En general, se tiene la idea equivocada de que un niño que responde o lleva la contraria a los mayores es un niño rebelde y desobediente. Desde la visión de un adulto es un comportamiento que no encaja en lo que se supone que debería ser un niño "bien educado", pero no son niños a los que haya que encauzar. Al contrario, ser contestatario es positivo para el desarrollo de su personalidad.
Es cierto que las contestaciones pueden a veces sacarnos de las casillas. Todos somos padres y hemos pasado por situaciones de ese tipo, pero lo importante es aprender a mantener la calma, y tener en cuenta que si tu hijo te contesta, según expertos en psicología, los niños "respondones" tiende a convertirse en adultos exitosos.
Están practicando su autonomía
El psicólogo Joseph P. Allen, responsable de un estudio para la Universidad de Virginia, explica: “Les decimos a los padres que se tomen estos argumentos no como un problema, sino como una posibilidad para fomentar un pensamiento crítico en su hijo”.
Cuando los hijos nos contestan, enseguida tendemos a regañarles por lo que consideramos que es una rebeldía. Pero lo que están haciendo en realidad es decir "no" a algo con lo que no están de acuerdo o algo que nosotros pretendemos que hagan y ellos no están dispuestos a hacer. Están pretendiendo ejercer un cierto control sobre sus propias vidas.
¿Cómo queremos que sean nuestros hijos el día de mañana, cuando ya no les llevemos de la mano? ¿Personas sometidas que sigan la corriente y sean incapaces de decir "no" o de resistir a las presiones, o personas que se animen a expresar su opinión cuando no estén de acuerdo con lo que se les impone? Yo no tengo dudas que lo segundo, pero para eso es positivo que el niño practique esa habilidad de replicar desde que es pequeño.
Es su manera de demostrar que es un ser independiente que tiene sus propias ideas y que empieza a ser capaz de tomar pequeñas decisiones, decisiones que irán siendo cada vez más complejas a medida que vayan haciéndose mayores.
No significa permitirles cualquier cosa
"Claro, y dejar que el niño haga lo que quiera y se nos suba a la chepa", estaréis pensando. Pero no, no es eso. Está claro que como padres hay límites que tenemos que poner, como no permitir insultos, ni gritos, ni mucho menos el uso de la violencia, pero ante una contestación de nuestros hijos es importante que sepamos cómo actuar.
Ante todo, poner en práctica el autocontrol para evitar la réplica explosiva que no conduce a nada. Si es necesario cuenta lentamente hasta diez o ponte a hacer otra cosa y luego vuelve sobre el tema. Una vez calmados ambos, debemos hacerles ver que tenemos en cuenta su punto de vista, que tal vez podemos negociar o solucionar el asunto de otra manera. O si no vamos a cambiar de postura, explicarles tranquilamente por qué.
Replicar la autoridad no es algo negativo. Al contrario, es la práctica de una habilidad que, bien conducida, siempre bajo el respeto y la tolerancia, hará que se conviertan en personas independientes y mejor preparadas.