Los nueve mejores juegos al aire libre para favorecer el desarrollo motor de los niños según su edad

Mediante el juego, los niños aprenden a comunicarse, socializar, empatizar, mejorar la seguridad en sí mismos y adquirir diversas habilidades. Sabemos que el juego es un derecho fundamental del niño, y no solo es fuente de diversión y aprendizaje, sino que constituye una actividad fundamental para su desarrollo motor a lo largo de toda la infancia.

El verano es una buena época para disfrutar de juegos al aire libre y beneficiarse de los muchos aspectos positivos que aporta el aire libre, el contacto con la naturaleza y las largas horas de luz.

Si quieres favorecer el desarrollo motor de tus hijos según su edad, te compartimos los nueve mejores juegos al aire libre y los beneficios que aporta cada uno de ellos.

Carrera de sacos

Ya sea en el campo, en la playa o en la piscina, participar en una carrera de sacos es uno de los juegos tradicionales más divertidos y una actividad física muy completa.

Para empezar, las carreras de sacos requieren de una gran coordinación bilateral, pues los niños deben combinar el movimiento de ambas piernas de manera coordinada para mantener el equilibro y avanzar. Este tipo de carrera también implica saltos y movimientos amplios, lo que contribuye al desarrollo del control motor grueso y fuerza muscular en piernas y brazos.

Otros importantes beneficios de este juego son el fomento del sentido del equilibrio, la agilidad y sobre todo, una mayor conciencia espacial, ya que el niño debe concentrarse en cómo su cuerpo ocupa el espacio y cómo interactúa con su entorno.

¿A partir de qué edad se recomienda? Las carreras de sacos pueden comenzar a realizarse a partir de los cuatro años, si bien al principio los niños solo serán capaces de hacer trayectos muy cortos. A medida que vayan desarrollando su sentido del equilibrio, podrán aumentar la distancia y la velocidad.

Carrera de obstáculos

Las carreras de obstáculos o gincanas de pruebas físicas son otro de los juegos tradicionales que aporta horas de diversión y grandes beneficios al desarrollo motor. Podemos diseñar un recorrido a base de obstáculos con conos, aros, pequeños montículos de arena o cintas en el suelo que los niños deberán sortear.

Entre los principales beneficios que aportan las carreras de obstáculos al desarrollo motor del niño destaca sobre todo la agilidad que implican los cambios rápidos de dirección, aceleraciones y deceleraciones, y la coordinación para superar los diferentes obstáculos en el recorrido.

Asimismo, dependiendo del tipo de obstáculo a sortear el niño deberá utilizar diferentes grupos musculares (según tenga que correr, trepar, reptar, gatear...), lo que contribuye al desarrollo de la fuerza en las piernas, brazos y núcleo del cuerpo.

¿A partir de qué edad se recomienda? Por lo general, a partir de los cuatro años los niños ya suelen estar capacitados para afrontar carreras con obstáculos sencillos. Poco a poco, según vayan desarrollando sus habilidades de coordinación y agilidad podemos incorporar obstáculos más complejos, como saltos de vallas, conos para zigzaguear, cuerdas para trepar o escalada de montículos.

Rayuela

¿Quién no ha jugado a la rayuela cuando era niño? Este tradicional juego consiste en dibujar en el suelo una cuadrícula y poner un número en cada casilla. Los niños deben lanzar una piedra en cada casilla en orden ascendente, y saltar a la pata coja o con las dos piernas, con cuidado de no tocar las líneas divisorias. Si un jugador pierde el equilibrio, toca una línea o aterriza en una casilla incorrecta, su turno se termina.

Este juego es una de las mejores actividades infantiles para poner a prueba el equilibrio en un solo pie, cambiando de pie y saltando en diferentes patrones numéricos. También ayuda a trabajar la fuerza muscular de las piernas y los pies, así como la planificación y secuenciación de los movimientos y saltos para seguir la cuadrícula numerada.

Otro gran beneficio de la rayuela es que permite desarrollar las habilidades motoras finas, ya que al lanzar la piedra a un número específico en la cuadrícula, los niños mejoran la coordinación mano-ojo, la concentración y la precisión en sus movimientos.

¿A partir de qué edad se recomienda? Este juego es algo más complejo de dominar que los anteriores, pues requiere de una mayor coordinación motora para saltar sobre un solo pie y mantener el equilibrio. Por eso, es posible que hasta los cinco o seis años los niños no sean capaces de jugar con soltura a la rayuela.

Carrera de relevos

Las carreras de relevos son una actividad fantástica para trabajar el juego en equipo, la socialización y la cooperación, además de contribuir al desarrollo motor del niño en diversas áreas.

Para empezar, este tipo de carreras requieren de una gran coordinación motora y sincronización, pues los participantes deben pasar el testigo a su compañero de una manera ágil, fluida y coordinada, controlando en todo momento sus movimientos de brazos y manos.

Este juego también implica correr distancias cortas, cambiar de velocidad, girar o cambiar de dirección, por lo que se trabajan diferentes habilidades como la rapidez, agilidad y control de la fuerza muscular.

¿A partir de qué edad se recomienda? Las carreras de relevos pueden adaptarse a diferentes edades, pero generalmente se recomiendan a partir de los seis años, pues a esta edad los niños ya son capaces de entender las reglas del juego y participar en él de una manera efectiva.

Juegos de equilibrio

Son muchos los juegos de equilibrio que podemos hacer para fomentar esta habilidad motora básica en el desarrollo de los niños. Para ello hemos de tener en cuenta la edad del niño, pues el sentido del equilibrio se va desarrollando de una forma paulatina durante los primeros años de la infancia.

Os compartimos algunas ideas de juegos de equilibrio para hacer con los niños, según su edad:

Niños de 3 a 5 años: Los niños en este grupo de edad pueden participar en juegos de equilibrio básicos y simples. Puedes utilizar tablas anchas en el suelo para que caminen sobre ellas, o trazar líneas que deben seguir mientras caminan en línea recta.

Niños de 6 a 8 años: A medida que los niños crecen puedes introducir juegos de equilibrio más desafiantes, como caminar sobre troncos o vigas colocados en el suelo, o intentar hacerlo en una línea recta con los ojos cerrados, para agregar mayor dificultad.

A partir de los 9 años: a esta edad los niños se vuelven más hábiles y confiados en su equilibrio, por lo que podemos proponerles juegos más avanzados, siempre bajo supervisión y atendiendo a sus habilidades. Algunas ideas podrían ser mantener el equilibrio en un pie durante períodos de tiempo más largos, realizar saltos desde superficies elevadas o incluso participar en juegos de slackline (cuerdas tensas entre dos puntos).

Lanzamiento de aros o pelotas

Tanto los lanzamientos de aros como los de pelota aportan dos grandes beneficios al desarrollo motor de los niños.

Por un lado la coordinación óculo-manual, pues para lanzar cualquiera de los dos objetos el niño debe calcular previamente la distancia y el tiempo adecuados para que el aro o la pelota alcancen su objetivo, coordinando de una forma precisa los movimientos de sus manos y ojos. Al mismo tiempo, este ejercicio de coordinación resulta perfecto para estimular la visión.

Otro importante beneficios de los juegos de lanzamiento es el equilibrio postural; al lanzar aros o pelotas, los niños deben mantener una postura adecuada y un buen equilibrio para asegurarse de que el lanzamiento sea efectivo y preciso.

Pero además de estos dos grandes beneficios que aportan los juegos de lanzamiento, también podemos incluir otros, como la precisión, la fuerza, el control muscular, la concentración y la atención.

¿A partir de qué edad se recomienda? Entre los 12 y los 24 meses, los bebés ya son capaces de recoger una pelota o un aro y devolverlo haciéndolo rodar por el suelo o tirándolo al aire. A medida que el niño va creciendo y adquiriendo habilidades, podemos proponer juegos de pelota o aros que requieran cada vez de una mayor precisión, proponiendo lanzamientos a objetivos grandes y a corta distancia.

No será hasta los seis años cuando los niños ganen más fuerza y coordinación que les permita aumentar la distancia del objetivo, experimentar con diferentes tipos de lanzamiento o incluso combinarlos con otros ejercicios relacionados con el equilibrio, las carreras, la agilidad... (aquí te compartíamos una guía de juegos con pelota para mejorar el desarrollo motor de los niños de entre seis y 10 años).

Búsqueda del tesoro

Esta es una de las actividades estrella que podemos realizar con los niños en verano. Para ello elegiremos un entorno natural, como la montaña, la playa, un parque... y esconderemos diversas pistas que vayan guiando a los niños en la búsqueda de un tesoro.

Se trata de una actividad grupal muy popular que fomenta habilidades tan importantes como el trabajo en equipo, la resolución de conflictos y el sentimiento de cohesión de grupo.

Pero además de estos importantes beneficios, la búsqueda del tesoro también fomenta el desarrollo motor del niño pues se trabajan habilidades tan importantes como la coordinación motora -al combinar movimientos de caminar, correr y recoger objetos-, el desarrollo motor fino, la conciencia espacial y el movimiento libre.

¿A partir de qué edad se recomienda? Podemos adaptar una búsqueda del tesoro a niños de diversas edades, aunque la edad mínima recomendada son los tres o cuatro años. A esta edad, los niños han desarrollado ciertas habilidades motoras y cognitivas que les permiten entender las instrucciones y participar activamente en la búsqueda de objetos.

Saltar a la comba

Este juego clásico nunca pasa de moda, además de ser una de las actividades más completas y beneficiosas para el desarrollo motor y cognitivo de los niños.

Saltar favorece el desarrollo de la motricidad gruesa, fortalece huesos y músculos, fomenta la conciencia espacial y mejora la coordinación, la agilidad y el equilibrio.

En este post os compartíamos una divertida guía de juegos de saltar a la comba divididos por edades.

¿A partir de qué edad se recomienda? La capacidad de un niño para saltar a la comba puede variar según su desarrollo individual, pero en general, muchos niños ya son capaces de saltar a la comba alrededor de los 5 años.

Foto de portada | Freepik

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