Las palabras son poderosas: los niños se basan en lo que oyen al interpretar las emociones

Las palabras son poderosas: los niños se basan en lo que oyen al interpretar las emociones
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Los padres somos el espejo en el que se reflejan nuestros hijos: de hecho, imitan lo que hacemos y reproducen nuestros comportamientos. Por lo tanto, parece claro que la imagen, lo que ven, es primordial para entender el mundo y expresar sus emociones.

Lo que quizás no teníamos tan claro es el importante papel que tiene en su desarrollo todo lo que escuchan. De hecho, un estudio muy reciente de la Universidad de Durham (Reino Unido) ha descubierto que los niños menores de ocho años llegan a priorizar lo que oyen por encima de lo que ven, en la interpretación de las emociones.

Entender cómo sus hijos captan lo que sucede a su alrededor, cómo les hace sentir lo que les llega a través de las palabras podría ayudar a los padres a educarles en la gestión de las emociones, imprescindible en su desarrollo.

El dominio auditivo en los niños

El reconocimiento eficaz de las emociones es imprescindible para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad, motivo por el que los padres hacemos hincapié en la inteligencia emocional como forma de educar a nuestros hijos.

En un estudio pionero, el Departamento de Psicología de la Universidad de Durham, analizó cómo los niños captan las emociones en una situación determinada. Así descubrieron que, mientras los adultos daban prioridad a lo que veían, los niños pequeños priorizaban de forma abrumadora lo que podían oír, lo que se conoce como "dominio auditivo".

Los resultados, publicados en la revista Journal of Experimental Child Psychology, podrían beneficiar a los padres y profesionales de la educación para entender mejor cómo aprenden los niños. Así lo señala Paddy Ross, autor principal de esta investigación, quien añade que "también podría aportar nuevas vías para entender el reconocimiento emocional en niños con problemas de desarrollo, como el autismo".

"Nuestro estudio reveló que los niños pequeños se basan en exceso en lo que oyen para juzgar las emociones de una situación. En la actualidad, muchos niños pasan mucho más tiempo en casa, por lo que resulta muy útil tener en cuenta lo que pueden oír y captar".

Cómo se realizó la investigación

Hablar Ninos

La finalidad de este estudio era comprobar si el 'efecto Colavita', que había demostrado que aproximadamente a partir de los ocho años de edad las personas tienden a responder más a los estímulos visuales que a los auditivos, se mantenía en situaciones más complejas, como el reconocimiento de emociones en los niños pequeños.

El equipo realizó dos experimentos con voluntarios, divididos en tres grupos, según su edad: siete años o menos, de ocho a once años y mayores de 18 años. Después, se les mostraron imágenes de personas con los rostros borrosos, y les reprodujeron voces humanas, que transmitían emociones de alegría y miedo y de tristeza y enfado.

Las imágenes y los sonidos se presentaron solos y también en combinaciones contrastadas, y se preguntó por la emoción predominante en cada una de ellas.

Se comprobó que los adultos basaban su evaluación emocional en lo que podían ver, mientras que los niños pequeños se basaban en lo que podían oír.

Todos los grupos de edad obtuvieron una puntuación superior al 90% cuando se les presentaron los estímulos visuales y auditivos de forma aislada. También cuando se combinaron los estímulos y se pidió a los participantes que ignoraran los visuales e identificaran la emoción a partir de la voz.

Sin embargo, cuando se pidió a los niños que ignoraran la voz y se basaran en los estímulos visuales, el equipo descubrió que su rendimiento era significativamente peor que el de los adultos cuando se les presentaba una combinación en la que las emociones mostradas en los estímulos visuales y auditivos no coincidían.

Los niños también obtuvieron una puntuación significativamente inferior al nivel de azar, lo que indica que no se limitaron a adivinar, sino que seleccionaron la emoción hablada, en lugar de la visual, a pesar de que se les dijo que la ignoraran.

Los investigadores quieren ahora averiguar si los niños pequeños siguen basándose en lo que pueden oír cuando pueden ver expresiones faciales humanas y cuando las voces humanas se sustituyen por música que transmite emociones similares.

La importancia de la inteligencia emocional

Emociones

Las familias cada vez somos más conscientes de la importancia de educar a nuestros hijos con inteligencia emocional, ya que esto repercutirá de forma positiva en la vida del niño y en sus relaciones con los demás. De hecho, dos de las preocupaciones más comunes de los padres a la hora de criar a sus hijos, pasa por entender su comportamiento y saber acompañarle de forma positiva en sus emociones.

Una correcta educación emocional pasa por ayudar a nuestro hijo a expresar sus emociones (rabietas, tristeza, alegría, miedo...), entenderlas y ponerles nombre, para después gestionarlas y encontrar la solución al problema que haya podido surgir.

Aprenderá a interpretar las emociones con todos sus sentidos, con la ayuda de papá y mamá, así que no debemos privarles de ningún contacto sensorial. Eso sí, este estudio del Reino Unido resulta muy interesante para darnos cuenta del gran poder que tienen las palabras cuando llegan a los oídos de los niños. Así que mejor pensar qué y cómo decimos algo susceptible de herir sentimientos antes de que salga por nuestra boca en presencia de nuestros hijos.

Pero también cuando hablamos con ellos, cuando queremos que entienda algo, que descubra cómo se siente en esos momentos, poniéndonos a su altura, mirándole a los ojos y usando palabras adecuadas para que les llegue lo que queremos comunicar.

El efecto de lo que escuchan puede ser mayor del esperado.

Vía | Universidad de Durham

Fotos | iStock

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