Hace unos días nos hacíamos eco de un sencillo método ideado por científicos japoneses que permitiría a los padres elegir el sexo de su bebé de manera cómoda, sencilla y sin intervención médica. La noticia ha generado un intenso debate moral y ético que nos ha llevado a repasar cómo está regulado este tema en España y en otros países.
¿Es posible elegir el sexo del bebé respondiendo a un simple deseo personal? ¿Qué dice la Ley al respecto? ¿En qué países está permitido y en cuáles no? ¿Cómo se procedería a la hora del seleccionar el sexo del bebé? Te lo explicamos con detalle.
En España solo es legal con fines médicos
En nuestro país es posible seleccionar el sexo del bebé en aquellos casos en los que se necesite evitar una enfermedad ligada a los cromosomas sexuales.
Esto queda regulado en la Ley de Reproducción Asistida Humana 14/2006 del 26 de mayo, en cuyo artículo 12.1 podemos leer lo siguiente:
Los centros debidamente autorizados podrán practicar técnicas de diagnóstico preimplantacional para:
a) La detección de enfermedades hereditarias graves, de aparición precoz y no susceptibles de tratamiento curativo posnatal con arreglo a los conocimientos científicos actuales, con objeto de llevar a cabo la selección embrionaria de los preembriones no afectos para su transferencia.
b) La detección de otras alteraciones que puedan comprometer la viabilidad del preembrión.
Se conocen alrededor de 300 enfermedades genéticas ligadas a los cromosomas sexuales. Entre ellas, podemos encontrar muchas graves, como la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne, por ejemplo.
Tal y como podemos leer en la revista científica Elsevier, cuando la enfermedad está ligada al cromosoma X son las mujeres quienes la transmiten, pero generalmente solo los hombres la desarrollan. Mientras que en el caso de enfermedades ligadas al cromosoma Y, solo los hombres la portan y presentan.
Es por ello que en estos casos, la única medida para prevenir la transferencia de la enfermedad es mediante la selección embrionaria, transfiriendo únicamente embriones de sexo femenino, que aunque vuelvan a ser portadores de la enfermedad, no la desarrollarán.
¿Cómo se hace la selección?
La técnica más segura y utilizada para elegir el sexo del bebé en estos casos es el diagnóstico genético preimaplantancional (DGP), que se realiza tras la estimulación hormonal de la mujer y la fecundación in vitro. El DGP estudia el ADN del embrión, de manera que permite seleccionar para su implantanción en el útero solo aquel que tenga el sexo deseado.
Existe otra forma de seleccionar el sexo del bebé mucho más sencilla pero menos eficaz, consistente en la separación de los espermatozoides mediante un tinte que indica cuáles tienen carga genética masculina y cuáles femenina. Tras la separación, se insemina a la mujer con el esperma seleccionado, siendo la tasa de éxito de esta técnica del 70-80%.
¿En qué otros países es legal la selección del sexo?
Al igual que en España, otros países como Reino Unido, Rusia, Italia, Canadá, algunos estados de Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia también permiten la selección del sexo del bebé solo por motivos terapéuticos.
Pero hay otros países donde esta elección no se corresponde a un motivo médico, sino a un simple deseo personal. Tal es el caso de la mayoría de estados de Estados Unidos, México, Panamá, Bélgica, Chipre, República Checa, Tailandia, Jordania, India o Nigeria.
Han sido varias las iniciativas lanzadas,-tanto en nuestro país como en otros con similares legislaciones con respecto a este tema-, para intentar modificar la ley de diagnóstico genético preimaplantancional, de manera que la elección del sexo del bebé quede abierta al deseo personal de cualquier pareja sin que tengan que existir motivos médicos. Pero, por el momento, estas propuestas no han dado resultado.
Los dilemas éticos que plantea la elección del sexo del bebé
Tal es el caso de la selección del sexo por motivos culturales (como ocurre en determinados países asiáticos), donde la preferencia clara hacia los hijos varones podría poner en serio riesgo el equilibrio poblacional si los métodos de elección del sexo estuvieran al alcance de todos.
Por otro lado, se plantea el dilema ético sobre qué hacer con los embriones sobrantes sanos del sexo no deseado. En este sentido, la ley contempla la posibilidad de donarlos a otra pareja o bien entregarlos a la ciencia para estudios de investigación. En ningún caso los embriones podrán destruirse fuera de los supuestos legalmente autorizados.
¿Se puede elegir el sexo del bebé de manera natural?
Aunque para muchos padres no es relevante conocer el sexo del hijo que esperan, para otros el deseo personal de tener un hijo de un determinado sexo cobra especial importancia, especialmente cuando se anhela la parejita, ya se tienen varios hijos del mismo sexo, o cuando en la familia abundan los miembros de un sexo determinado.
En estos casos, hay parejas que recurren a métodos naturales para seleccionar el sexo del bebé, modificando la dieta de la madre y manteniendo relaciones en un momento determinado del ciclo o en otro, en función de si se desea una niña o un niño.
Pero este tipo de métodos no son fiables, y aunque hay a quien le puede resultar "entretenido" intentar intervenir en lo que nos deparará el azar y la naturaleza, los expertos inciden en la importancia de que esto no condicione las relaciones sexuales ni afecte a los sentimientos que surjan cuando después se conozca el sexo del futuro bebé.