Cuando los niños tienen 2 o 3 años entran en lo que muchos padres conocen como su primera adolescencia y que en inglés denominan como threenager, por aquello de mezclar la palabra adolescente (teenager) con los tres años de edad (three).
Se le llama así porque es la edad de las rabietas, del decirles que no y ellos responder que sí, decirles sí y responder que no, llorar por todo y desesperarte hasta el punto de decirles "¡ya no sé ni cómo actuar!", porque hagas lo que hagas parece que está mal.
Una madre, sorprendida por ver que su hija tenía rabietas por muchísimas cosas decidió un día hacer una lista y consiguió nada menos que 44 motivos de enfado ¡en un solo día!
Los 44 motivos por los que una niña de 3 años puede enfadarse en un solo día
El nombre de la madre es Jenna Gallina y aunque la pista viene del DailyMail no es la primera vez que oigo hablar de ella, pues es editora en un blog de maternidad de Australia llamado Babyology, donde publicó esta lista para hablar de los 44 "completamente razonables" motivos por los que su hija le montó una rabieta:
- Ella quería usar su camiseta de Elsa (que estaba en la pila de la ropa sucia).
- Ella se puso su ropa interior al revés.
- Puse el episodio equivocado de Strawberry Shortcake.
- No tuve preparado el desayuno con la suficiente rapidez.
- No quería cereales. Ella quería avena.
- Le di el recipiente equivocado para su avena. Ella quería el bol en el que puse los cereales que no quería.
- Se le cayó avena en su rodilla.
- Ella quería una cuchara más pequeña.
- Le di la manta amarilla en lugar de la manta de color rosa.
- Ella quería usar su vestido de Elsa en lugar de su camiseta de Elsa.
- Hoy no era su cumpleaños.
- Su cinturón de seguridad parecía divertido.
- Su hermano la miró en el coche.
- El gato no le permitió que le cogiera por la cola.
- No podía abrir el envoltorio de su barrita de muesli.
- Abrí el envoltorio de su barrita de muesli demasiado.
- Su barrita de muesli se partió en dos.
- Cuando pinté con ella, usé el color equivocado de azul para el vestido de Cenicienta.
- Me senté encima de su amigo imaginario.
- Ella se puso los zapatos en el pie equivocado.
- Peppa Pig terminó.
- Corté su sándwich en triángulos.
- Corté su segundo sándwich en cuadrados.
- No dejé que se llevara su juego al coche.
- Le sugerí que echáramos una siesta.
- Dejó caer su sombrero en la carretera.
- No dejé que ella contestara al teléfono.
- Me senté en el lado equivocado de la cama.
- Comenzó a llover.
- Tuve que hacer la cena.
- Su hermano habló con ella.
- Ella derramó su agua.
- Usé la toalla roja para limpiarlo. Yo debería haber utilizado la rosa.
- Me tomé una ducha sin ella.
- Ayudé a su hermano con sus deberes.
- Perdió el zapato de color rosa de su muñeca.
- Le pregunté si quería tomar un baño.
- Le pedí que saliera de la bañera.
- La toalla le picaba.
- Su hermano se puso su pijama más rápido que ella.
- Pasé la página de su cuento de antes de dormir de forma incorrecta.
- Teddy se cayó de la cama.
- No le hice cosquillas en su brazo correctamente.
- Bostecé.
¿Y vuestros motivos?
Seguro que os habéis reído con muchas de las razones porque habéis vivido unas cuantas (yo sí me he reído con varias), así que por favor, decidnos cuáles son las "completamente razonables" razones por las que vuestros hijos han llorado alguna vez. Yo suscribo muchas de las razones de Jenna, como la de cortarles el sándwich y querer ropa que está sucia, y ahora no las recuerdo todas, pero podría decir, de memoria, hablando solo de Guim:
- Se le rompió una galleta.
- Pulsé el botón del ascensor y quería hacerlo él.
- Le alcé para que pulsara el número del ascensor pero quería hacerlo sin cogerle, y no llegaba.
- Fuimos por el camino equivocado.
- No quería ponerse la chaqueta.
- Quería que le atara la chaqueta.
- Le puse un vaso para la leche que no quería.
- Le puse ese vaso a su hermano y entonces sí lo quería.
- No quería un plato pequeño, sino grande como papá y mamá.
- Ese plato grande estaba descolorido.
- Sus hermanos acabaron de desayunar antes que él.
- Quería ducharse conmigo.
- Pero cuanto estaba conmigo quería ducharse solo.
- Le puse mermelada de fresa en el bocadillo del cole.
- Al día siguiente le puse queso y quería mermelada de fresa.
- El día del cumpleaños de Jon no era su cumpleaños.
- El día del cumpleaños de Aran no era su cumpleaños.
- El día de mi cumpleaños no era su cumpleaños.
Venga, seguid vosotros que ¡seguro que tenéis mucho que contar!
Fotos | Ellyn y Allison en Flickr
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