La diversidad es un valor muy importante en el que educar a los hijos. El contacto con personas de otros países, que tienen otras costumbres y que hablan diferentes idiomas les enriquece muchísimo.
La exposición a la diversidad cultural mejora el aprendizaje social de los niños, incluso desde que son bebés. Así lo ha demostrado un estudio de la Universidad de Chicago, el cual afirma además que escuchar distintos idiomas desde que son bebés hace a los niños más abiertos.
Los investigadores hallaron que la exposición de los bebés a otros idiomas en su entorno habitual, como en el supermercado, en el autobús o en el parque podría ayudar a los niños a tener la mente más abierta y a estar más dispuestos a aprender de personas que son distintas a ellos.
No hablamos del aprendizaje pautado de un idioma, como el inglés que pueden aprender en el colegio, sino de estar en contacto con otros idiomas en su vida cotidiana, fuera de la enseñanza escolar y fuera también del hogar.
Se examinaron datos de 82 niños de 19 meses de edad que vivían en hogares donde se hablaba inglés con sus padres y cuidadores, pero vivían en vecindarios donde se hablaban múltiples idiomas.
El estudio halló que los bebés que escuchaban una variedad de idiomas en sus vecindarios eran más propensos a seguir las indicaciones, aprender e imitar las acciones de las personas que hablaban en español que los bebés de vecindarios menos diversos.
Esto sugiere que los bebés se mostraron más abiertos a aprender de alguien que no hablaba su idioma, frente a los bebés que no han estado expuestos a otros idiomas.
Afirman además que esta exposición temprana a la diversidad podría evitar desde muy temprano que los niños desarrollen prejuicios hacia personas que son distintas a ellos.
Vía | Medline Plus
Foto | Thinkstock
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