Lo que me enseñaron en la escuela que no me hizo falta y mi hijo no va a necesitar

Lo que me enseñaron en la escuela que no me hizo falta y mi hijo no va a necesitar
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Parece que fue hace un siglo, o varios, cuando me sentaba en esos pupitres de metal y madera llenos de marcas que otros tantos como yo habían dejado a lo largo de los años. Recuerdo muy pocos nombres de aquella época, tanto de profesores como de alumnos, luego no digan que discrimino. Pero lo que si recuerdo es todo un conjunto de normas que había que seguir a rajatabla, sin cuestionar, independientemente de el bien o mal que aportaran a aquella sociedad de aquel entonces, era algo por el bien social decían y tu obedecías o al menos lo hacías la mayoría de las veces.

Hoy vengo a hablar de todo lo que me enseñaron en la escuela que no me hizo falta y mi hijo no va a necesitar, eso espero al menos.

Llevar la camisa por dentro de los pantalones

Para alguien que fue a la escuela en los 70's y que vivió la movida de los 80's desde provincias fue todo una desilusión ver que ese empeño de los curas porque uno vistiera según los designios escritos en algún libro digno de las estanterías de algún club de caballeros londinenses, como poco, se fuera todo al garete y de pronto empezáramos a vestirnos con camisas tres tallas más grandes con los faldones por fuera, chaquetas con hombreras, medio litro de espuma en el pelo y una total falta de respeto por esas normas en las que tanto empeño pusieron.

Es hoy en día que me siguen haciendo mucha gracia todas esas normas sociales de cómo debe uno vestirse y sobre todo de lo que ya no se lleva o se va a llevar, eso que ustedes conocen como moda. Y sobre todo, sigo preguntándome ¿para qué sirve llevar la camisa metida por dentro del pantalón?

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No salirse de la línea al dibujar

Según algunos, ayuda a la psicomotricidad fina y el auto control, según otros, es la mejor forma de acabar con futuros maestros de la pintura. Al final, no solo tenías que colorear sin salirte sino que además no se debían de notar los trazos.

Memorizar, memorizar, memorizar

Reconozco que eso que se llama cultura general es algo que no sobra, nunca está de más saber que el río que pasa por Zaragoza es el Ebro y que Lituania no es una comarca gallega. Pero todo tiene un límite y saberse los datos de memoria sin conocer la relación entre estos o para qué podemos usarlos en un futuro no ayuda demasiado a que nos interesemos por ciertas signaturas. Al final la vida consiste en saber usar un dato en un momento determinado, en aplicar una solución óptima a un problema que muchas veces no viene escrito en los libros. Esto no es una oda a la ignorancia, sino todo lo contrario, una necesidad de saber el por qué de las cosas y que el "por que yo lo digo" no es ningún dogma.

Prohibido mascar chicle o comer caramelos en clase

A ver, que no digo yo que no sea de recibo ponerse a comer un bocata de chorizo en clase, aunque alguna vez lo hice, pero lo de los chicles y caramelos. Reconozco que hay quien come chicle de cara al mundo y parece que sea imperativo en que se entere hasta su abuela de lo que lleva en la boca, pero eso es simplemente falta de modales en la mesa y se pueden aprender. Un chicle relaja y ayuda a sobrellevar ciertas situaciones escolares.

El corte de pelo en los chicos "de chico"

Si hay algo que nunca me ha gustado son las peluquerías, es una manía mía. Yo lo siento por los peluqueros pero no me gustan que me toquen el pelo y mucho menos que me den tirones, y claro, teniendo el pelo rizado como yo (cuando lo tenía) el día que tocaba cortar el pelo era un infierno. Por eso siempre me pareció absurdo el que los niños tuvieran que llevar el pelo corto. ¿Por qué? Que una niña no pueda llevar pantalones nos parece sexista, pero que un niño tenga que llevar el pelo corto ya nos da igual. Pues señoras y señores es una norma machista más, a parte de un gasto inútil.

Usar una regla para subrayar

Aquí también se unía la pelea entre los que consideraban que dibujar en un libro era poco más que sacrilegio a los que hasta te decían qué era lo que tenías que colorear. He de decir que la mayoría de mis profesores de infantil pertenecían al primer grupo y sólo dejaban que subrayásemos en los cuadernos. Y si, los apuntes quedaban muy monos, muy simétricos pero ¿sirvió para algo a parte de para que no pudiera usarlos tu hermano pequeño? Antes de dejar a alguien que marque un texto sería mejor enseñarle a quedarse con lo más importante y que debe ser marcado, porque yo al final terminaba con la página amarilla (mucho más rápido que andar pensado en qué era o no importante).

La pintura de color blanco

¿Alguien puede decirme para qué sirve la pintura de color blanco de la caja? Porque aún en pinturas líquidas tiene algún sentido, pero en las de palo, ahí está para llenar hueco o para que las librerías vendieran cartulina negra. Yo no fue hasta unos años más tarde en los que no le vi la utilidad y se llamaba "tipex". Hoy, cuando alguno de mis hijos me pregunta para qué sirve la carioca blanca me hago el sueco.

Las bigoteras

Así llamábamos a esa especie de compás cuyas patas terminaban en punta y que siempre venía con el juego de compases. Tu ibas a clase todo contento con tu juego nuevo y te pasabas el año esperando a poder sacar ese compás gordo y bajito de la funda, algo que no iba a suceder nunca, toda una decepción. Años más tarde, lograríamos usarlas y fíjense lo impactante que fue que ni siquiera me acuerdo para que se usaba.

Foto | Thinkstock
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