A veces las normas van por un lado y el sentido común va por el otro. Cuando esto ocurre en el entorno escolar y los que pagan las consecuencias son los niños, es muy triste.
¿Cómo se puede enseñar empatía o sentido común, cuando no se aplica en el propio centro? ¿Cómo se puede decidir que la ropa adecuada para ir al colegio puede que no sea la mejor para no morir de calor?
Cuando la lógica no está en las normas del centro, da igual que te mueras de calor en el colegio.
Niños de distintos colegios han sido en estas últimas semanas víctimas del calor y sobre todo de la falta de lógica de sus centros educativos, algo que ha llamado poderosamente la atención a las familias de los niños y a miles de personas en todo el mundo que han conocido sus historias a través de internet.
Cuatro niños que van habitualmente al colegio en uniforme, tuvieron un conflicto en su centro educativo cuando, debido al calor, decidieron ir al centro con el pantalón corto del chándal.
El chándal sí era el que marcaba el uniforme escolar pero aun así les indicaron que no podrían llevar esa prenda si no era para clase de gimnasia.
Así que la dirección del centro les hizo volver a casa a cambiarse y ellos se fueron y volvieron al colegio con otra prenda de ropa del uniforme: la falda de las chicas.
Fue la solución que encontraron para sobrellevar mejor los más de 30 grados que se vivían en ese momento en el sureste de Inglaterra.
Si las chicas pueden llevar una falda bastante más corta que el pantalón de los chicos ¿por qué ellos no podían llevar la misma falda que sus compañeras?
Durante dos días, los cuatro fueron vestidos con la falda del uniforme y apoyados por sus familias en esta acción reivindicativa.
Pasados esos días, la directora de su colegio les comunicó que se les permitía usar cualquier prenda acordada dentro del uniforme escolar. Ganó el sentido común y la lógica.
En Carolina del Sur Jordynn, una niña de 10 años, no tuvo tanta suerte y no ganó la lógica en su caso.
La mirada que juzga
De nuevo el calor, superior a los 30º y atípico en la zona fue el detonador de la mala experiencia para Jordynn y su madre Alicia.
Alicia preparó la ropa para sus tres hijos como cada mañana y a su hija, dado el calor que hacía y que la niña tenía entrenamiento se softbol después de clase, le dejó una camiseta de tirantes y un pantalón corto.
En ningún momento pensó que podría tener problemas en el colegio por su ropa, pero lo tuvo.
Jordynn volvió a casa llorando y le contó a su madre que un profesor le había llamado la atención por su ropa delante de sus compañeros, la había apartado del resto del grupo y le había enviado a la enfermería para que le dieran algo que ponerse. Allí le ofrecieron una camisa de chico o una chaqueta, la niña eligió la chaqueta y volvió a clase consternada.
Sus compañeros no entendían qué pasaba, no comprendían por qué tenía que llevar chaqueta si estaba sudando y obviamente, no veían los motivos que habían impulsado a su profesor a hacerlo.
Alicia no podía creer lo que su hija le contaba teniendo en cuenta que la ropa que llevaba la niña estaba perfectamente permitida en el reglamento de régimen interno del propio centro y que además, en ningún momento, nadie tuviera en mente contactar con ella para informarle de este episodio con su hija de diez años.
A veces la lógica se impone y ya veis, en otras ocasiones no es así y los niños no tienen tanta suerte. ¿Cómo van a entender que alguien así les explique lo que es la justicia, lo que es la empatía o lo que es el sentido común?
Vía | metro.co.uk |
Fotos | BBC | Alicia Rogers
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