Muchas familias se encuentran actualmente buscando colegio para sus hijos de cara al próximo curso. Las jornadas de "puertas abiertas" de los centros educativos están teniendo lugar en estas fechas, y pronto comenzará el periodo de matriculación.
Cada vez más colegios, e incluso escuelas infantiles, hablan de la importancia de fomentar la curiosidad natural de los niños para ayudarles a aprender. Pero, ¿qué significa esto exactamente?
Los expertos del colegio The British School of Barcelona nos lo explican, y nos cuentan cómo esta metodología, en la que el alumno es el protagonista de su aprendizaje, repercute de forma positiva en el desarrollo integral de los niños y en su futuro.
Fomentar la curiosidad y el espíritu crítico de los alumnos: una apuesta creciente en colegios y escuelas
La educación está evolucionando hacia modelos que ponen en valor la importancia de fomentar las mentes críticas y curiosas desde las edades más tempranas. También las familias son cada vez más conscientes de esta necesidad, pues enseñar a los niños a desarrollar su pensamiento crítico resulta esencial a la hora de prepararles para la vida adulta.
Los centros educativos que apuestan por esta metodología de enseñanza no dirigen a los niños, ni les dice lo que tienen que hacer. Son los alumnos quienes descubren las cosas por sí mismos y toman sus propias decisiones, mejorando así su confianza, pensamiento crítico y capacidad de resolver problemas, al tiempo que estimulan las principales áreas de desarrollo físico, cognitivo y social propias de cada etapa.
Este enfoque educativo se vincula con las áreas específicas esenciales para el correcto desarrollo de los alumnos:
- alfabetización
- matemáticas
- comprensión del mundo
- artes expresivas y diseño
De esta forma, los expertos consideran que este sistema de aprendizaje se basaría en distintas teorías pedagógicas como Montessori -que defiende el desarrollo y la madurez social en lugar del aprendizaje homogéneo y tradicional-, la metodología Reggio Emilia -basada en la observación y experimentación del alumno- y la pedagogía Waldorf -basada en la idea de la libre instrucción, la autonomía y la evolución fluida de los conocimientos, entre otros-.
¿Cómo trabajan los colegios con esta metodología educativa?
Para conseguir que los alumnos se conviertan en los protagonistas de su propio aprendizaje, esta metodología de enseñanza se basa principalmente en los siguientes pilares:
1) El juego y la exploración
Jugar y explorar deben ser una prioridad en la educación infantil, ya que estas actividades fomentan el desarrollo de los niños y favorecen el descubrimiento del entorno de un modo libre y autodidacta.
El juego construye una base sólida para el aprendizaje posterior, impulsa el potencial y fomenta la curiosidad y la capacidad de tomar decisiones. Cuando los niños están activos, se implican más en su entorno y se divierten mucho más.
2) El aprendizaje activo
Establecer sus propios objetivos y fomentar la capacidad de resolver problemas de forma independiente contribuye a desarrollar el potencial de los niños.
3) Espacios flexibles
Para que los niños puedan participar de su propio aprendizaje es necesario crear espacios donde los alumnos se sientan cómodos para hacer preguntas y poner a prueba sus teorías sobre el mundo. Se ha visto que en este contexto, los niños tienen muchas oportunidades para expresarse y tener libertad de movimiento en el entorno.
4) Enseñanza intencionada en función de los intereses
Los intereses de los niños se utilizan como vehículo para impulsar su desarrollo y aprendizaje. Es decir, conocer qué áreas o aspectos motivan a los alumnos permite a los profesores, mediante invitaciones y propuestas de actividades abiertas, despertar su interés.
5) Colaboración con las familias
Para promover las mentes creativas y críticas, es necesario tener en cuenta el desarrollo individual y la singularidad que caracteriza a cada niño. Para ello, es esencial establecer relaciones de confianza entre el niño y el profesor, y crear un entorno en el que se sientan seguros, protegidos y conectados con los adultos en el aula.
En este sentido, la comunicación y la colaboración con la familia son esenciales.
"Los niños de Educación Infantil son libres de explorar su entorno y se les permite pensar por sí mismos. Esta es una habilidad importante en la vida, ya que las experiencias que los niños tienen en sus primeros años conforman la visión que tienen de sí mismos, tanto como estudiantes como sobre su aprendizaje futuro".
"Desarrollar en los niños una pasión por su proceso de aprendizaje y una sed de conocimientos a una edad temprana aumenta su motivación por seguir aprendiendo en las siguientes etapas y de por vida" - explica Rachael Symes, directora de Educación Infantil y Primaria de The British School of Barcelona, en Sitges.
¿En qué beneficia esta educación al futuro de los niños?
Son muchos los beneficios que este enfoque educativo aporta al desarrollo integral de los niños y su vida futura.
Así, aparte de tener voz, elección y control sobre su propio aprendizaje -algo que repercute positivamente en las habilidades y competencias que demandan las empresas -, hay otros aspectos positivos que repercuten en el propio alumno y en el resto de compañeros y profesores:
- Es un enfoque que aporta alegría al aula.
- Un entorno de aprendizaje reposado y tranquilo.
- Se dedica un mayor tiempo a explorar la naturaleza y fomentar la salud y el bienestar, y menos tiempo a la tecnología.
- Acceso a recursos naturales que tienen muchos usos y posibilidades y que promueven el juego imaginativo y la creatividad.
- Cada niño es tratado con respeto y se le anima a expresar libremente sus intereses.
No cabe duda de que la elección del colegio es un gran responsabilidad, y por ello, los padres miramos, comparamos y discutimos las diferentes opciones que se nos presentan con el fin de escoger la más adecuada para nuestros hijos. En este sentido, es importante conocer las diferentes metodologías que existen, para así comprender cómo aprenden y trabajan los niños en las aulas.