Un profesor que sabe animar, hablamos con Iván de la Cruz, el profesor que escribió una motivadora carta a sus alumnos

Hace unas semanas os hablábamos del gesto de un profesor hacia sus alumnos. Les había escrito una carta para animarles, para apoyarles, para ofrecerles su ayuda en esto de estudiar y más en el último año de colegio pensando en que el próximo curso abandonan la primaria para empezar con su educación secundaria.

No siempre las noticias que nos llegan desde los centros educativos son tan reconfortantes así que nos decidimos a hablar con él directamente para que nos contara el por qué de su carta.

Iván de la Cruz es profesor en un centro educativo de la Comunidad de Madrid, este curso es tutor de los niños que están estudiando (ya casi terminando...) la educación primaria, los niños de sexto curso que a veces están un poco perdidos o sobrepasados por las circunstancias escolares, los contenidos curriculares y sus propios cambios corporales.

Iván, ¿por qué se te ocurre tener este gesto con tus alumnos?

Para los alumnos el tercer trimestre siempre es difícil: cansancio, se acerca el verano, final de curso… Por ello, vi necesario escribirles una carta que les llevase a vencer todas aquellas actitudes que les pudieran impedir recoger los frutos que habían estado cultivando durante todo el curso. Aproveché las vacaciones de Semana Santa para pensar detenidamente cómo hacerlo de la mejor formar posible. El hecho de que fuese una carta se me ocurrió porque de pequeño me gustaba abrir el buzón y ver que tenía una carta para mí; eso significaba que alguien había pensado en mí y había dedicado su tiempo. Quería que ellos tuvieran esa misma sensación.

Supongo que no llegaste a imaginar la repercusión que ha tenido un gesto tan personal, pero quizás ha llamado más la atención por lo inesperado. Iván ¿cómo ves la relación entre profesor y alumno en la escuela española actual?

Aquí hay que distinguir en las diferentes etapas educativas. En Infantil y Primaria la relación, en términos generales, es bastante buena, donde se establecen lazos afectivo-educativos que favorecen el aprendizaje. Lógicamente esto cambia en etapas como Secundaria o Universidad.
En muchas ocasiones, en especial en niveles educativos superiores, la relación se vuelve más distante por las presiones existentes entre el profesorado y la familia, la situación personal del alumnado, la exigencia del temario... Lo importante es conocer a tus alumnos, adecuarte a ellos y establecer puntos de unión con ellos. Esto es algo que se puede extrapolar a cualquier etapa educativa.

Y esa relación buena de la que hablas en educación infantil, se modifica o varía en primaria y en secundaria ¿qué cambiarías de esa relación y por qué?

Para mí, una relación alumno-profesor se vuelve significativa cuando se han establecido los siguientes puntos clave:
Respeto mutuo.
Conocimiento de tus alumnos: sus inquietudes, preferencias, problemas, alegrías...
Los alumnos perciben que les importas, más allá de los contenidos de la materia.
Exigencia, que tenga en cuenta el momento personal del alumno y sea verdaderamente equitativa (esto no es sencillo).

Dejando a un lado la figura del profesor de la que hemos hablado hasta ahora, hablemos de la educación de manera más global. ¿Crees que la educación que están recibiendo los alumnos españoles les está preparando de verdad para hacerse dueños de su futuro?

Sinceramente, no. Tal y como está estructurada la enseñanza en España se está preparando a los jóvenes para que sepan cumplir con un cometido, una función preestablecida, no para buscar su lugar en la sociedad. Se está tecnificando en exceso la educación y la vida laboral, en general.
El hecho de que contenidos como Filosofía, Música, Artes Plásticas, y otras áreas que ayudan a forjar la personalidad, el carácter y el espíritu crítico se hayan visto mermadas a favor de la técnica, nos está haciendo ver qué se quiere hacer con los alumnos: meros hacedores. Es necesario volver a una educación más humana donde la técnica y el pensamiento vayan de la mano y sean los propios alumnos los que decidan qué camino escoger.

Para terminar con una sonrisa Iván, si tuvieras un superpoder para usarlo en clase, con tus alumnos ¿cuál sería?

¡Muchas veces me he imaginado teniendo un superpoder educativo!
Sería poder descubrir cómo sacar lo mejor de cada alumno para poder ayudarle a desarrollarse al máximo tanto académica como personalmente.

Muchísimas gracias por tu tiempo y tus sinceras respuestas, es contagioso charlar con alguien con tanta pasión por lo que hace y tantas ganas por aprender a hacerlo aún mejor ¿verdad?

Fotos | Facebook Comunidad PlateroEduca | iStock | Facebook Iván de la Cruz
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