Si quieres que duerman bien nada de móviles, tablets ni tele en la habitación

Un niño de cuatro años te dirá "¿Puedo llevarme la tablet a la cama, juego un rato y me duermo?". Un niño de nueve años te dirá "Vaya rollo esto que veis, me voy a mi cuarto a ver la tele". Un 'niño' de trece años te dirá "me voy a la cama, que estoy hablando con mis amigos por WhattsApp".

Según las edades, preferirán hacer uso de unas u otras pantallas y según la edad, preguntarán o directamente lo harán. Pero en los tres ejemplos hay un problema: los tres niños tienen mayor probabilidad de dormir menos y peor que los niños que se acuestan sin televisión, sin tablet y sin móvil.

Al menos es lo que dice un estudio en el que se trató de conocer cuál era el efecto de las pantallas pequeñas en el sueño de los niños. La televisión ya se sabe que ayuda a que los niños se duerman más tarde, pues se quedan viéndola, pero faltaba saber qué sucedía con los móviles y en un estudio realizado en EEUU con 2.048 niños de entre 9 y 13 años evaluaron el uso de las pantallas con la cantidad y calidad del sueño.

Vieron que los niños que dormían cerca de un móvil o de una tablet perdían 20,6 minutos de sueño y tenían más riesgo de sentirse cansados al día siguiente (la percepción de no haber descansado lo suficiente). Si dormían con la tele, perdían 18 minutos de sueño.

Si pensamos en un solo día, 18 o 20 minutos no es mucho en realidad, pero si lo multiplicamos por los 7 días de la semana tenemos dos horas perdidas de sueño por estar con "la pantallita". Si a esto le sumas que al día siguiente se notan más cansados, el desaguisado puede ser importante.

Jennifer Falbe, autora del estudio, explica así las conclusiones:

A pesar de la importancia del sueño para la salud, el desarrollo y el rendimiento en la escuela de los niños, muchos no duermen lo suficiente. Hallamos que tanto dormir cerca de una pantalla pequeña como dormir en una habitación con una televisión se relacionaban con una menor duración del sueño en los días de semana [...] Los niños que dormían cerca de una pantalla pequeña, en comparación con los que no, también eran más propensos a sentir como si no durmieran lo suficiente.

¿Qué hacer entonces? Pues aplicar el sentido común, si es que lo hay. Tanto niños como adultos tienden a dormir peor si en los últimos momentos antes de dormir están delante de una pantalla. Y si el móvil se queda al lado, con las notificaciones activadas, ni te cuento: "a ver si me han contestado", "a ver si alguien le ha dado al 'Me gusta'", etc. Ya no solo te duermes más tarde, sino que te despiertas por la noche para mirar si hay algún mensaje que contestar. Y si lo hay, ¡muchos contestan! Claro, el uno que contesta, y al otro lado, el otro, que lo recibe. Y así no duermen lo que hay que dormir ni como hay que dormir.

Nada de tele en la habitación, nada de móvil en la habitación y nada de tablet. Se lee un ratito y a dormir. O se habla un ratito con mamá o papá, o con el hermano. O se apaga la luz y uno se duerme con sus pensamientos, como se ha hecho siempre por los siglos de los siglos.

Vía | Healthfinder
Fotos | Thinkstock
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