Según los datos publicados por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, durante el pasado curso escolar 2020-2021 se produjo un notable descenso en las matriculaciones de los alumnos de Educación Infantil, tanto en el primer ciclo (0-3 años) como en el segundo (3-6 años).
El motivo de este descenso fue la pandemia, los retos logísticos y organizativos a los que tuvieron que hacer frente las familias, y el miedo a los que los niños pudieran contraer el virus en el entorno escolar.
Por fortuna, con el tiempo se ha visto que los colegios son sitios seguros, y además, muy especialmente durante el curso pasado (el primero completo en pandemia) fueron imprescindibles para que los niños pudieran socializar y relacionarse con sus iguales.
En 2020-21 se registraron 127.000 alumnos de Infantil menos que el año anterior
Si atendemos al informe estadístico del Ministerio de Educación y Formación Profesional, el curso 2020-21 registró un total de 127.244 alumnos menos que el año anterior en la etapa de Educación Infantil.
Este descenso fue más notable en la primera etapa del ciclo (0 a 3 años), registrándose 390.425 niños matriculados, frente a los 469.758 del curso anterior. Esto supone 79.333 alumnos menos, es decir, una caída del casi el 17%.
En la segunda etapa del ciclo (3 a 6 años) también se observó un descenso en la escolarización, aunque más moderado, pues se pasó de 1.279.839 alumnos en el curso 2019-2020, a 1.231.928 en el curso 2020-2021. Esto supone una diferencia de 47.911 alumnos menos; casi un 4% menos que el curso anterior.
La educación en tiempos de pandemia
La pandemia ha cambiado por completo nuestra forma de vivir y de relacionarnos, y quizá los niños y adolescentes son uno de los colectivos que más ha sufrido las consecuencias de esta "nueva normalidad".
El curso pasado 2020-21 fue el primero que los niños comenzaron de forma presencial en plena pandemia. Por un lado estaba su ilusión por reencontrarse con amigos y profesores tras los duros meses vividos, pero por otro lado estaban las dudas y las preocupaciones lógicas de los padres.
El miedo al virus llevó a muchas familias a optar por no llevar a sus hijos al colegio, muy especialmente en las etapas de educación infantil, dado que además no es una etapa obligatoria.
Pero por fortuna, con el tiempo se ha demostrado que los protocolos en los centros han funcionado bien, pues los colegios no fueron focos de contagio entre los niños. Además, el primer estudio realizado en escuelas infantiles determinó que la transmisión del coronavirus entre los niños pequeños es muy baja, y si se infectan la mayoría desarrolla síntomas leves.
Por su parte, los pediatras siempre tuvieron una postura clara con respecto al regreso a las aulas en septiembre del curso pasado: salvo situaciones muy concretas y estados patológicos específicos, los niños debían regresar al colegio, no solo porque hacerlo es bueno para su salud, sino precisamente por no ser los grandes transmisores del virus que se presuponía al principio.
Por último, cabe destacar el papel fundamental de socialización que tuvieron las escuelas infantiles y colegios durante el curso anterior, pese a los grupos burbuja y la distancia de seguridad que primó en la mayoría de las etapas educativas.
Y es que si bien hemos comentado en otras ocasiones que la socialización de los niños pequeños no tiene por qué llevarse a cabo únicamente en el entorno escolar, el año pasado la mayoría de familias redujo considerablemente sus relaciones sociales, por lo que aquellos niños que no asistieron a la escuela pudieron ver muy limitadas las interacciones con sus iguales.
Por fortuna, parece que el presente curso académico ha empezado sin sobresaltos. Las medidas de prevención para evitar contagios siguen siendo muy similares a las del curso pasado, aunque se ha flexibilizado la distancia interpersonal y han aumentado las ratios de alumnos por clase.
También hay que tener en cuenta que un 80% de la población adulta ya está vacunada, al igual que un alto porcentaje de niños mayores de 12 años. Aún así, es importante seguir manteniendo las medidas de seguridad y no bajar la guardia.
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