Según la Organización Mundial de la Salud, un 10 por ciento de las parejas en todo el mundo sufre algún problema de infertilidad, aunque los datos sugirieren que en España la cifra se eleva al 17 por ciento.
A pesar de las estadísticas hay que destacar que el campo de la medicina reproductiva ha avanzado a un ritmo vertiginoso en las últimas décadas, y cada vez existen más tratamientos que permiten conseguir el embarazo en un porcentaje muy amplio de los casos.
Pero de entre todas las técnicas de reproducción asistida que hay, hoy queremos poner el foco en una muy sencilla y prácticamente no invasiva: la técnica de las relaciones programadas o coito dirigido.
Con ayuda del doctor Alex Garcia-Faura, ginecólogo especialista en Reproducción Asistida de la clínica Fertilab Barcelona, te explicamos en qué consiste y qué requisitos deben cumplir las parejas que busquen un embarazo mediante esta técnica.
¿Qué es la 'técnica del coito dirigido' y cuándo está indicada?
Como su propio nombre indica, el coito dirigido o las relaciones programadas es una técnica de reproducción muy sencilla que nos permite escoger el momento idóneo para mantener relaciones sexuales y optimizar la posibilidad de embarazo.
Según nos explica el doctor Alex Garcia-Faura, esta técnica estaría indicada en el caso de parejas heterosexuales (idealmente la mujer debe ser menor de 35 años) que lleven menos de dos años de esterilidad sin causa aparente o en donde la mujer presente ciclos irregulares o ausencia de menstruación debido a un fallo en el mecanismo natural de ovulación. Además, es importante que el hombre no tenga alteraciones en la calidad del semen, ni la mujer tenga problemas en las trompas de Falopio.
Cómo se lleva a cabo esta técnica de reproducción
Dependiendo de los antecedentes de la pareja, la técnica del coito programado se llevará a cabo de la siguiente forma:
Si hay ovulación espontánea
En los casos más sencillos, donde la ovulación sucede de forma espontánea, no es necesario el uso de medicación al inicio del ciclo, únicamente una serie de controles ecográficos y analíticos a partir del día 8-10 del ciclo.
Una vez que los especialistas verifican que las condiciones son óptimas, se administra a la mujer una inyección para desencadenar la ovulación al cabo de 36 horas, y en ese periodo de tiempo se recomienda a la pareja que mantenga relaciones sexuales. Para optimizar la calidad del semen, se recomienda que el hombre mantenga una abstinencia sexual de entre 3 y 5 días previos al coito dirigido.
Si no hay ovulación o los ciclos son irregulares
En casos más complejos, cuando los ciclos son irregulares o en paciente con
fallos en la ovulación, se administra a la mujer una inyección diaria (o comprimido oral, según el caso) para estimular el crecimiento de un folículo. Esta estimulación ovárica es prácticamente igual que la que se realiza en un tratamiento de Inseminación Artificial (IA) y mucho más suave que el realizado en una FIV.
Paralelamente, se le realizan a la mujer los mismos controles y procedimiento que en el caso anterior. Además, si hay sospecha de que la producción de progesterona es baja, también se administra un suplemento de progesterona por vía vaginal hasta el día de la prueba de embarazo.
El doctor Garcia-Faura nos explica que en mujeres en las que se ha realizado uno o más ciclos con una respuesta correcta, es posible reducir al mínimo e incluso no realizar ningún control durante el tratamiento, administrando la inyección para desencadenar la ovulación en la fecha habitual.
Un 15% de éxito en cada intento
En el caso de parejas jóvenes y sin graves problemas de fertilidad que deciden someterse a esta técnica, la tasa de éxito es del 15% en cada intento, en comparación con un 20-25% en la IA y con un 50-60% en la FIV.
Según los expertos, en general es recomendable consultar con un especialista cuando el embarazo no llega tras un año manteniendo relaciones sexuales de forma regular. En estos casos, y según las causas de infertilidad que determinen los estudios que se le realicen a la pareja, podría estar indicado iniciar un tratamiento de coito dirigido o relaciones programadas.
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