En 2018 se estrenó de manera simultánea en varios canales infantiles de televisión, el cortometraje de animación "Ian, una historia que nos movilizará", basado en la historia de un niño con discapacidad que pretende derribar las barreras del aislamiento.
El corto, que ya ha ganado tres premios, ha sido seleccionado en más de veinte festivales y compitió por ser nominado para los Oscar, ha llegado al corazón de todos con su mensaje de amor y lucha frente a la falta de información sobre la discapacidad, que muchas veces provoca bullying y aislamiento. No en vano, según la organización Save The Children, los niños con discapacidad son el colectivo más vulnerable frente a la violencia y el acoso escolar.
La historia de Ian es la historia real de un niño argentino con parálisis cerebral que afecta a su movilidad y lenguaje. Su madre, Sheila, puso en marcha en 2012 la Fundación Ian, con el objetivo de informar sobre la discapacidad y brindar las herramientas necesarias para construir una sociedad más inclusiva.
Y precisamente el cortometraje se centra en la importancia de derribar las barreras del aislamiento que a menudo sufren los niños con discapacidad, y que les lleva a ser víctimas de bullying por parte de otros compañeros por culpa del desconocimiento.
Lograr un mundo mejor para los niños con discapacidad es posible si, como padres, educamos a nuestros hijos en el respeto, comprensión y tolerancia a los demás. Para ello, es fundamental la información y concienciación acerca de la discapacidad, porque muchas veces, las principales barreras a las que se enfrentan estos niños no son las barreras arquitectónicas.
En España hay 140.000 niños con discapacidad
Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo (aproximadamente, el 15 por ciento de la población) vive con algún tipo de discapacidad, física o mental, y de ellos, 150 millones son niños.
Según cifras de Unicef, en España existen más de 60.000 niños, con edades comprendidas entre los cero y los cinco años, con algún tipo de discapacidad, y más de 78.000 entre los seis y los 15 años.
El objetivo de las distintas organizaciones es velar por la seguridad y el bienestar de los menores con discapacidad, pues como comentábamos al inicio, son el colectivo más vulnerable frente al aislamiento, la violencia y el bullying. La ignorancia es, en gran parte, responsable de la estigmatización y la discriminación que padecen las personas discapacitadas, de ahí la importancia de educar a nuestros hijos en el amor, la empatía y el respeto a los demás.
Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan algunos de los niños con discapacidad, es a la ausencia de una educación inclusiva de calidad que les permita, no solo formarse en colegios ordinarios, sino compartir el tiempo con sus iguales, lo que sin duda ayudaría a una mayor concienciación sobre los diferentes tipo de discapacidad.