Cómo conseguir que tus hijos confíen en ti

Como padres es normal desear que nuestros hijos tengan plena confianza en nosotros, y nos busquen siempre que algo les preocupe o tengan dudas sobre cómo afrontar un problema. Pero esa confianza no se obtiene de la noche a la mañana, y es necesario trabajar desde el principio para conseguirla.

Por eso, si quieres que tus hijos confíen en ti cuando lleguen a la adolescencia, este es el decálogo de consejos que deberías seguir desde que su más tierna infancia.

1) Escucha a tu hijo cuando te hable

La regla número uno para conseguir que tus  hijos confíen en ti es escucharles cuando te hablen, ¡pero escucharles de verdad! Esto es, poner tus cinco sentidos en lo que están diciendo, mirarles a los ojos, formular preguntas abiertas que te hagan entender más detalles acerca de aquello que te cuentan y no interrumpirles cuando hablen.

2) Préstale atención cuando te reclame

Al igual que debemos practicar la escucha activa, también es importante prestarle atención cuando te reclama y no hacerte el distraído o ignorarle.

Y es que si siempre encontramos una excusa para no atender a nuestros hijos cuando quieren contarnos o mostrarnos algo, o si ellos perciben que mamá y papá siempre están ocupados, difícilmente acudirán a nosotros cuando tengan un problema.

3) Empatiza con sus preocupaciones

Quizá lo que te cuente tu hijo te parezca una nimiedad, pero para él/ella no lo es en absoluto. "Sus cosas", sus preocupaciones, sus problemas o aquello que le ha pasado es importante desde su visión de niño, así que no debes restar importancia, reírte o trivializar lo que te cuenta.

4) Comparte con él/ella lo que te preocupa

La confianza debe ser algo mutuo; es decir, no podemos pedir a nuestros hijos que confíen en nosotros, si nosotros no confiamos en ellos y le compartimos también nuestras preocupaciones o nuestros problemas cotidianos.

No queremos decir con esto que debamos abrumar a los niños con las preocupaciones adultas, pero no es malo mostrar ante tus hijos cómo te sentimos, hablar del día duro que has tenido o de aquello que no te ha salido cómo esperabas.

5) Favorece el diálogo en familia

Una buena forma de favorecer el diálogo en familia es hablando cada día de cómo nos sentimos, y de lo mejor y lo peor que ha tenido nuestra jornada.

Las juntas de familia son también un maravilloso recurso para expresarnos de forma libre y sin juicios, al tiempo que empatizamos con las necesidades de los demás y fortalecemos nuestros vínculos.

6) Pídele su opinión

A la hora de educar a nuestros  hijos hemos de hacerlo con respeto, amor y empatía, dándoles la oportunidad de manifestar sus opiniones en el núcleo familiar e incluso hacerlos partícipes de la negociación de ciertos límites que afectan a su educación.

Si tu hijo se siente escuchado, respetado y tiene la certeza de que sus aportaciones son tenidas en cuenta y contribuyen al buen funcionamiento de su hogar, vuestra relación de confianza tendrá sólidos cimientos y no hará sino crecer cada día un poco más.

7) Demuéstrale que puede confiar en ti

Es muy fácil decir a nuestro hijo con palabras que puede confiar en nosotros, pero lo realmente importante es demostrarlo con los hechos. Por eso, si tu hijo acude a ti para contarte  un problema, un error que ha cometido o algo que le ha pasado jamás debes juzgarlo por lo que ha hecho, sino prestarle tu ayuda desinteresada.

No juzgar implica escuchar con atención, empatizar con nuestro hijo, no sermonearle ni mostrar autoritarismo.

8) No le digas "te lo dije"

Otro de los grandes errores que solemos cometer los padres, y que merma notablemente la confianza de los niños en nosotros, es decirles aquello de "¿ves? ¡Te lo dije!".

Y es que en muchas ocasiones da la sensación de que que estamos deseando que nuestro hijo cometa un error - del que previamente le habíamos advertido - para soltar esta frase, sin ser conscientes de los dañina que puede resultar, pues denota autoritarismo y falta de confianza en ellos.

Nuestros hijos deben vivir su propia vida, y los padres hemos de prepararles para caer y equivocarse, pero también para levantarse y aprender de sus errores.

9) Préstale tu ayuda desinteresada

Pero el dotar a tus hijos de herramientas para enfrentarse a los problemas y poder resolver sus conflictos con asertividad no significa que debas dejarlos solos.

Nuestros hijos, por mayores que sean, siempre nos van a necesitar y es importante que estemos a su lado de forma respetuosa, sin machacarlos continuamente por sus errores ni hacerles creer que sin nosotros no serán capaces de hacer las cosas. Es decir, nuestro papel como padres debe ser de guía y educador, y no de jueces ni inquisidores.

10) Respeta su intimidad

Pero todos necesitamos tener nuestra parcela de independencia e intimidad, por mucha confianza que tengamos con una persona. A tu hijo le sucede exactamente lo mismo, por lo que no debes molestarte si hay cosas que no te cuenta o prefiere compartir con otras personas.

Lo importante es que él/ella sepa que vas a estar siempre ahí,  sobre todo para las cosas que son realmente importantes. Es fundamental darles tiempo cuando lo necesiten, respetar su espacio y su privacidad y no violar jamás su intimidad, pues eso rompería de un plumazo todo lo que hubiérais construido hasta la fecha.

Fotos | iStock


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