A pesar de ser conocidos los efectos nocivos de las sustancias tóxicas en el embarazo, es preocupante el número de embarazadas que las consumen durante la gestación.
Según un estudio desarrollado en Galicia a lo largo de seis años con mujeres embarazadas, una de cada tres consume alguna sustancia perjudicial para la gestación y el desarrollo del bebé durante los primeros años de vida. Tabaco, alcohol y fármacos, son las más habituales, aunque también hay drogas ilegales.
La tesis "Exposición intraútero a drogas: nuevos métodos de detección y consecuencias en la salud del recién nacido", elaborada por la pediatra neonatóloga Eva González recoge los datos de 867 mujeres de Vigo y Santiago de Compostela. Los resultados arrojaron que:
- Un tercio de las mujeres analizadas dio positivo en alguna sustancia tóxica.
- Casi una de cada cinco dio positivo en tabaco o alcohol
- El diez por ciento dio positivo en fármacos, la mayoría, con prescripción médica.
- El 16,83% dio positivo en drogas, la más frecuente la cocaína, que estaba presente en un 8,3% de las muestras. Otras drogas controladas fueron el cannabis (6,4%), opioides (5,7%), anfetaminas (2%) y escopolamina (0,4%)
"El objetivo fundamental es lograr una concienciación social de que esto pasa y de que no tiene que pasar porque no es inocuo para el bebé".
Cómo afecta al bebé en desarrollo
La investigación incluyó un seguimiento de los bebés durante los primeros dos años de vida, con el objetivo de valorar los efectos del consumo de estas sustancias por parte de sus madres en su desarrollo somático, neurosensorial y de patología respiratoria.
En el caso de los embarazadas que consumieron drogas legales e ilegales, tuvieron un mayor número de abortos, tanto voluntarios como espontáneos. Y los bebés nacieron más pequeños en peso, longitud y perímetro del cráneo.
Entre las embarazadas que bebieron en alcohol, sin embargo, fueron más grandes de lo que deberían. Salvo en grandes consumos, de síndrome de alcoholismo fetal y (apenas se dan en España), las alteraciones que produce la bebida no se suele ver hasta la edad escolar y el estudio no la abarcó.
Recordemos que el consumo de alcohol en el embarazo es una de las causas más frecuentes de retraso mental y también está relacionado con otros riesgos para el desarrollo como malformaciones, retraso del crecimiento, bajo peso y problemas de aprendizaje.
El 13,6% de las embarazadas fumaron. La doctora González advierte de que "es una de las sustancias que produce más alteraciones" en el periodo perinatal. Se observaron en el bienestar fetal, gracias a la monitorización del preparto, y también por el mayor número de ingresos de los recién nacidos. Son "inespecíficas" y "sutiles", como la irritabilidad por la abstinencia a la nicotina.
Entre las gestantes consumidoras de cocaína, en un mayor número de casos, sus recién nacidos necesitaron reanimación. Nacieron antes de tiempo (aunque no hubo grandes prematuros) y obtuvieron menores puntuaciones en el Test de Apgar. También observaron que fueron más pequeños durante los dos años que se realizó el seguimiento.
Vía | Faro de Vigo