Uno de los modelos de educación que, a pesar de la pandemia y de todos las modificaciones producidas por los cambios de gobierno, es el finlandés. Desde que se catapultara en el año 2000 como el "milagro nórdico", siempre se ha puesto como ejemplo de una forma progresista de aprender.
Obviamente hay diferencias de fondo con respecto a la mayoría de países del mundo, empezando porque allí, según datos del Banco Mundial, en 2018* se destinaba el 6,3% de su PIB en educación (mientras que en España, en el mismo año, se destinó un 4,1%), y el 95% de las escuelas y colegios son públicos.
Otro dato a tener en cuenta es que el proceso para entrar a estudiar magisterio es muy exigente (de hecho solo entran quienes cuentan con las notas más altas). Durante su formación se hace mucho hincapié en que todos los niños son capaces de alcanzar altos estándares, pero encontrarlos y fortalecerlos se hace mediante un proceso que respeta los gustos de cada uno de ellos.
Está claro que como padres poco podemos hacer para cambiar el sistema que rige los currículums escolares, pero sí podemos tener en cuenta lo que le ha llevado a ese país a convertirse en referente (al menos hasta hace algunos años), y aplicarlo en la forma en la que los educamos en casa.
El plan de estudios apenas tiene asignaturas
En los primeros años de escuela, el plan de estudios está dedicado, en un 60%, a la educación musical, la plástica, los trabajos manuales y la educación física. Se aprenden también habilidades de colaboración, empatía y perseverancia.
Tampoco hay deberes ni evaluaciones
Los deberes allí no se hacen a diario, aunque los alumnos deben cumplir con compromisos al poner en marcha sus proyectos. Los profesores evalúan su avance, pero más que para dar una nota, lo hacen para comprobar la comprensión de los objetivos por parte de los niños. A la vez, dan mucha importancia en la comunicación con los padres, los cuales se involucran durante todo el proceso de forma continua.
Dan muchísima importancia al tiempo libre
Tener tiempo para jugar, para extraescolares y para estar al aire libre es uno de los pilares fundamentales de la educación finlandesa. Allí valoran mucho el tiempo del que deben disponer los alumnos para encontrar y dedicarse a sus aficiones, a explorar la naturaleza y todos los fenómenos que se desarrollan en esta.
Trabajan por proyectos
Allí también desterraron las asignaturas al uso, y de hecho en los últimos años han promovido que el alumno autogestione aquello que quiera aprender. Los proyectos involucran distintas ciencias, así que en una misma actividad investigan y las ponen en práctica.
Toda la sociedad está comprometida con la educación de los niños
Tanto los organismos oficiales, como las ciudades en general, están concienciados en que tanto su ejemplo, como el hacer de las ciudades sitios "amables" con los niños, es vital para su educación.
Les brindan herramientas para la vida cotidiana
Dentro del plan de estudios de Finlandia, hay una clase muy particular llamada "Ciencia del Hogar" (Kotitalous en finés). Su principal propósito, según el plan que hemos encontrado de una ciudad llamada Nikkila, es hacer que los estudiantes piensen, desarrollen y comprendan la gestión cotidiana- Hacer la comida, limpiar, entender el sentido del consumo, del bienestar y de las finanzas del hogar son conceptos que hacen parte integral de la enseñanza y su planificación.
* Es el último dato que se encuentra registrado en sus bases.
En Bebés y Más | Diez cambios en la educación que nuestros hijos necesitan y merecen