13 razones por las que los niños no deberían usar las redes sociales

13 razones por las que los niños no deberían usar las redes sociales
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En España la edad legal para usar redes sociales son los catorce años. Sin embargo son muchos los niños que ni siquiera tienen ya esta edad y cuentan con un perfil en redes sociales.

Por ello no es de extrañar que esta misma semana conocíamos que 97 expertos han mandado una carta a Mark Zuckerberg en la que le piden que elimine la aplicación de Facebook Messenger Kids. Para aquellos que no la conozcan, se trata de una aplicación de mensajería destinada a los más pequeños de la casa, a niños de entre seis y doce años.

Pero todo esto no deja más que una serie de cuestiones sobre la mesa que son evidentes. ¿Deben los niños hacer uso de las redes sociales cuando realmente no conocen todo lo que sus publicaciones pueden acarrear? ¿Qué peligros reales conllevan las redes sociales para nuestros hijos? Son tantas las incógnitas, por eso te proponemos 13 razones por las que los niños no deberían usar las redes sociales.

Desconocen qué es la privacidad

Los niños no son conscientes de la pérdida de privacidad que conlleva el simple hecho de subir una foto a las redes sociales o hacer comentarios a sus amigos que todo el mundo puede ver. A través de una, aparentemente, sencilla publicación no sólo estás cediendo los derechos de esa imagen a Facebook sino que además puedes decirle a todos tus contactos dónde estás.

Uno de los motivos de los expertos para dirigir esta misiva a Facebook está relacionado precisamente con el concepto de privacidad. Los niños no tienen una comprensión completa de lo que es. No obstante, cabe recordar que la privacidad es algo que se ha de preservar en cualquier plataforma social, más allá de Facebook.

Comparten contenido que puede generar problemas

Subir una foto si se tiene la geolocalización activada puede suponer decirle a todos los contactos dónde estamos. Estos asuntos y sus posibles consecuencias son muy delicadas y parece evidente que un niño no es capaz de discernir todavía esto.

Da lugar a malentendidos

Del mismo modo que en las relaciones entre adultos el contenido que se lee a través de la red a veces se malinterpreta en el caso de los niños esto puede verse multiplicado. Los pequeños navegan en un mundo que realmente no manejan y se pueden ver obligados a afrontar situaciones que ni pueden, ni deben hacer frente a su corta edad.

Pueden contactar con desconocidos

Bajo el anonimato que da la red los pequeños pueden contactar con desconocidos que no tengan buenas intenciones. Es fácil hacerse pasar por otra persona, crear un perfil falso y ganar la confianza de un niño gracias a su inocencia. Esto es peligroso porque detrás puede haber pederastas o personas con malas intenciones. Mantener alejado a tu hijo de las redes sociales será un buen modo de evitar que algo así pueda suceder.

Son niños y necesitan tiempo para jugar

Aunque tu hijo tenga seis o doce años no deja de ser un niño y necesita tiempo para jugar y hacer actividades lúdicas con sus amigos. Fomentar las relaciones personales y no tanto las virtuales es fundamental. Los pequeños deben tener tiempo para sus momentos de ocio y no dedicar este tiempo a estar en las redes sociales, aislados y sin contacto real con terceros.

Pueden ser víctimas de bullying

En España INTECO hizo un estudio en el que se preguntó a menores con edades comprendidas entre 6 y 16 años, además de a padres y tutores sobre esta situación. En este estudio un 5,9% afirmaba haber sido víctima de ciberbullying, mientras que el 2,9% confesó haber acosado. ¿Estos datos no son suficientes para alejar a los niños de las redes? Lo mejor para evitar a los acosadores en redes sociales es:
- Configurar la privacidad para que nadie pueda acceder a la cuenta si no es nuestro contacto.
- No tener ningún desconocido entre nuestros amigos virtuales.
- Denunciar cualquier insulto o mensaje que pueda hacernos sentir humillado. Por suerte las redes sociales cada día trabajan por mejorar en este tipo de prácticas para evitar el acoso en sus plataformas.
- Se prudente con lo que compartes y con quién.
- Desconfia de los desconocidos, no sabes quién se esconde detrás de la patallas.
- Ante cualquier problema pide ayuda.

Acoso

Pueden ser víctimas de sexting o grooming

¿Qué es el sexting? Básicamente se refiere al envío de mensajes eróticos a través del teléfono móvil. Mensajes que pueden ser utilizados como una nueva forma de acoso. La realidad es que las cifras no paran de crecer y así lo indica un informe de Net Children Go Mobile de finales de 2016 que confirma que un 31% de los menores de España entre 11 y 16 años lo practicaron el último año. La forma preferida de compartir estas imágenes es vía Whatsapp y la mejor forma de afrontar esta situación es con el diálogo y el fomento de la autonomía en la toma de decisiones del adolescente. Evidentemente, lo primordial es evitar este tipo de comportamientos para no ser una víctima.

¿Qué es el grooming? Es una actitud relacionada con pederastas que se hacen pasar por niños en la red para acercarse a sus víctimas. Un comportamente que es delito en España si va seguido de un encuentro físico con la víctima.

Pueden ser víctimas de una suplantación de identidad

En las redes sociales cualquiera puede ser víctima de suplantación de identidad y, por supuesto, los niños también. Cualquiera con malas intenciones puede copiar su foto y hacerse pasar por ellos. Una experiencia traumática que no saben gestionar y que no deben vivir a esa edad.

Establecen relaciones irreales

En ocasiones a través de la red se pueden entablar unas relaciones y generar unas conexiones que no existen más allá del paraguas de la red. Hay que tener cuidado con esto para que el menor no caiga en una realidad paralela donde su mundo y sus relaciones sean todas en el mundo online careciendo de contacto con el mundo real.

Viven abducidos por las pantallas

Las redes sociales hacen que estén constantemente pendientes de una pantalla para ver sus últimas notificaciones. Los niños que viven abducidos por las pantallas están quitando tiempo al mundo y a la vida real que hay en el exterior. Podemos hablar de una total obsesión. De hecho, los adolescentes, sobre todo las chicas de entre 14 y 16 años, son el sector más vulnerable a padecer nomofobia, una enfermedad que consiste en tener miedo a estar incomunicado a través del teléfono móvil u otros aparatos tecnológicos, según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y de la Universidad de Deusto.

Fomenta el sedentarismo

El uso de las redes sociales se trata de una actividad que se suele hacer frente a una pantalla sentado por lo que dedicamos poco tiempo al ejercicio físimo. Es importante fomentar el juego con contacto real entre los niños como forma más saludable de socialización para nuestros hijos. No olvidemos que al final son niños y ya tendrán tiempo de pasar horas sentados delante de pantallas de ordenador.

Idealizan la vida de los demás

En redes sociales sólo se muestra lo mejor de nuestras vidas. Si los niños están en redes y ven este tipo de mensajes pueden acabar idealizando la vida de los demás. Una vida que no es real o que, sencillamente, no es la suya. Viene a ser lo que conocemos como postureo. Una cosa es lo que publicamos en redes sociales que puede quedar muy bonito y otra cosa es la vida misma.

Deben establecer relaciones personales cara a cara

¿Recordáis cuando no existían móviles, ni internet? Nuestros hijos nunca lo recordarán. Actualmente los jóvenes pasan más tiempo preocupados por sus followers que por las relaciones reales. Concretamente, según las conclusiones del estudio 'Jóvenes y comunicación. La impronta de lo virtual', realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado creado por la Fundación Ayuda a la Drogodependencia (FAD), las nuevas tecnologías, internet y las redes sociales se han convertido en algo indispensable en la sociedad, y especialmente en los jóvenes entre 16 y 26 años. Tanto es así que ellos mismos admiten "sentirse aislados, incomunicados e incompletos y que no sabrían cómo rellenar rutinas, integrarse o socializarse" si no las tuvieran. Un dato preocupante, ¿no?

Por eso hay que trabajar con nuestros hijos para enseñarles a socializarse para que su principal forma de establecer su círculo de amistades sea la vida real y no el mundo online.

Por todas estas razones un niño no debería tener redes sociales, al menos, hasta los catorce años. Esta es la edad en la que España ya se permite el uso de estos canales. Los pequeños no saben qué es la privacidad ni la importancia que esta tiene, tampoco saben las repercusiones que sus publicaciones e interacciones pueden tener y es el deber de los padres fomentar la interacción personal del niño y no a través de una pantalla.

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