Estos días, la magia de la Navidad nos inunda, y no sólo a los más pequeños. Ha comenzado un nuevo año y nos planteamos los deseos para los meses venideros. Entre ellos, puede que esté rondando el de ser padres por primera vez o repetir la experiencia si ya os habéis estrenado.
Si vuestra carta de este año comienza Queridos Reyes Magos: queremos tener un bebé, os contamos cómo os tenéis que ir preparando para que el sueño se vuelva realidad.
Una visita previa al médico
La mitad de las mujeres desconocen la importancia de la visita preconcepcional, pero acudir al médico para comentarle que estás planeando quedar embarazada es un paso recomendable para evitar riesgos, e imprescindible si padeces alguna enfermedad crónica como diabetes, epilepsia, enfermedades cardíacas, de tiroides...
La visita preconcepcional sirve para hacer una valoración del estado de salud general, identificar factores de riesgo en la pareja que puedan complicar el embarazo, aconsejar sobre hábitos saludables, revisar el estado vacunal de la futura mamá (sobre todo frente a rubéola, al tratarse de una enfermedad que en caso de contraerse en los primeros meses de embarazo puede provocar abortos y alteraciones importantes en su bebé), el historial clínico...
El médico recomendará un suplemento de vitaminas, entre ellas el ácido fólico, una vitamina esencial, indispensable para prevenir los defectos del tubo neural, del cual se origina el sistema nervioso. Una anomalía en la formación del tubo neural, la cual ocurre en los primeros 25 días de embarazo, como que no se cerrase por completo, puede producir defectos en el cerebro y en la médula espinal. Por lo tanto, debes empezar a tomarlo al menos tres meses antes de quedar embarazada, para asegurarte de que tu organismo cuenta con las reservas necesarias.
También te indicará que tomes un suplemento de yodo, esencial para el crecimiento de los órganos y el desarrollo cerebral del bebé.
Empezar a cuidarse desde ya
Cuidarse en el embarazo es importante, pero lo deseable es llevar un estilo de vida saludable como forma de vida, incluso antes de quedar embarazada. Y no sólo debe cuidarse la mujer, sino también el hombre.
Una alimentación equilibrada, la práctica de ejercicio y eliminar hábitos nocivos como el tabaco, las drogas y el alcohol son prácticas que deberíais poner ambos en práctica.
Reconocer tus días fértiles
Una vez que estéis encaminados en la búsqueda toca la mejor parte: buscar el embarazo. Para lograrlo, es imprescindible que la mujer sepa reconocer sus días fértiles, es decir aquellos días del mes en los que puede concebir. Si hacéis el amor en los días no fértiles, será muy divertido, pero no lo conseguiréis.
Un ciclo menstrual regular tiene una duración promedio de 28 días contados a partir del primer día de menstruación, pero se considera normal que dure entre 21 y 35 días. Los 6-7 días centrales del ciclo son tus días fértiles (el día 14, más los 3 días anteriores y los 3 días posteriores). Si mantienes relaciones sexuales durante estos días y un espermatozoide fecundara el óvulo y éste se adhiriera a las paredes del útero daría comienzo a un embarazo.
No todas las mujeres tienen el período cada 28 días. Hay quienes tienen ciclos más largos, en los que la ovulación se produce después del día 14 y otras con ciclos más cortos en los que la ovulación se adelanta.
Llevar un control de tus ciclos menstruales es una herramienta que te ayudará, en cualquiera de los dos casos, a identificar tus períodos de máxima fertilidad, combinado con el control de los signos de ovulación como la temperatura basal (método sintotérmico) y la observación del flujo vaginal.
Lo más divertido: practicar y practicar
¿Cuántas veces hay que hacer el amor para lograr el embarazo? Hay un estudio que asegura que hay que hacer el amor una media de 104 veces para concebir un bebé, pero desde luego, no es más que una estadística. Hay quien queda a la primera y quien necesita muchas más.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que para elevar las posibilidades de tener un hijo, el tiempo óptimo de abstinencia es entre 2 y 7 días, pero cada vez son más los estudios que avalan las relaciones sexuales a diario, ya que las eyaculaciones frecuentes aumentan la calidad y la fertilidad del semen al reducirse los daños y mutaciones en su ADN.
Las posturas sexuales más recomendables para lograr el embarazo son aquellas en las que penetración sea más profunda, como la del misionero (el hombre encima de la mujer), la de la plegaria (el hombre detrás o encima de la mujer) y recostados de lado con el hombre detrás de la mujer.
En cuanto a la frecuencia en las relaciones según el sexo del bebé, si bien no es infalible hay algunas recomendaciones. En el caso de las niñas, las relaciones sexuales deberían mantenerse hasta 48 horas antes de la ovulación y luego interrumpirse, mientras que en el de los niños deberían mantenerse en el momento más cercano a la ovulación.
Una técnica muy extendida que no sabemos si funciona, pero con probar no perdéis nada es quedarte tumbada con las piernas elevadas tras el coito, de la que os hablamos en su momento.
Cuando el embarazo no llega
Si a pesar de todos los cuidados y la práctica el embarazo no llega, no desesperéis. Incluso puede pasar que ya tengáis un hijo y el segundo tarde en llegar, o el tercero. A veces la tardanza puede volverse muy agónica, porque desilusiona, desgastando a la pareja, pero es mejor no obsesionarse y si es necesario, buscar consejo de un especialista.
Si la mujer es menor de 35 años, hasta un año manteniendo relaciones sexuales de forma habitual sin protección se considera que es un período normal para lograr concebir. En el caso de mujeres mayores de 35 años, tras 6 meses de intentos se recomienda pedir ayuda para descartar cualquier problema.
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