Que los padres somos el espejo en el que más les gusta mirarse a nuestros hijos es algo conocido. Ellos días a día nos sorprenden imitando nuestros gestos, nuestras palabras, nuestros comportamientos.
Por eso si los padres adoptamos un estilo de vida deportivo tenemos muchas posibilidades de que ellos hagan deporte y se beneficien de todo lo que la actividad física nos aporta.
¿Qué características debe reunir un padre "deportivo"? Pues no precisamente comprarles el traje de nuestro equipo de fútbol favorito nada más nacer, gritar desaforados en sus partidos o apuntarlos a la fuerza a las clases porque siempre soñamos que nosotros seríamos grandes tenistas.
Hacer ejercicio con los hijos, animarle a que ellos lo hagan como complemento de su desarrollo físico y social, la deportividad, el respeto... son algunas de las nociones importantes que nos recuerda el Ministerio de Educación:
- Apoya e incentiva la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal.
- Tiene en cuenta los intereses deportivos del niño y no los suyos.
- Sabe distinguir entre la peligrosidad y la sobreprotección.
- Practica siempre que puede actividad física con sus hijos.
- Respeta las decisiones del entrenador y árbitros, enseñando a sus hijos que el juego también tiene normas que han de ser tenidas en cuenta para poder pasarlo bien.
- Hacen ver a sus hijos que la finalidad del deporte escolar, es la recreación y la socialización, por encima de los resultados deportivos.
- Enseña a ganar con humildad.
- Enseña a perder con deportividad.
- Recrimina la falta de respeto por los compañeros, rivales, entrenadores o árbitros.
- Fomenta la deportividad y no violencia.
¿Y qué ventajas puede traerles a nuestros hijos mantener esa actitud deportiva? Gracias a la actividad física el niño o la niña puede hacer amigos, mantenerse en forma, adquirir responsabilidad y otros hábitos saludables:
- Ingrese en la sociedad entendiendo sus normas y reglas.
- Superar la timidez.
- Controla los impulsos nerviosos.
- Fomenta la colaboración y no la individualización.
- Reconoce y respeta a sus entrenadores, árbitros, compañeros y adversarios.
- Corrige defectos físicos o patologías.
- Estimula la higiene y la salud.
- Fomenta hábitos de vida saludables.
- Fomenta la adquisición de responsabilidad.
- Desarrolla la inteligencia motriz, las proporciones corporales y la inteligencia propioceptiva.
- Fomenta la solidaridad y sensación de equipo.
- El hábito deportivo se construye día a día, y tan importante es el educando como el educador, y en esta tarea, educadores (cada uno en su rol) somos todos.
Seguramente la mayoría de estos puntos los podríamos lograr de otro modo (excepto tal vez el desarrollo físico y motriz, que también es posible con los juegos, en su modalidad limítrofe con el deporte). Pero no cabe duda de que el ejercicio físico en forma de deporte puede ser la más completa, entretenida y estimulante.
Como vemos se trata de favorecer el desarrollo en nuestros hijos gracias a los muchos beneficios que aporta la práctica de deporte. Y todo ello se logra empezando por ser nosotros mismos unos padres "deportivos", que les apoyen y practiquen el ejercicio siempre que sea posible.
Vía | Ministerio de Educación Foto | sergis blog en Flickr En Bebés y más | El ejercicio físico es mejor que las dietas para la obesidad infantil, Pirámide de actividad física para niños 2008, Evitar riesgos en los deportes infantiles