Erun Pazon esperaba en su centro de salud a ser atendida por su médico de cabecera, cuando se percató de un cartel expuesto en una de las paredes cuyo mensaje llamó su atención y decidió publicarlo en sus redes sociales.
En pocos días su publicación se ha viralizado y está siendo compartida por decenas de miles de usuarios, que reflexionan sobre el contenido del texto y sobre el tipo de educación que están recibiendo los niños y adolescentes de hoy en día.
"Le doy a mi hijo todo lo que yo no he tenido"
El texto original del cartel colgado en el centro de salud de Marín (Pontevedra) no ha sido obra de ningún trabajador del ambulatorio. De hecho, los trabajadores desconocen la autoría del escrito, pero lo encontraron en Internet y les pareció un potente mensaje sobre el que reflexionar; de ahí que lo imprimieran y colgaran en su pared.
Cuando Erun lo leyó, decidió fotografiarlo y compartirlo en su perfil de Facebook, sin presagiar el interés que levantaría. No en vano, en tan sólo 15 días ya ha sido compartido por más de 90.000 personas, que no han dudado en manifestar su opinión al respecto.
Tal y como puede leerse en la fotografía, el texto dice lo siguiente:
"Si señores, así es. Niñatos de 10 años con móviles de 600 pavos; crías de 15 años con extensiones de pelo de 500 euros; imberbes de 18 años con cochazos de 24.000 euros, gafas de sol de 300 pavos, pantalones de 200 euros, zapatillas de 150 euros; estudiantes que se pegan unos viajes al extranjero por 1.500 pavos a países donde sus padres no irán jamás en la vida; y mientras, los padres o sin trabajo o con trabajos con sueldos de mierda, con la misma ropa año tras año, sin ir de vacaciones y con coches de hace 20 años"
"A mí no me vale eso de "Le doy a mi hijo todo lo que yo no he tenido". A mí me vale lo de "Cuando seas padre, comerás huevos". Les damos libertad de decidir que no tuvimos. Les damos estudios que no tuvimos, vacaciones que no tuvimos y muchas más cosas que nosotros sólo pudimos soñar. Esa es la buena educación. Lo demás es malcriarlos, y deformar la realidad de sus ideas, ya que vivirán más acomodados de niños que de adultos"
"Dales a tus hijos amor, cariño, educación, respeto y sabiduría. Lo demás lo conseguirán por sí mismos"
Amar a un hijo no es darle todo tipo de caprichos materiales
Entre los cientos de comentarios y reacciones que ha recibido el escrito, la mayoría van encaminadas a la importancia de saber decir "no" a nuestros hijos cuando la situación lo requiere, de ponerles límites justos y razonables, y sobre todo, de no caer en el materialismo y la superficialidad comprándoles todo lo que deseen.
Y es que para muchos, los niños y adolescentes de hoy en día no valoran la importancia del esfuerzo a la hora de conseguir las cosas, porque han sido criados por padres que optan por darles de todo sin importar las consecuencias futuras.
Pero también hay quien considera que la educación en valores no tiene por qué estar reñida con el hecho de ofrecer a nuestros hijos tantas cosas materiales como deseen, siempre que esté en manos de los padres poder hacerlo y se haga con gusto.
Personalmente, considero que una parte fundamental de la educación es enseñar a nuestros hijos a valorar lo que cuesta conseguir las cosas. Porque sobreprotegerlos y darles todo lo que piden para evitar problemas o ahorrarles sufrimientos, les hará crecer pensando que las cosas se consiguen fácilmente y sin necesidad de esforzarse. Pero nada más lejos de la realidad.
Además, la felicidad de nuestros hijos no depende del número de regalos o cosas materiales que podamos ofrecerles. Lamentablemente, vivimos en una sociedad tremendamente consumista que nos hace creer que son imprescindibles un montón de cosas para ser felices, cuando en realidad no son necesarias. Y si no, pensemos, ¿es realmente necesario que los niños de entre diez y 12 años tengan un móvil? ¿Es imprescindible que su Primera Comunión o sus fiestas de cumpleaños sean celebradas por todo lo alto? ¿Sabemos las consecuencias que tiene para los más pequeños el síndrome del niño hiperregalado?
Aunque quizá no haga falta llegar a tal extremo para aprender a valorar las cosas, en varias ocasiones hemos compartido sorprendentes historias de familias que han decidido despojarse de todos sus bienes materiales afirmando sentirse más libres y felices con esa forma de vivir.
Tampoco hace falta generalizar
Por otro lado, confieso que no me gusta la costumbre que tenemos de generalizar, y en este caso concreto, de tratar a todos los adolescentes por igual.
Hace unos meses os compartíamos una interesante entrevista con la psicóloga Silvia Álava sobre la adolescencia y los comportamientos y formas de ser que, erróneamente, atribuímos de manera general a todos los chicos y chicas a partir de una determinada edad.
"Lo primero que debemos tener claro es que hay chicos fantásticos, responsables, cariñosos, colaborativos y que incluso ayudan a lo demás cooperando con ONG's. Chicos que a pesar de los altibajos y cambios propios que acarrea la adolescencia, la viven de forma sana y respetuosa. Pero estos chicos no salen en los telediarios ni ocupan portadas" - nos decía entonces la experta.
Por tanto, aunque puedo estar de acuerdo con algunas de las reflexiones que se hacen en el texto, no comparto en absoluto que se trate de una generalidad de los niños y adolescentes de hoy en día. Prefiero quedarme con la esencia final del escrito:
¿Qué opináis vosotros de esta reflexión?
Fotos | iStock
Vía | La Voz de Galicia
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