Cuando tras un año de búsqueda constante y sin el uso de ningún método anticonceptivo, una pareja sin ningún signo de patología evidente no ha logrado el embarazo, se considera que existe un problema de infertilidad; una realidad que afecta al 17% de las parejas españolas.
Según los datos estadísticos, las causas médicas que propician la esterilidad son compartidas, es decir, en el 40 por ciento de los casos el problema está en el hombre, en el otro 40 por ciento el origen reside en la mujer y en el 20 por ciento restante el origen es desconocido.
Si hace unos meses analizábamos las principales causas de esterilidad e infertilidad masculina, hoy repasamos cuáles son y en qué consisten las pruebas y estudios que se realizan con más frecuencia para detectar problemas de fertilidad en el hombre.
Exploración física
Es probable que una de las primeras pruebas que te hagan sea una exploración física, mediante la cual el especialista comprobará que no existe ninguna alteración anatómica o patología visible en los testículos que pueda afectar a la fertilidad. En caso de detectarse cualquier alteración podría ser preciso complementar el examen con pruebas de imagen.
Además, el médico elaborará un informe que incluya otros datos básicos pero importantes para el tratamiento de fertilidad, como tu edad, estilo de vida o hábitos alimentarios.
Hemograma completo y serología
También se realizará un análisis de sangre para valorar los glóbulos rojos (encargados de distribuir oxígeno a distintas partes del cuerpo), los glóbulos blancos (ayudan a combatir las infecciones) y las plaquetas (que ayudan a la sangre a coagularse). Un aumento o una disminución anormal en los recuentos de células, evidenciados por el hemograma completo, podría indicar la presencia de una enfermedad que deba ser estudiada en mayor profundidad.
Además, es importante realizar una serología para detectar la presencia de anticuerpos contra el VIH, la hepatitis B y C y la sífilis.
Seminograma
El seminograma o análisis del semen es la prueba principal que se recomienda para valorar la calidad del esperma. El seminiograma analiza la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides en el eyaculado.
Según los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud en el “Manual para el examen y procesamiento del semen humano”, el semen de un hombre fértil debe reunir las siguientes características:
- Su volumen debe tener un rango comprendido entre 1.5 y 6 mL.
- El PH debe situarse por encima del 7.1
- El valor normal es de 15 millones de espermatozoides por cada mililitro de volumen eyaculado ó 39 millones en la totalidad de la muestra
- Los espermatozoides móviles progresivos (que avanzan) deben superar el 32%, los vivos el 58% y tiene que haber, al menos, un 4% de espermatozoides con morfología normal
Si las anomalías de los espermatozoides son poco severas, se puede recetar al hombre ciertos medicamentos y luego buscar el embarazo de forma espontánea, pero en la mayoría de los casos se requerirá de técnicas de reproducción asistida que variarán su complejidad en función de las alteraciones detectadas.
Recuento de Espermatozoides Móviles (REM)
Por lo general, el seminograma se acompaña de otra prueba llamada 'Test de capacitación espermática' o recuento de espermatozoides móviles (REM). Esta prueba consiste en aislar de la muestra los espermatozoides morfológicamente normales de la muestra y seleccionar aquellos que están dotados de mejor movilidad. De este modo se podrá determinar qué técnicas de reproducción asistida estarán más indicadas para la fecundación del óvulo.
Examen de la fragmentación del ADN de espermatozoides
El doctor Tesarik, de la Clínica MARgen, recuerda que al igual que ocurre con lo óvulos en el caso de la mujer, la calidad de los espermatozoides también disminuye con la edad del hombre, aunque de una manera mucho más paulatina. De este modo, es frecuente que la edad altere el número, la motilidad y el porcentaje de espermatozoides en el eyaculado, si bien estos problemas suelen solucionarse con el empleo de técnicas como la ICSI.
Sin embargo, cuando se detecta un porcentaje alto de espermatozoides con daños en su ADN (algo que se observa frecuentemente en fumadores y personas con una exposición profesional a sustancias tóxicas), es preciso realizar un examen específico de la fragmentación del ADN de espermatozoides. Si el resultado es alto, el doctor Tesarik aconseja optar por medicamentos y realizar la FIV mediante la IMSI, eventualmente combinada con otros métodos para seleccionar espermatozoides sanos.
Cultivo de semen
En el caso de que en el seminograma se detecte la presencia de más de 1 millón de leucocitos/ml, será necesario realizar un cultivo de semen, para detectar la presencia de microorganismos que afecten a la calidad del esperma. En caso de que el resultado salga negativo, significa que no hay ninguna infección.
Pruebas hormonales
Las pruebas hormonales consisten en realizar un análisis de sangre para estudiar posibles alteraciones en los niveles de las hormonas sexuales masculinas, como la testosterona, la FSH (hormona folículo estimulante), la LH (hormona luteinizante) o la prolactina. Valores anormales de estas hormonas pueden influir en la cantidad y calidad de los espermatozoides.
Estudio de cariotipo
Otra de las pruebas que se pueden recomendar es un estudio de cariotipo, que consiste en examinar las características de los cromosomas para descartar posibles alteraciones, tanto numéricas como estructurales, que afecten a la fertilidad y esterilidad del hombre.
El estudio se realiza mediante una extracción de sangre y suele ser una de las pruebas rutinarias que se le hace a la pareja cuando hay problemas para lograr embarazo. Y es que si los padres tienen alguna anomalía genética o cromosómica, esta podría ser la causa de su problema para concebir.
Fotos | iStock, Pixabay
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