En la actualidad, la Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida en España garantiza el anonimato de los donantes y solo permite el acceso a ciertos datos en situaciones especiales.
Pero esto podría cambiar si el Gobierno escucha la petición del Comité de Bioética de España. En un informe pide que los datos de los donantes de óvulos y esperma sean públicos con el fin de "garantizar a los menores nacidos por estas técnicas el derecho a conocer esa información".
Los embriólogos se oponen a este cambio ya que, a su opinión, dificultaría la búsqueda de donantes, precisamente en un país líder en donación de gametos.
"Debe primar el bien del menor, defiende el informe
La iniciativa del Comité de Bioética viene apoyada por el Consejo de Europa, que el año pasado señalaba que el derecho al anonimato de los donantes no puede ser absoluto. Un paso que ya han dado varios países europeos, como Reino Unido, Portugal, Suecia, Austria, Finlandia, Países Bajos, Noruega, Suiza y Alemania.
El informe recoge que desde una perspectiva bioética "el interés superior del menor exige conocer el origen biológico del hijo nacido por técnicas de reproducción asistida", y deja claro que "solo puede corresponderle al hijo de estas técnicas el decidir si quiere o no conocer y en qué medida".
En concreto, recomienda la reforma del artículo 5.5 de la Ley de reproducción humana asistida, que dice:
“La donación será anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos de identidad de los donantes por los bancos de gametos”.
Pero establece salvedades, como que los hijos tendrán derecho "a obtener información general de los donantes que no incluya su identidad” o permitir el acceso a la identidad plena "en circunstancias extraordinarias que comporten un peligro cierto para la vida o la salud del hijo".
Los únicos datos que se proporcionan a los padres son la edad y el grupo sanguíneo del donante. Solo el centro de reproducción conoce la identidad de quien ha donado los óvulos o esperma.
Pero el informe asegura que la continuidad genética de padres a hijos es un elemento básico: "Los genes recibidos de los padres y reunidos en el cigoto determinan el parecido de los hijos a sus padres, a sus abuelos y hermanos".
Aún así, esta medida no tendrá carácter retroactivo, excepto si el mismo donante lo autoriza y por razones de salud.
Un Registro Nacional de donantes
Su creación, cuanto antes mejor, es otra de las recomendaciones del Comité de Bioética. Este registro, conocido como Sistema de Información de Reproducción Humana Asistida (SIRHA) del Ministerio de Sanidad ya estaba previsto en la Ley de Reproducción Asistida de 1988, pero que no ha llegado a concretarse totalmente.
Esta herramienta aseguraría el cumplimiento de la ley que establece que cada donante solo puede tener seis niños nacidos. Además, recuerda el texto, resultado del análisis experto durante un año, que "el conocimiento del número de donantes, donaciones y su trazabilidad es esencial para evitar una posible unión endogámica", que da lugar a problemas de consanguinidad y a enfermedades genéticas en la descendencia.
Según se explica, cada clínica lleva un control de sus donantes, pero no se puede evitar que el donante ofrezca sus óvulos o esperma a cambio de una remuneración en centros de otras comunidades, superándose así el límite legal de nacimientos de un mismo progenitor.
Se prevé que el registro funcione al cien por cien a finales de este año.
Perjudican a los futuros padres, dicen los embriólogos
Así lo manifiesta el doctor Antonio Urries, presidente de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) en un comunicado, quien asegura que "este cambio provocaría una mayor dificultad en encontrar donantes":
"La consecuencia sería que los pacientes infértiles, que necesitan de una donación de gametos para tener descendencia, tendrían largas listas de espera o no tendrían acceso a estos tratamientos”.
Añade que la pérdida del anonimato y la escasez de donantes también provocaría un empeoramiento de la calidad de las muestras a causa de "una selección y un emparejamiento con los pacientes de carácter menos restrictivo”.
Como alternativa a la falta de privacidad de los donantes, ASEBIR apunta la oportunidad que representa la implantación del Sistema de Información de Reproducción Humana Asistida:
"Podría albergar todos los datos generales de interés de los donantes y, de forma especial, la información genética. Estos datos serían liberados y puestos a disposición de la descendencia cuando alcanzara la mayoría de edad".
También la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), asegura en una declaración que la desaparición del anonimato desfavorecerá a las familias:
"Las perjudicadas serán las pacientes. Nosotros podemos comprar esperma y óvulos en los bancos de Dinamarca, pero esto encarecerá el precio final de los tratamientos".
Habrá que esperar a que el Gobierno tome una decisión al respecto, para saber si España seguirá gozando de una posición privilegiada como destino para someterse a tratamientos de reproducción asistida usando óvulos y espermas de donantes.
Según los últimos datos de los centros y servicios de reproducción humana asistida, el 32,6% (un total de 57.379) de los tratamientos de reproducción asistida que se realizan en España precisan de la donación de gametos.
Vía | ABC - Informe del Comité de Bioética de España - ASEBIR
Fotos | iStock
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