Cómo y cuándo aprende el niño a subir y bajar escaleras: así puedes ayudarle

Cómo y cuándo aprende el niño a subir y bajar escaleras: así puedes ayudarle
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Como cualquier otra conquista relacionada con el desarrollo motor del niño, subir y bajar escaleras es una cuestión de madurez, tiempo y adquisición de ciertas habilidades. En este sentido, no todos los niños alcanzan este hito de la misma forma ni a la misma edad, aunque en general, podemos hablar de una serie de fases que se van sucediendo en este proceso de aprendizaje.

Te contamos cómo y cuándo aprenden los niños a subir y bajar escaleras y qué podemos hacer para ayudarles.

Un aprendizaje que lleva tiempo y requiere de una gran habilidad

Si no vives en una casa o edificio con escaleras, o si habitualmente tu bebé no se enfrenta a ellas, quizá nunca te hayas planteado cuándo y cómo comienzan los niños a subir y bajar escaleras con autonomía. Pero si las escaleras forman parte de tu vida cotidiana, es importante que sepas en qué momento estará tu peque capacitado para aprender a subirlas y bajarlas, y qué puedes hacer para facilitar su aprendizaje.

Y es que en determinados casos, saber subir y bajar las escaleras con autonomía se acaba convirtiendo en una cuestión de seguridad, pues los bebés sienten una especial predilección por ellas y no dudan ni un segundo en intentar subirlas o encaramarse desde arriba.

Subir y bajar las escaleras implica coordinación de movimientos, coordinación óculo-manual, fuerza muscular, equilibrio y precisión. Su aprendizaje es un proceso progresivo.

Te contamos cómo y cuándo van adquiriendo los niños la habilidad de subir y bajar escaleras, aunque como siempre decimos, cada niño tiene su propio ritmo, por lo que las edades son orientativas.

Primera fase: subir las escaleras a cuatro patas o gateando

subir escaleras

Los bebés comienzan a gatear entre los ocho y los 12 meses de vida, y poco a poco van adquiriendo una mayor soltura y rapidez en sus desplazamientos. Si a esta edad se enfrentan a una escalera probablemente no intenten subirla, pero entre los 12 y los 15 meses empezará a mostrar cierto interés por explorarla y poner a prueba sus capacidades.

Así pues, si el bebé ya ha cumplido el primer año y gatea con soltura y confianza, intentará subir las escaleras de la misma forma que gatea en el suelo, sobre todo si estas son anchas, bajas y con pocos peldaños. Si le dejamos libertad de movimiento, alrededor de los 18 meses ya será capaz de subir cualquier escalera a cuatro patas.

Segunda fase: utilizando siempre el mismo pie

Entre los 15 y los 18 meses, si el bebé ya camina y la escalera es cómoda de subir (peldaños bajos y anchos) podrá comenzar a subirlas de pie si le ofrecemos nuestra mano o puede agarrarse fácilmente a una barandilla. Eso sí, siempre utilizará el mismo pie, descansando ambos en cada peldaño que suba.

A partir de los 18 meses, y siempre dependiendo de las destrezas individuales de cada niño, ya será capaz de subir las escaleras sin ayuda de una persona, pero agarrado a la barandilla.

Tercera fase: alternancia de ambos pies

Alrededor de los dos años es probable que el niño comience a alternar puntualmente los pies, pero siempre necesitará apoyar ambos y descansar en cada escalón que suba. Además, todavía necesitará nuestra mano o barandilla para subir la escalera, aunque si se trata de uno o dos peldaños podrá hacer sin ayuda. No será hasta que el niño tenga entre 24 y 30 meses cuando sea capaz de subir las escaleras de forma autónoma, sin ningún tipo de ayuda.

Subir las escaleras alternando correctamente ambos pies es una habilidad que el niño no adquirirá hasta que cumpla los tres años. A partir de ese momento, irá ganando cada vez más soltura y rapidez hasta ser capaz de subir las escaleras corriendo, alrededor de los cinco años.

¿Cuándo comienza a bajar las escaleras?

Bajar las escaleras es más complicado que subirlas, pues requiere de un mayor sentido del equilibrio y coordinación de movimientos. Por eso, esta habilidad se adquiere más tarde.

Entre los 15 y los 18 meses, el bebé solo será capaz de bajar las escaleras si lo hace sentado. No será hasta pasados los 18 meses cuando comience a bajar de pie, pero siempre de la mano de otra persona o agarrado a una barandilla y descansando ambos pies en cada escalón que desciende.

Al igual que ocurre con la subida, la alternancia de ambos pies llegará mucho más tarde. En este caso, pasados los tres años.

¿Cómo enseñar al niño a subir y bajar las escaleras?

Si vives en una casa con escaleras es muy importante extremar las medidas de precaución y colocar puertas de seguridad para evitar accidentes y caídas. Pero aunque sin duda esta medida es necesaria, también es fundamental permitir que el niño se enfrente a las escaleras, las explore, ponga a prueba sus capacidades y destrezas, y "entrene" la subida y la bajada.

A continuación te compartimos una serie de consejos que podrían ayudarte a la hora de enseñar a tu peque a subir y bajar escaleras:

- Si muestra interés en ellas, no niegues al niño la posibilidad de subir y bajar las escaleras. Eso sí, es muy importante que estés siempre a su lado, guiándolo, acompañándolo y evitando accidentes.

- Enseña a subir las escaleras antes que a bajarlas.

- Si tu bebé gatea, es más fácil enseñarle primero a subir las escaleras a cuatro patas antes que hacerlo de pie. Pero como no todos los bebés gatean, puedes enseñarle a subirlas de pie en cuanto empiece a caminar.

- A la hora bajar las escaleras, puedes enseñarle a hacerlo primero sentado (apoyando el culete en cada peldaño e impulsándose con los brazos). Si gatea también es una buena opción enseñarle a bajarlas de espaldas, aunque es importante que observes su reacción, pues bajar de esta forma a veces causa desorientación, miedo o inseguridad.

- Ofrece siempre tu mano, pero en caso de que el niño se empeñe en hacerlo solo, indícale cómo debe agarrarse a la barandilla.

- Colócate detrás del niño cuando suba escaleras y delante cuando las baje. Así, si cae o resbala podrás amortiguar la caída y no tendrá mayores consecuencias.

- Asegúrate de que las escaleras sean adecuadas en tamaño, inclinación y materiales. En este sentido, comprueba que no resbalan, que sus peldaños sean anchos, que cuentan con una sólida barandilla para agarrarse, que no sean escaleras estrechas ni muy inclinadas, que los escalones no tengan esquinas puntiagudas o elementos cortantes, que no haya huecos peligrosos por los que el niño pueda caer...

- Respeta el ritmo del niño y no le fuerces a subir y bajar escaleras si aún no está preparado para ello. Como hemos visto, para alcanzar este hito motor es imprescindible que previamente domine otras destrezas.

- Juega con tu peque al tiempo que estimulas su psicomotricidad con actividades acordes a su edad, que le permitan ir poco a poco ganando autonomía, coordinación, fuerza y equilibrio.

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