En marzo de 2018 la familia de un pequeño de cinco años de Silla (Valencia) con Transtorno del Espectro Autista (TEA) presentó un recurso ante los Tribunales, porque la administración de su colegio ordinario le trasladaba en mitad de curso a otro centro de educación especial, a 27 km de su localidad.
Ahora una jueza les da la razón y señala que la decisión de la Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana "vulnera los derechos fundamentales del pequeño y va en contra de la inclusión". Por tanto, el niño podrá seguir en su colegio.
Un paso adelante en el reconocimiento de la escuela inclusiva y los múltiples beneficios que tiene para los niños, con y sin discapacidad.
Una lucha por la integración
Una resolución de la Consejería de Educación de la Comunidad Valenciana, de marzo de 2018, determinaba que un niño de cinco años con TEA (TEA), tenía que dejar este centro (al que asistía desde hacía dos años y al que también va su hermana) para ir a un colegio de educación especial situado en Sueca, a 27 km de donde reside con su familia.
Los padres se opusieron, porque según explicaba eldiario.es "su lugar es la escuela a la que va, con sus compañeros, cercano a su vida diaria" y reclama que la asistencia especializada que recibiría en colegio de educación especial debería estar en su propio colegio".
Así que presentaron un recurso contra esta resolución porque "vulnera el derecho fundamental a la igualdad del artículo 14 de la Constitución en relación con el ejercicio del derecho a la educación del artículo 27".
Ahora, una jueza ha reconocido el derecho del niño "a permanecer escolarizado en su centro ordinario con los apoyos especializados que necesite durante toda la jornada escolar".
Un paso a favor de la igualdad en la Educación
El fallo declara la resolución "contraria a derecho" porque:
"se desprende como principio general que la educación debe ser inclusiva, es decir se debe promover la escolarización de los menores en un centro de educación ordinaria, proporcionándoles los apoyos necesarios para su integración en el sistema educativo, si padecen algún tipo de discapacidad".
Por ello destaca que:
"la Administración educativa debe tender a la escolarización inclusiva de las personas discapacitadas y, tan sólo cuando los ajustes que deba realizar para dicha inclusión sean desproporcionados o no razonables, podrá disponer la escolarización de estos alumnos en centros de educación especial".
Contra esta resolución cabe la interposición de un recurso de apelación ante el mismo tribunal y ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
Pero de momento, la sentencia va incluso más allá del caso particular, ya que aboga por una educación más inclusiva y de proximidad.
¿Por qué es importante la educación inclusiva?
La UNESCO define la educación inclusiva como "el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación".
Se basa en:
Cada niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje distintos y los sistemas y programas educativos deben tener en cuenta la amplia diversidad de dichas características y necesidades.
Lejos de ser un tema marginal sobre cómo se puede integrar a algunos estudiantes en la corriente educativa principal, es un método en el que se reflexiona sobre cómo transformar los sistemas educativos a fin de que respondan a la diversidad de los estudiantes.
Porque como recuerda la UNESCO, la educación es un derecho, no un privilegio.
Beneficios de un colegio que apuesta por la integración
Noticias como las de las madres que se alegraron con el cambio de clase de un niño con Asperger, nos recuerdan que aún queda mucho camino por recorrer en integración, pero también en tolerancia. ¿Qué ejemplo les damos a nuestros hijos con estas actitudes tan alejadas de lo que significa la empatía?
Los pequeños con diversidad enriquecen el sistema educativo. Los niños aprenden desde pequeños a respetar a los que son diferentes, sin mirar extrañados a alguien con discapacidad cuando lo cruzan por la calle.
Conozco casos de integración en el colegio de mis hijos y conviven perfectamente todos juntos, se ayudan, sin ver diferencias, porque todos son compañeros.
Pero los beneficios de un colegio inclusivo, para niños con y sin discapacidad, van mucho más allá:
Todos pueden aprender de todos y, además, potenciar lo mejor de ellos mismos.
Les permite desarrollar sus fortalezas y capacidades particulares, con expectativas altas y apropiadas para cada uno.
Fomenta una cultura escolar de respeto y pertenencia.
Ofrece oportunidades para aprender y aceptar las diferencias individuales, lo que reduce el riesgo de casos de acoso escolar o bullying.
Posibilita hacer amistades con una amplia variedad de niños, cada uno con sus propias necesidades y capacidades individuales.
Enseña a apreciar la diversidad y la inclusión en todos los ámbitos de la vida, no solo en el colegio.
Involucra a los padres en la educación académica de sus hijos y en las actividades de la comunidad educativa.
Los múltiples beneficios de la inclusión en colegios ordinarios no significa que no existan niños que se adaptan mejor en centros de educación especial, pero deben ser los padres quienes elijan el tipo de enseñanza que quieren para sus hijos, no que sea por imposición.
Y me gusta. Ese es el tipo de educación que quiero para mis hijos.
Vía | diario.es
Fotos | iStock
En Bebés y Más | El entrañable vídeo de un padre y su hijo con autismo, conectando a través del baile y la música