Su nombre es Sarah Boyle, tiene 26 años, y asegura que su bebé de ocho meses le salvó la vida el día que se negó a seguir mamando de uno de sus pechos, que estaba afectado de un cáncer. Aunque ella le insistía, sorprendida, él se irritaba cada vez más con su pecho derecho, de modo que ella pensó que era extraño, y decidió ir al médico a comentárselo.
Las pruebas detectaron el tumor
En el año 2013 le habían detectado en ese pecho un quiste benigno, así que ella pensó que podría tratarse del mismo quiste, que estuviera creciendo de alguna manera. Decidieron hacerle pruebas, y así descubrieron que Sarah tenía un cáncer de mama conocido como "triple negativo", que se considera que es más agresivo que otros tipos de cáncer de mama.
Lo positivo de la situación es que el diagnóstico se hizo cuando el tumor estaba empezando, en una fase muy temprana, y pudo empezar la quimioterapia enseguida.
Ahora es posible que tengan que hacerle una mastectomía en ambos pechos para prevenir futuros posibles tumores, en lo que será un episodio muy duro para ella. Sin embargo, tiene claro que tiene a su bebé cerca, a su marido y su familia, y que de no haber sucedido el rechazo de Teddy por ese pecho, quizás ahora todo sería muy diferente.
No siempre los bebés avisan
Según leemos en BBC, ante la posibilidad de que ahora muchas mujeres piensen que el rechazo de sus bebés pueda deberse a una enfermedad similar, la Dra. Jasmine Just, responsable de información del departamento de investigación por el cáncer en Reino Unido, aseguró que no hay evidencia clara que demuestre que las dificultades en la lactancia puedan ser causadas por un cáncer de pecho, o que esta enfermedad pueda provocar un cambio en la leche hasta el punto de que los bebés se nieguen a mamar.
Es decir, según explica, puede ser que algunos bebés se nieguen, y que otros no lo hagan, a pesar de que esté presente la enfermedad.
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