El destete es el momento en que un niño empieza a dejar de mamar, ya sea por decisión propia o por decisión materna.
Hasta hace poco tiempo el destete era entendido como un cambio de alimentación más o menos brusco (esta semana lo desteto), sin embargo el destete debería ser, más que un acto, un proceso y, para que tanto el hijo como la madre lo vivan de la mejor manera posible, debería ser un proceso lento y lleno de comprensión y paciencia.
La Real Academia Española de la lengua define la palabra destetar como “Hacer que deje de mamar el niño o las crías de los animales, procurando su nutrición por otros medios".
Este término lleva a pensar que el destete, en los humanos, significa abandonar el amamantamiento, como ya he dicho, de manera más o menos radical. La realidad es que “destetar" es una (mala) traducción del término inglés “weaning", que significa “acostumbrar a algo diferente", cambiando el concepto de “quitar una cosa" del español por el de “dar otra diferente" del inglés.
Dicho de otra manera, para las madres angloparlantes (de donde se traducen los libros que tenemos en España), empezar a destetar a un hijo puede ser perfectamente empezar a darle de comer papillas a los seis meses, aunque vaya a seguir mamando hasta los dos años.
Para adecuarnos al concepto inglés “weaning" hablaremos de destete parcial cuando empiezan a ofrecerse nuevos alimentos y llamaremos destete definitivo al momento en que se busca que el bebé no tome más pecho.
Dado que el destete parcial es inherente al crecimiento de los bebés y en España lo conocemos comúnmente como alimentación complementaria me centraré en el destete definitivo, que es el objetivo real de estas entradas.
El destete definitivo
Se trata de una decisión muy personal y particular de cada madre y de su bebé. Con esto quiero decir que es y debería ser una decisión de cada binomio madre-hijo y no una decisión médica.
Por la razón que sea, muchos pediatras se toman la libertad de decidir por las madres cuál es el momento idóneo para dejar de amamantar a sus hijos. Lo hacen en base a opiniones personales (basadas en mitos erróneos), o en base a suposiciones sin base científica alguna.
Así consiguen llegar a un destete definitivo o bien de manera directa, llegando incluso a regalar muestras de leche artificial (que por cierto, está prohibido) o recomendando el uso de fórmulas para las papillas o de manera indirecta sustituyendo tomas de leche materna por otros alimentos (cuando la alimentación debe complementar, pero no sustituir).
La AEP, la OMS y UNICEF, recomiendan que los niños tomen leche materna hasta al menos los dos años y realizar el destete definitivo cuando la madre y el niño quieran.
No tiene sentido que algunos pediatras sigan “cargándose" lactancias si los máximos organismos en términos de salud recomiendan lo contrario.
La decisión, como digo, debe ser única y exclusivamente de la madre y/o el hijo y se trata de una opción que debe ser respetable y nunca juzgada.
En futuras entradas seguiremos hablando del destete definitivo, de cuándo es el mejor momento (o el peor momento) y de cuál es la mejor manera de llevarlo a cabo si es una decisión materna.
Foto | Flickr (maessive)
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