Una nadadora de 10 años debuta en el mundial de Kazán y se abre la polémica: ¿niños precoces o padres exigentes?
La noticia del día definitivamente ha sido el debut de Alzain Tareq en el Mundial de Natación que se está disputando en Kazán. No lo sería si no fuese porque la deportista cuenta con tan solo 10 años y está compitiendo con deportistas profesionales que incluso de doblan la edad.
Por supuesto la polémica no se ha hecho esperar... ¿participa por iniciativa suya o de sus padres?, ¿ha tenido infancia para llegar allí?... ¿hay límites que sobrepasan los padres para coseguir que sus hijos triunfen y cuanto antes mejor?.
Cuando te conviertes en padre sueñas con que tu hijo sea feliz y además logre todas las metas que se proponga. El problema viene cuando no dejas que él decida cuáles son esas metas y le llevas de la mano por el camino que crees que es el más indicado... entiendo que todos los deportistas de élite empiezan jóvenes (cada vez más), pero esta noticia llama la atención porque el nivel que tiene que tener una persona para llegar a un mundial y competir con los mejores debe ser muy alto.
Cuando Alzain apareció en escena el público se fijó de inmediato en ella por su contextura menuda y su pequeña estatura... claro, ¡es una niña!. El poyete desde donde se lanzan parecía enorme al lado de ella... y qué decir la piscina. Cuando llegó a la meta recibió una ovación por parte del público, que no paró de apoyarle.
La pequeña no ganó. De hecho estuvo lejos del tiempo que marcó la ganadora... sin embargo se convirtió en el centro de atención mediática precisamente por participar en esta competición a tan corta edad.
“Es maravilloso estar aquí... me clasifiqué para el Mundial nadando en mi país contra adultos. Fui la mejor de las pruebas en Bahrein y por eso estoy aquí. Igualmente no estoy contenta con mi tiempo. Lo puedo hacer mejor. Entreno cinco veces a la semana para mejorar. Ahora quiero hacer 34 segundos en las pruebas de 100 mariposa de este sábado”, dijo la pequeña a la prensa especializada.
Sin duda parece bastante madura para su edad y completamente consciente de la exigencia que necesita el ser deportista de competición. Sin embargo habría que ver cuánta libertad de decisión tiene y cuánto de esto ha sido influido por sus familiares.
¿Son cada vez los niños más precoces?
Se dice que los niños son cada vez más precoces (aunque no tengo claro si esto se ha dicho desde siempre y se trata simplemente de la evolución natural de una persona que interactúa con un entorno que cambia rápidamente). Claro, para hablar de precocidad hay que tener claro que esto se da por iniciativa del niño y no por imposición de los padres.
Aprender a leer es uno de los ejemplos más típicos: hay niños que desde muy corta edad porque se interesan por las letras y por todo lo que tiene que ver con ellas. Si un padre regala a su hijo su primer libro le está incentivando, pero si este le obliga a sentarse y a pasar horas tratando de descifrar lo que significa cada palabra, ya deja de ser algo que nace del niño para ser algo que nace del padre.
La presión de los padres para que sus hijos triunfen
Está claro que todos queremos lo mejor para nuestros hijos y probablemente todos habremos pensado en algún momento que queremos brindarles todas las herramientas que necesiten para triunfar. Sin embargo hay una linea delgadísima línea entre eso y hacerles que maduren de forma precoz: probablemente cuando la traspasamos lo hacemos de forma inconsciente, de tal forma que les presionamos para que piensen en el futuro antes de tiempo.
Creo que lo más importante es que los niños no dejen de serlo por cumplir con nuestras expectativas. Recuerdo que cuando era pequeña me gustaba mucho escuchar cuando mis padres me decían que estaban orgullosos de mi y supongo que es algo que les pasa a todos los niños. Simplemente no hay que caer en extremos y tener siempre en mente que lo más importante es que ellos sean felices, sobre todo disfrutando de su infancia.
Imagen | Cordon Press, ThinkStock
En Bebés y Más | La otra cara del peso de la responsabilidad en los niños