Si eres de aquellos a los que les cuesta hacer deporte, ya sea por pereza, procrastinación, falta de hábito u otras razones, este artículo es para ti. No existe una fórmula mágica para mejorar esto, pero sí una serie de hábitos que te pueden ayudar y mucho.
Te voy a explicar tres hábitos súper sencillos que cambiaron mi vida y que no tienen tanto que ver con el deporte en sí (que también) sino con todo lo que le rodea (y con mejorar la actitud hacia él). Así que, si eres de los que piensa que sudar es solo para los valientes, sigue leyendo.
Tres hábitos que me ayudaron a enfocar el deporte de forma más positiva
Hábito 1: El desayuno deportivo
El desayuno es la comida más importante del día, ¿verdad? Pues lo mismo aplica para el ejercicio. Antes, solía ir al gimnasio con el estómago vacío, y mi única motivación era llegar rápido para poder comer después. Pero todo cambió cuando descubrí el poder del "desayuno deportivo".
Ahora, antes de cada entrenamiento, preparo un desayuno lleno de energía que me impulsa a dar lo mejor de mí. Mi receta infalible incluye avena, plátano, nueces y una pizca de canela. Es como un cóctel de energía que me hace sentir más activa.
Pero aquí está el truco: no se trata solo de comer, sino de disfrutar el proceso. Hago de mi desayuno deportivo un ritual. Me tomo el tiempo para prepararlo con amor, lo presento en un plato bonito y hasta le pongo una vela (sí, a veces me paso de dramática). Y créeme, esa energía extra hace maravillas en mi rendimiento.
Hábito 2: Caminar de forma consciente y activa
Otro hábito que empecé a implementar en mi vida es ir caminando al trabajo. Pero no caminando "y ya", sino a paso ligero, es decir, a trote, como si fuera un entrenamiento. La idea es activarse de verdad. Además, pongo toda la atención en lo que estoy haciendo.
Me fijo en cada paso, en cada sensación, en cómo noto mi cuerpo ese día, en los olores y los colores que me rodean... Sería como añadir un toque de mindfulness a esta práctica. Por otro lado, ponerme música también me ayudó a activarme de verdad y a enfocar este momento del día como algo positivo y beneficioso para mí.
Así que, si eres de los que coge el coche o la moto hasta para ir a comprar el pan, te animo a incorporar esta rutina; seleccionar alguna actividad a la que puedas ir caminando, por ejemplo ir al trabajo, a hacer recados, dar un paseo activo por el parque... Con treinta minutos al día es suficiente (puedes empezar con diez e ir aumentando poco a poco cada día).
Hábito 3: La lista de reproducción motivadora
Antes, mi lista de reproducción para hacer ejercicio era tan emocionante como una conferencia sobre impuestos. Pero ahora, con "La lista de reproducción motivadora", mi entusiasmo por moverme se ha disparado. Además de que los beneficios de la música son muchos.
Esta lista de reproducción está cuidadosamente seleccionada para encajar con cada fase de mi rutina de ejercicio. Desde melodías relajantes para el calentamiento hasta canciones épicas para el levantamiento de pesas, cada pista tiene un propósito específico.
Para incorporar este hábito en tu vida, te puede ayudar personalizar tu lista de reproducción para adaptarse a tus gustos y preferencias. ¿Te gusta el rock? Pues añade algunos himnos motivadores. ¿Eres más de música electrónica? En ese caso, encuentra ritmos que te impulsen a mantener el ritmo.
Cambiar los hábitos para mejorar la actitud hacia el deporte
En resumen, convertir el ejercicio en algo divertido y emocionante es más fácil de lo que piensas. Creo que la clave está en empezar a hacer las cosas de un modo más consciente, que nos permita también activar nuestro modo más disfrutón. Y también, empezar con hábitos aparentemente sencillos (que no cuesten tanto de cambiar).
Esto nos ayudará a enfocar el deporte con una actitud más positiva y receptiva, liberándonos poco a poco de la pereza. Así que, te animo a incorporar estos hábitos de forma progresiva en tu día a día y verás cómo, poco a poco, hasta te hace ilusión hacer deporte.
Foto | Portada (Bebés y Más con DALL·E 3)