La OMS, junto a UNICEF y la AEP, además de muchas otras sociedades científicas, recomiendan que los bebés tomen leche materna exclusiva hasta los 6 meses y que sigan mamando, al menos hasta los dos años.
Estas recomendaciones se dan por los beneficios tanto para la madre como para el bebé, de los que ya hemos hablado en diversas ocasiones, que parecen ampliarse con los resultados de un nuevo estudio que sugiere que el tiempo que un bebé está dentro del útero en gestación y el tiempo que es amamantado después de nacer es directamente proporcional al tamaño de su cerebro.
Según los investigadores, que han analizado diversos estudios con humanos y otros realizados con 127 especies de mamíferos, los resultados obtenidos vienen a confirmar que la lactancia materna un alimento saludable para el desarrollo del bebé.
El estudio se llevó a cabo en la Universidad de Durhan y observaron que la duración del embarazo tenía mucha relación con el tamaño del cerebro al nacer, demostrando una vez más (y van…) que lo ideal es que los niños nazcan en el momento que el parto se desencadene de manera natural (cuando la mujer se ponga de parto).
Además vieron que, en el momento en que los bebés nacían, el crecimiento del cerebro estaba muy ligado al tiempo que los bebés eran amamantados: a más amamantamiento, mayor crecimiento cerebral.
Según explican los autores del estudio:
Sabemos que las especies de cerebro grande se desarrollan con más lentitud, maduran más tarde y viven más, pero lo que no siempre ha estado claro es por qué los cerebros y la historia vital se relacionan.
Según comentan existe la teoría de que las personas con cerebros más grandes viven más tiempo, debido a que sus respuestas conductuales ante diversos desafíos parecen ser más flexibles. Otra teoría que están barajando es que estas personas viven más por otra razón, como sería la mejora de capacidades perceptivas y cognitivas específicas.
Sabiendo esto la lactancia materna se convierte, aún más, en la mejor alimentación para los bebés y sobretodo para los prematuros, que al pasar menos tiempo en el útero nacen con un cerebro más pequeño que tiene que empezar a crecer en el exterior.
Vía | Healthfinder
Foto | Lars Plougmann en Flickr
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