Hace unos días compartía mis sentimientos ante el inicio del cole de mi hija de tres años. En aquel momento me encontraba aturdida, triste y sin ninguna gana de separarme de ella, pero tenía claro que apoyaría a mi hija y le infundiría seguridad para empezar esta nueva etapa de su vida con confianza.
Y tras una semana de adaptación puedo afirmar que mi pequeña ha asimilado las rutinas a las mil maravillas, le encanta el colegio y, a pesar de no haber ido nunca a la guardería, se ha adaptado fenomenal. Os cuento cómo ha sido nuestra experiencia con el inicio del cole de mayores.
Y sin "socialización" previa, todo ha ido sobre ruedas
Unos días antes del inicio del curso escolar tuvimos una reunión con los profesores del ciclo de Infantil -en el que comenzaba mi hija- para darnos algunas pautas que ayudarían a los niños a afrontar el inicio del colegio de forma positiva.
Este tipo de indicaciones hechas por expertos siempre vienen fenomenal, porque aportan información, datos relevantes y experiencia profesional para ayudar a los peques a llevar bien su nueva etapa.
Durante estos tres años de crianza en casa han sido muchas las veces que he escuchado comentarios de gente poniendo en duda que la adaptación de mi hija al colegio fuera a ser buena.
"No habiendo ido a la guardería, seguro que lo pasa muy mal en el colegio"
"Está tan enmadrada que no va a querer separarse de tí"
"Pobrecita, ¡qué perdida va a estar el primer día de colegio!"
Algo similar viví con mi hijo mayor (que tampoco fue a la escuela infantil), con la diferencia de que él era más pequeño que su hermana cuando comenzó el colegio, que siendo de enero es de las mayores de su clase. Y parece que cuanto más mayor es un niño, más se juzga el hecho de que esté muy apegado a mamá.
Pero si algo recalqué en mi post sobre el inicio del curso escolar es que estaba convencida de que mi hija se adaptaría fenomenal porque va en su caractér y, porque a pesar de no "haber ido a la guardería a socializar" es una niña tremendamente abierta y empática y que disfruta como nadie de los juegos con otros compañeros y de las actividades en grupo.
Los días previos al inicio del curso, y sin que fuera un tema recurrente, hacíamos algún comentario sobre lo divertido que era el colegio aprovechando, por ejemplo, alguna escena de dibujos animados que nos diera pie a ello, algún cuento o conversaciones con su hermano mayor -que estaba deseando empezar-.
Además, la involucré en todo lo relacionado con la compra de ropa y material escolar, como su mochila, zapatillas de deporte o el baby, que quiso que le personalizara con la cara de su personaje animado favorito.
El primer día de colegio iba muy feliz de mi mano y de la de su hermano mayor, con su mochila a la espalda y ansiosa por conocer a sus nuevos amigos y profesores. Nos despedimos con un abrazo muy fuerte y en mis palabras le transmití seguridad, confianza y mucho amor.
En todo momento quise que notara que estaba con ella en esta nueva etapa que comenzaba y que no era un tema exclusivo suyo, sino de toda la familia. El lenguaje verbal y no verbal, y los múltiples besos y abrazos que nos dimos le hicieron sentir especial, mayor y muy segura del paso que estaba a punto de dar.
Y así ha sido durante toda la semana de adaptación. Ni una sóla lágrima o duda, muy relajada y con la energía y felicidad desbordada tanto a la entrada, como a la salida de clase. Y yo no voy a negar que, aunque como madre tuviera la certeza de que todo iba a marchar bien, me siento muy feliz de que así haya sido.
Son muchos los testimonios que me han llegado de otras familias que aún no habiendo ido a guardería, sus peques han vivido un proceso de adaptación igual de bueno que el de mi niña.
Por tanto, desde mi experiencia y desde la de otras muchas mamás, os digo que por mucho que escuchéis comentarios externos que pongan en tela de juicio vuestra decisión familiar de criar en casa los primeros años, o que incluso os hagan dudar en algún momento, la realidad es que no tiene porqué ser así.
Si por el contrario, el proceso de adaptación de vuestros hijos no está yendo todo lo bien que hubiérais deseado, os dejo algunos consejos que pueden ayudaros en estos primeros días. Recordad la importancia de infundir seguridad con vuestros actos y palabras y, sobre todo, y tal y como nos comentaba Armando desde su experiencia, escuchad a vuestro corazón.
¡Deseo que todos los niños que han empezado el cole por primera vez en estos días, tengan un inicio de curso fabuloso!