Pero los riesgos no acaban allí, el alcance de la nocividad del tabaco llega a tal punto que una mujer tiene más riesgo de sufrir abortos si sus padres eran fumadores.
Es decir, que por más que ella no haya fumado en su vida, el hecho de haber estado expuesta de niña al humo de los cigarrillos que fumaban sus padres influye en su capacidad reproductiva.
Así lo afirma un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, según el cual el riesgo de padecer un aborto espontáneo tendía a aumentar de acuerdo al consumo de tabaco de los padres, es decir, cuanto más fumaban, mayor riesgo, que puede llegar hasta un 80%.
La explicación estaría en que el humo el tabaco contiene sustancias químicas como plomo, benceno y cadmio, que podrían influir en el sistema reproductivo de las niñas en pleno desarrollo.
Esto demuestra que los niños que son fumadores pasivos también padecen de segunda mano las consecuencias del tabaquismo a largo plazo.
Significa pues, que no solamente afecta al desarrollo del bebé dentro del vientre, sino que durante la infancia se siguen produciendo cambios en el organismo que pueden verse afectados por el tabaco.
Por eso, es primordial que, por la salud de nuestros hijos y por la de nuestros futuros nietos, que protejamos a los niños del humo del cigarrillo.
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