Amamantar a nuestro hijo es una de las experiencias más extraordinarias y maravillosas que podemos vivir las madres. Se trata de un momento de absoluta intimidad que nos conecta con nuestro bebé de forma única, y nos lleva a prodigarnos mutuamente hermosas muestras de amor.
¿Sabes que uno de los gestos más potentes que nos dedica nuestro bebé para expresarnos su amor y gratitud mientras lo amamantamos es meter su manita en nuestra boca? ¿Conoces lo que hay detrás de esta actitud universal que hace que las madres nos derritamos de amor al instante?
Lo que el bebé nos dice cuando pone su mano en nuestra boca mientras lo alimentamos
"Te quiero" o "te amo" son dos palabras mágicas con un potente significado. Tanto es así, que las reservamos exclusivamente a las personas más especiales para nosotros; esas personas que lo son todo en nuestra vida y a quienes amamos con toda el alma.
Y no hay amor más grande, puro y especial que el que sentimos los padres hacia nuestros hijos, y por supuesto, el que ellos sienten por nosotros y nos expresan cada día con sus pequeños gestos.
Aunque nuestro bebé aún no pueda hablar, es capaz de expresarnos su amor con gestos cargados de ternura y afecto, como una mirada que se clava en nuestros ojos, una sonrisa desinteresada o una manita que se alza hacia nosotros en busca de contacto.
Y es que para el bebé, el pecho de su madre es mucho más que alimento; es su lugar preferido en el mundo, su refugio, su consuelo y su paz. Para las madres, sentir a nuestro bebé piel con piel, alimentándose de nuestro pecho es también una experiencia única que nos conecta con nuestro hijo de una forma especial.
Y en esta situación de fuerte intimidad surge una de las muestras de amor más potentes que el bebé puede ofrecernos: cuando alza su manita y nos acaricia la cara, o mete sus deditos en nuestra boca. Mediante este gesto universal, el bebé no solo explora el rostro de su madre, juguetea, se relaciona con ella e interactúa, sino que sobre todo le está expresando su amor y gratitud.
¿Qué debe hacer la madre para corresponder a este gesto de su bebé?
Es muy importante que la madre corresponda a esta señal estableciendo contacto visual con su bebé, sonriéndole mientras lo amamanta, hablándole, acariciándole o besando su manita. La suma de todos estos detalles ayudará al bebé a forjar una construcción sana del autoconcepto, autoestima y seguridad.
Jamás debemos ignorar el gesto de nuestro bebé o apartar su mano de nuestra cara. Si nos araña o nos molesta con sus uñitas, podemos simplemente envolver su mano con la nuestra y besarla, mientras le hablamos y sonreímos.
Por supuesto, este tipo de gestos de amor mutuos no son exclusivos de la lactancia materna. Sea cual sea la forma de alimentar al bebé, podemos establecer con é una comunicación verbal y no verbal que le haga sentirse amado y le invite a correspondernos.