La iniciativa es la capacidad que tenemos los seres humanos de tomar decisiones y actuar para lograr un objetivo. Es importante fomentar la iniciativa de nuestros hijos desde pequeños, no solo para que hagan las cosas por sí mismos sin que se las tengamos que repetir a cada instante, sino porque educar en esta habilidad es fundamental para su futuro.
Sin embargo, son muchos los niños a los que les cuesta tener iniciativa o manifestar su opinión, por lo que acaban esperando a que otros les guíen o tomen las decisiones por ellos. Te compartimos algunos consejos para potenciar la iniciativa de los niños desde la educación y el juego.
Por qué es importante que los niños tengan iniciativa
Tener iniciativa es tomar las riendas de tu vida mediante la toma de decisiones que te lleven a conseguir una meta. La iniciativa es fundamental, no solo en nuestro día a día, sino también en el mundo laboral.
En Bebés y Más os hemos compartido en numerosas ocasiones consejos para fomentar la autonomía en los niños con actividades relacionadas a cada edad. Los niños necesitan desarrollar esta habilidad básica por diferentes motivos:
- En primer lugar, porque ser autónomo y aprender de los errores es una de las mejores fuentes de aprendizaje que nos puede dar la vida.
- Además, el hecho de que el niño sepa que con sus actos y decisiones está contribuyendo de algún modo a la sociedad, le permite fortalecer su autoestima y la confianza en sí mismo, pilares fundamental para la creación de una personalidad sana y fuerte.
- Por otro lado, la autonomía y la capacidad de iniciativa mejoran el clima de convivencia familiar, pues los padres no tendremos que estar diciendo continuamente a nuestros hijos lo que tienen que hacer, con el consiguiente desgaste que esto supone.
Pero si no permitimos a los niños tomar sus propias decisiones y equivocarse, o si continuamente hacemos las cosas por ellos (porque deseemos controlarlo todo, porque no queramos que se frustren, por miedo, porque no confiemos en sus capacidades...) , crecerán creyendo que no tienen la suficiente habilidad como para ser responsables de su propia vida -es decir, necesitarán que otros les guíen- y que sus opiniones o decisiones no son importantes.
Evidentemente, los niños necesitan unos límites claros, así como adultos que les enseñen y les guíen de forma responsable y respetuosa con sus necesidades. Pero guiarles no significa decirles lo que deben hacer o decir a cada instante, sino proporcionarles herramientas necesarias para desarrollar su pensamiento crítico y tomar ciertas decisiones por sí mismos cuando sea necesario.
Cómo fomentar la iniciativa en nuestros hijos
Fomentar su autonomía
En primer lugar, permitiéndoles "hacer", aún a riesgo de que se equivoquen o de que las consecuencias sean "desastrosas" a ojos del adulto. Y es que en muchas ocasiones los padres damos excesiva importancia a cosas que realmente no la tienen, privando a los niños de la oportunidad de actuar, experimentar, errar y aprender de las consecuencias.
Animarle a tomar decisiones y respetar sus opiniones
También es fundamental incentivar al niño para que desde pequeño vaya tomando sus propias decisiones en ciertas parcelas de su vida. Por ejemplo, dejar que elija su propia ropa, pedirle su opinión en determinados asuntos familiares o hacerle partícipe cuando pongamos ciertos límites, le permitirá crecer sabiendo que su opinión es importante y que puede manifestarla siempre con la certeza de que será escuchada y respetada.
Entrenar su capacidad de decidir a través del juego
Y por último, si detectamos que nuestro hijo tiene poca iniciativa, e incluso se parapeta en las personas que le rodean a la hora de dar su opinión (es decir, espera a que otros opinen sobre algo para opinar él lo mismo), además de los consejos mencionados podemos llevar a cabo una serie de actividades y juegos que potencien su capacidad de decidir.
Os dejamos algunos ejemplos recomendados por la psicóloga Sonia Martínez, fundadora de los Centros Crece Bien:
Otorgarle un papel de responsabilidad durante el juego (ser observador y juez en un juego de mesa para asegurar que todos cumplen las reglas; formar una banda de música entre todos los miembros de la familia y nombrarle Director de Orquesta para que dirija; jugar a disfrazarse y que él decide la temática...)
Nos vendaremos los ojos para que el niño sea nuestro guía y nos conduzca por toda la casa sin incidentes. Para hacer más divertido el juego podemos llevar en nuestras manos un vaso de agua teniendo que evitar que se derramen, por lo que el niño deberá esforzarse aún más en su papel. Este juego le ayuda a fortalecer su autoestima y confianza en sí mismo, además de hacerse responsable de sus propios actos, pues en contra de lo que está acostumbrado él será ahora quien guíe a otro.
Participar en actividades cotidianas en las que ningún miembro de la familia pueda copiar a otro. Por ejemplo: todos tendremos que elegir un sabor de helado diferente, dibujar entre todos un cuadro sin repetir el color que ha utilizado la otra persona, vestirse con colores diferentes, ir a un restaurante a comer y elegir cada uno un plato distinto...
Jugar a establecer un "día del cuidador familiar". Ese día, el niño será el responsable de cuidar a sus padres y hermanos mediante actividades sencillas y cotidianas que le obliguen a tomar pequeñas decisiones, como por ejemplo qué verduras comprar para cenar.