
De los cero a los cuatro meses, el bebé podrá: levantar la cabeza, patalear y mantener las manos abiertas. De los cuatro a los ocho meses, mantiene levantada cabeza y pecho, rueda sobre la barriga y queda en posición supina, es capaz de llevarse objetos a la boca y de juntar las manos.
De los ocho a los doce meses, ya puede sentarse sin ayuda, se pone de pie con un apoyo y comienza el proceso del gateo: se arrastra y se desliza por el suelo cuando aprende a sortear obstáculos, lo cual supone un gran avance para su autonomía. También ya puede ponerse boca abajo cambiando de posición cuando está boca arriba y soltar objetos deliberadamente para coger otros.
Ejercicios para estimular la motricidad gruesa
Las habilidades antes mencionadas suelen ser adquirida por el bebé de forma natural conforme va creciendo, pero nosotros también siempre podemos involucrarnos para ayudarle a lograr ciertos movimientos o enseñarle otros, a través de ejercicios de estimulación temprana.
Estos son cinco ejercicios para estimular la motricidad gruesa y que puedes hacer fácilmente en casa con tu bebé:
Estiramientos de pierna
Tumbado boca arriba, coge las piernas o las plantas de los pies de tu bebé y llévale las rodillas al pecho suavemente. Repite 5 veces con cada pierna y con ambas, y poco a poco ve aumentando la frecuencia. Este ejercicio le ayudará a ganar movilidad y despertar sus primeros estímulos.
Estiramiento de bracitos y aplausos
Para sus bracitos, teniendo a tu bebé tumbado boca arriba puedes comenzar por hacer estiramientos suaves hacia los lados y hacia arriba. Posteriormente, ya que haya cumplido tres meses podemos comenzar a hacer el divertido ejercicio de aplaudir o dar palmaditas con sus manos.
Tumbado boca abajo
Para dormir, el bebé siempre deberá hacerlo sobre su espalda, pero durante el día es importante y beneficioso que pase tiempo boca abajo, ya que esta postura le ayuda a fortalecer los músculos de espalda y cuello, y le permite además poder sostener su cabeza con respecto a la gravedad.
Para hacerlo más entretenido para él y ayudarle a levantar la cabecita, puedes probar a mostrarle diversos objetos como juguetes o pelotitas que llamen su atención.
Fortaleciéndose para el gateo
A partir de los seis meses, estando tu bebé tumbado boca abajo, colócalo en posición de gateo y pasa una bufanda o una sábana por debajo de su barriga sujetándola con tus manos, o bien, sujétalo suavemente directo con tus manos.
Así le ayudarás a mantener el equilibrio y a darle seguridad hasta que aprenda a hacerlo solito. A partir de los nueve meses, puedes comenzar a juega a hacer la carretilla, sujetándole del torso y dejándolo que camine con las manos.
Girar de boca arriba a boca abajo
Alrededor de los seis meses, tu bebé comenzará a intentar girarse de lado, por lo que habremos de estar cerca para ayudarle a lograrlo. Cerca del octavo mes, los bebés lo hacen de forma natural al momento de jugar o para cambiar de posición.
Podemos comenzar a ayudarlo desde antes de los seis meses colocándolo tumbado boca arriba y doblándole una pierna mientras extendemos la otra, ayudándole a girar hacia el lado de la pierna extendida. Posteriormente repetimos con la pierna contraria. Después de los seis meses, podemos hacerlo rodar sobre la cama o una alfombra de un lado hacia el otro.
Como podemos ver, estos ejercicios parecen simples, pero en realidad son importantes pues constituyen la base del desarrollo de la motricidad gruesa, y con estos, tu bebé podrá alcanzar grandes logros como sentarse solo o sus primeros pasos, de forma más sencilla y bien preparado.