Ahora que ha comenzado el colegio seguro que has sorprendido a tu peque jugando a profesores y alumnos. Esta actividad es una de las favoritas de los niños cuando hablamos de simbólico, y no solo resulta muy divertida, sino que aporta grandes beneficios a su desarrollo.
¿Quieres saber cuáles son?
El importante papel del juego simbólico en la infancia
Mediante el juego simbólico los niños ponen en práctica lo que aprenden gracias a su capacidad de observación del mundo que les rodea. A base de jugar una y otra vez van perfeccionando conductas, interpretando nuevos roles, practicando habilidades y ensayando situaciones en las que más tarde tendrán que desenvolverse en un escenario real.
En este sentido, jugar a ser profesor y dar clase a alumnos imaginarios o a muñeco, es una actividad que los niños recrean con frecuencia desde temprana edad si van a la escuela infantil, o más tarde al comenzar el colegio.
Te contamos cuáles son sus beneficios y por qué es importante fomentarlo.
Beneficios de jugar a profesores y alumnos
Los beneficios del juego simbólico, y en concreto de jugar a los colegios o profesores, se observan en todos los planos del desarrollo infantil, ya que estimula el desarrollo físico, psíquico, afectivo y social de los niños. Además, como sucede con cualquier juego libre y no dirigido, supone un ejercicio de creatividad plena con incontables beneficios.
Entre los muchos aspectos positivos que aporta a los niños jugar a ser profesores, destacamos los siguientes:
- 1) Ensayan diferentes roles
Cuando asisten al colegio el rol que asumen los niños es el del alumno, pero no dejan de fijarse en todo lo que hacen sus profesores, convirtiéndose en figuras de referencia para ellos.
Por eso, cuando juegan a ser maestros están ensayando un rol completamente diferente y opuesto al que ejercen ellos diariamente: el de la persona que guía, educa y enseña a otros nuevos conocimientos.
- 2) Trabajan la empatía
Convertirse en profesor por un rato también les ayuda a trabajar la empatía y, en cierto modo, a sentir lo que sus profesores sienten cuando se ponen al frente de sus alumnos.
Si además, el juego lo recrean con muñecos en el papel de los alumnos, se estarán también beneficiando de los aspectos positivos que tiene el juego con muñecos.
- 3) Desarrollan habilidades sociales
Pero jugar a ser profesor no solo fomenta la empatía en los niños. También ensayan otras habilidades sociales que resultan imprescindibles para la vida, como las relaciones interpersonales, la resolución de conflictos, la escucha empática, el liderazgo, la iniciativa, el pensamiento lógico...
- 4) Te da información de cómo le va en el colegio
No siempre los niños nos cuentan cómo les va en el colegio, y cuando lo hacen no suelen ofrecernos muchos detalles.
Pero cuando juegan a ser profesores tienden a recrear las escenas cotidianas que viven en clase, por lo que si nos paramos a observarles podremos descubrir muchos detalles: desde la forma de hablar de su profesor, cómo se dirige a los alumnos o qué métodos utiliza para resolver conflictos, hasta anécdotas con compañeros o ejercicios que realizan.
- 5) Mejora la concentración y atención plena
Jugar a ser profesor requiere de la máxima concentración, pues al copiar patrones de conducta que ven en su vida diaria tenderán a recrear actividades que fomentan la atención plena, tales como escribir, leer, resolver problemas matemáticos...
- 6) Repasan los números y las matemáticas
Cuando juegan a ser profesor y enseñar matemáticas a sus alumnos, están repasando esta materia sin darse cuenta y de una forma completamente lúdica. Desde la escritura de los números, hasta series numéricas, conteo, agrupación de conceptos, operaciones matemáticas...
- 7) Repasan la lecto-escritura
Por supuesto, la lectoescritura es otra de las actividades imprescindibles en este juego de roles. Es probable que observes a tu hijo leer cuentos a sus muñecos o alumnos imaginarios, escribir en una pizarra, inventar ejercicios que tenga que plasmar en un papel, evaluar con notas...
- 8) Trabajar la motricidad fina
Si acompañamos este juego con materiales manipulativos como las regletas, la plastilina, las tijeras, los lápices, la pizarra con tizas o rotuladores... el niño trabajará habilidades motoras importantes para su desarrollo, como la pinza, la coordinación ojo-mano, la motricidad fina...
- 9) Mejoran su expresión oral
Puesto que mientras juegan los niños verbalizan continuamente lo que hacen, este tipo de juegos es perfecto para entrenar la comunicación social y favorecer las habilidades lingüísticas del niño desde muy temprana edad.
A la hora de jugar a los profesores (o a cualquier otro juego) los niños deben tener absoluta libertad para hacerlo como consideren. Si tienen hermanos, quizá uno asuma el rol del profesor y el otro del alumno, y si no es probable que se ayuden de muñecos, que dispondrán en filas como si de alumnos reales se trataran.
También podemos jugar con ellos turnándonos en el papel del profesor, para así propiciar el cambio de roles y en consecuencia trabajar diferentes habilidades.
Y por último, os recomendamos apoyaros en materiales manipulativos (cuentos, pizarras, material de papelería...) y disfraces, pues no solo aporta un toque más realista al juego, sino que el niño podrá beneficiarse de los muchos aspectos positivos arriba mencionados.
Fotos | istock, Pexels
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