Siete mitos sobre sexualidad y anticoncepción que no queremos que crean nuestros hijos

Los mitos sobre sexualidad y anticoncepción siempre han existido, pero cuesta creer que en una sociedad desarrollada como la nuestra aún pervivan tantas ideas falsas al respecto. Esto puede deberse a una deficiente educación sexual en la familia y en las escuelas, a lo que se une el "boca a boca".

Es decir, cuando a los niños y jóvenes no les "explican nada", ellos se informan a través de las amigas o amigos y acudiendo a Internet sin requerir fuentes fiables, cayendo en foros que se parecen más a un patio de vecinos que a un consultorio médico o de planificación familiar. Veamos siete mitos comunes sobre sexualidad y anticoncepción que no queremos que nuestros hijos crean.

Y es que hay mucho desconocimiento en estos temas, no sólo sobre anticoncepción sino sobre el propio cuerpo y sobre salud sexual en general. No siempre la ciencia triunfa en sus deseos de desterrar esos mitos y el tabú y no tener posibilidades de acceso a la información fiable favorece que se perpetúen estas ideas erróneas.

  • Mientras la chica tiene la regla, no se puede quedar embarazada. Según un estudio realizado recientemente entre jóvenes españolas, una de cada diez considera que no se puede quedar embarazada mientras está menstruando. Pero la ovulación puede sufrir irregularidades (o el sangrado puede no ser una verdadera regla) y tal vez los días fértiles se adelanten. Lo mejor es no confiar en este método.

  • La marcha atrás o coito interrumpido es un método eficaz de anticoncepción. Según el mismo estudio mencionado anteriormente, el 3% de la población femenina cree que es un método eficaz para no quedar embarazada la marcha atrás, esto es, que el hombre se retire del acoplamiento sexual justo antes de eyacular. Pero es sabido que el hombre produce líquido preseminal (fluido preeyaculador o fluido preseminal) que puede contener espermatozoides que lleguen al óvulo y fecundarlo.

  • Usar el preservativo solamente al final del coito asegura la contracepción. Por la misma razón que el mito anterior, esta idea es falsa. Si hay penetración vaginal, es posible que algún espermatozoide "se escape" y llegue al óvulo incluso antes de la eyaculación. Además, no siempre el hombre es capaz de saber el momento exacto en el que va a eyacular.

  • La primera vez que se tienen relaciones sexuales no puede haber embarazo. Pero ni el himen ni un posible sangrado impide que los espermatozoides lleguen al óvulo. Si la mujer está en sus días fértiles, aunque sea su primera relación sexual, si hay eyaculación (o pre-eyaculación) en la vagina podría producirse el embarazo.

  • Tener relaciones sexuales de pie, lavarse u orinar después de la eyaculación impide el embarazo. Ninguna de estas prácticas es un método anticonceptivo. Si hay penetración vaginal, cualquier postura puede ser idónea para que se produzca la fecundación. Una vez el semen se ha introducido en la vagina van a quedar espermatozoides, incluso aunque pueda salir un poco de esperma al cambiar de postura o ir al baño tras el coito.

  • La píldora anticonceptiva engorda y produce vello. Estos eran unos efectos secundarios más frecuentes hace años, pero en la actualidad se han minimizado gracias a nuevos preparados y dosificaciones. Los estudios señalan que no existe evidencia de que las píldoras de dosis bajas modernas causen un aumento del peso. Existen distintas combinaciones de hormonas y preparados por si se observa un efecto no deseado, se puede probar con otra opción. Es un método efectivo y seguro, aunque no previene las enfermedades de transmisión sexual.

  • El preservativo se rompe o se pincha con facilidad. Se oyen historias de este tipo que le han pasado a un amigo de un amigo... Pero en realidad, si el preservativo se utiliza bien y se ha conservado en óptimas condiciones, cumple su función anticonceptiva con seguridad. Además, su eficacia debe contemplarse desde una óptica doble: la contracepción y la protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Según el índice de Pearl, que es el índice estadístico más común para medir la eficacia de métodos anticonceptivos en estudios clínicos, el uso adecuado del condón masculino ofrece un 2% de embarazos.

Nuestros niños, cuando llegue el momento y de manera adecuada a su edad, han de recibir la información necesaria sobre sexualidad, embarazo y contracepción. No podemos dejar que sea una tarea de la escuela, sino que desde el núcleo familiar tenemos que crear un clima de confianza y de precisión para evitar que estos mitos afecten a la salud de nuestros hijos y se produzcan embarazos no deseados.

Podría parecer que es una cuestión solo de las chicas, pero nada más lejos de la realidad. Nuestros hijos varones también han de ser conscientes de sus responsabilidades en el ámbito sexual y tienen derecho a recibir una información veraz.

Y si eres adulto y la lectura de estas líneas te ha deparado alguna sorpresa, nunca es tarde para aplicarse estos conocimientos y evitar sorpresas desagradables.

Como conclusión, recordar que hablar de sexualidad con los hijos es prevenir, ya que una buena información y desterrar los mitos sobre sexualidad y anticonceptivos puede evitar embarazos no deseados.

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