Responder ante conductas inadecuadas de forma equilibrada

La niña de la foto quiso repetir lo que le habían enseñado en la playa sobre darse crema y acabó "fregando" el suelo. ¿Cómo debería ser nuestra reacción ante una conducta así?.

Debemos tratar de hacer el mundo comprensible para nuestros hijos, y una de las premisas para conseguirlo es no dar por hecho que saben cosas que sabemos nosotros (como la importancia de lo que hacen o las repercusiones de la acción).

¿Sería nuestra respuesta igual si la crema que hubiese utilizado fuese una hidratante corporal genérica o una específica para las "patas de gallo" de una marca conocida (muchiiiiiisimo más cara)?.

¿Y si en vez de hacerlo sobre las baldosas de la cocina lo hubiese esparcido sobre la alfombra pakistaní comprada de importación?.

La cuestión es que a veces reaccionamos, no en función de la gravedad de la acción, sino de que nos moleste más o menos porque estemos estresados, porque se haya roto algo valioso o porque nos pilla desprevenidos.

Todas estas implicaciones de que sea caro o que tenga un valor sentimental pueden hacer que nuestra reacción sea exagerada, lo que dificultará que el niño sea consciente de la falta que ha cometido. Ante estas reacciones excesivas podrá tener dos salidas, o inhibirse y no explorar las cosas con naturalidad y curiosidad, o provocar estas reacciones porque le produzca cierta satisfacción ser el centro de nuestra atención.

Aunque a veces tengamos que hacer un gran esfuerzo para controlarnos, esto facilitará el que interprete las reglas de una forma serena y que no reaccione ante ellas de forma desequilibrada.

Tendremos que intentar explicar normas sencillas que los niños puedan seguir pero que no les impidan desarrollar su autonomía: "Está muy bien que te eches la crema, pero cuando yo te lo diga y delante mío, por favor".

Foto | Flickr (Gavowan) En Bebés y más | La rebeldía de los dos años

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