La povidona yodada, para muchos conocida bajo el nombre comercial de Betadine, es un antiséptico que no debería usarse en embarazadas, mujeres que dan el pecho o niños más aún cuando existen alternativas totalmente seguras.
Este desinfectante contiene enormes cantidades de yodo, que se absorben por la piel muy deprisa y en una concentración muy elevada.
El yodo puede llegar a alcanzar en la leche materna concentraciones hasta 20 veces superiores a las sanguíneas. La sobrecarga de yodo producida en un bebé recién nacido a cuya madre le hayan aplicado povidona yodada durante y después del parto (por ejemplo, para realizar y curar una cesárea) puede provocar un hipotiroidismo transitorio, que puede dar lugar a falsos positivos en la prueba del talón (con el consiguiente susto para los padres) e incluso afectar al desarrollo cerebral del bebé.
Alternativas a la povidona yodada
Aunque todavía la povidona yodada se sigue usando con profusión en muchas maternidades y centros de salud, cada vez son más los sitios donde se está utilizando la clorhexidina como alternativa a la povidona yodada.
Conocida por muchos como Cristalmina, es un antiséptico tópico seguro para el bebé y la madre, clasificado como de riesgo cero en la web eLactancia del Hospital de Denia.
En cualquier caso, cada vez es más frecuente que se recomiende cuidar las suturas de una cesárea o una episotomía simplemente con la limpieza habitual y un secado cuidadoso de la zona.
Foto | Stan Dalone en Flickr CC | Salvat Biotech Más información | Medline, "Los antisépticos yodados no son inócuos". En Bebés y Más | La povidona yodada, antiséptico prohibido