Una madre muestra en su cuenta de Twitter, los mensajes de Whatsapp que ha enviado a los padres de un compañero de colegio de su hijo, denunciando las vejaciones a las que el otro niño le somete, llamándole 'mariposa' y 'palomo'.
Parte del mensaje "Hay un niño que se mete con mi hijo cada día... y no sé cómo actuar sin liarla" para reproducir la conversación unilateral que mantuvo, ya que aún no ha recibido respuesta.
Son reflexiones de madre sobre sobreprotección, respeto, educación... unos miedos con los que resulta fácil identificarse, aunque no estemos de acuerdo, de ninguna manera, con su conclusión porque un problema no se soluciona con violencia.
¿Hasta dónde llega una broma y empieza el acoso?
Sin duda alguna es uno de los terrores más comunes entre los padres: que tu hijo llegue del colegio llorando, triste cada día, porque es objeto de burlas ajenas simplemente porque sí, porque no encaja en la tribu establecida o porque hay niños a quien les gusta chinchar.
Así que resulta difícil no entender por qué Déborah, una madre de Sevilla que pasa por el difícil trago de ver sufrir a su niño de 11 años, no sabe cómo actuar y hace lo que siente como madre.
Tal y como pueden leerse en los mensajes de Whatsapp que envió a los padres de su 'presunto acusador' y que ella mismo ha reproducido en su cuenta de whatsapp.
Eso sí, termina llegando a la siguiente resolución, tras saber que de nada ha servido que el profesor hablara con el otro niño, ya que "no entra en razones":
"... mi hijo tiene permiso, es más su madre le anima a que le demuestre a su hijo que es una persona con el mismo derecho a merecer respeto que los demás a base de hostias".
Y todo esto, después de explicar a los otros padres que:
"He educado a mi hijo enseñándole que la violencia física no lleva a ningún lado, que hay que respetar a todas las personas independientemente de su físico, capacidad intelectual o tendencia sexual... y esto hace que mi hijo se vea indefenso ante los ataques del suyo".
No puedo estar de acuerdo con su conclusión de ninguna manera, aunque por suerte nunca me he encontrado en su situación.
Supongo que, de estarlo, lo primero que haría sería ir a hablar con los profesores y, si como en su caso, no se soluciona nada, me imagino que pondría una denuncia ante la dirección del colegio y, si tampoco sirve, ante la inspección de educación.
Pero también sé que es fácil hablar en teoría. Vivir día a día el dolor de tu hijo tiene que ser muy diferente. De hecho, su publicación ha recibido muchos comentarios críticos y de apoyo.
Aunque repito, no estoy de acuerdo en absoluto con su decisión de usar la violencia, también hay que entender el miedo a que pueda ocurrirle algo grave a su hijo, viendo los desenlaces horribles en lo que termina algunos casos de niños acosados.
El miedo es libre y el amor de una madre no conoce límites (o casi).
Eso sí, no puedo estar más de acuerdo con las valoraciones que esta mamá hace a las reacciones que han provocado sus tuits, donde explica por qué ha hecho públicas sus palabras:
Y termina diciendo que:
Fotos | @DebiQuilla
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